Capítulo tres

2.1K 178 23
                                    

Sus manos se cuelan por dentro de mi vestido apretando mis nalgas, mientras su lengua se adueña de mi boca en un poderoso y necesitado beso

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sus manos se cuelan por dentro de mi vestido apretando mis nalgas, mientras su lengua se adueña de mi boca en un poderoso y necesitado beso. Gimo mientras le devuelvo el beso pasando mis manos por sus anchos pectorales.

De un salto, me eleva hasta sus caderas, haciéndome rodear su cintura con mis piernas, el vestido se me sube mientras él gime y cuela sus manos por mi culo desnudo solo cubierto por unas finas bragas de encaje.

-Que delicia -rompe el beso para llevar su mano a mi cuello y mírarme con deseo- Eres preciosa.

Le miro enamorada, aún atontada por el beso sin saber qué decir.

-¿Qué? -pregunto.

-Tú -besa mi cuello- y estás bragas, ¿para quién te las pusiste?

Dándole más sentido a sus palabras las rompe de un tirón haciendo que mi boca se abra impactada.

¿Acaso está celoso?

De igual forma, ha roto mis bragas y no estoy muy conforme con eso.

-¡Oye! -protesto, eran unas de las más caras que poseía, me las compré en Victoria Secret.

-Te compraré más, pero ahora responde.

-Me las puse para mí, para sentirme sexy.

-Pero ya eres sexy, con o sin estas putas bragas de encaje, hasta vestida con un saco de papas eres hermosa, no necesitas estás mierdas-me mira con confusión, y sonrío.

Hombres, nunca entenderán que digan lo que digan nosotras, siempre dudamos de nuestro cuerpo.

-Ey, no pongas esa cara, yo te enseñaré con cuantas malditas ganas deseo este cuerpo, te enseñaré a que lo ames tanto como yo -comienza a repartir suaves besos por mi clavícula, luego en mis pechos, los cuales besa y chupa por encima de mi delicado vestido de seda verde.

Mi cabeza se echa hacia atrás mientras me chupa un pecho y luego el otro con amor, enviando cosquilleos a mi vagina empapada.

Estoy tan mojada.

-Richard -gimo mientras comienzo a moverme suavemente contra su delicioso miembro.

Tan delicioso, tan grande, tan grueso.

Su boca vuelve a la mía con un deseo abrazador, mientras nos comemos las bocas sin dejar de movernos contra la pared.

Sus movimientos se hacen cada vez más rápidos, follándome en seco en la terraza de un hotel, a riesgo de ser descubiertos en cualquier momento por alguien, cualquiera que desee tomar un poco de fresco puede abrir la puerta que nos separa de la fiesta y ver como dos poderosos empresarios profanan y vulgarizan su prestigiosa festividad.

Sin duda eso en otro momento me importaría, pero ahora no lo hace.

-Richard -lo animo a ir más rápido, moliendo mi pelvis contra el suyo, dándole a mi necesitada vagina una parte de lo que necesita.- sigue.

-Pequeña -gime cogiéndome más fuerte por encima de la ropa, mi clítoris hinchado se muele contra sus pantalones.

Queriendo sentirlo más cerca muevo mis impacientes manos a su cremallera intentando bajarla, pero sus manos me detienen.

-No aquí -intenta razonar con él poco de autocontrol que le queda.

-Pero necesito sentirle más cerca, señor -gimoteo.

-Bien -concede volviendo a besarme.

-Gracias -murmuro mientras bajo su cremallera, lo único que nos separa de que cojamos contra la pared en estos momentos son sus boxers.

Se siente tan cerca.

Puedo sentir perfectamente la calidez de su miembro en mi coño mientras me frotó contra él como una perra en celo.

Lo puedo sentir casi en mi piel por la humedad que desprende mi vagina y hace que se mojen sus calzoncillos.

Esto es tan sucio.

Pero tan delicioso.

Muerdo fuertemente su cuello cuando siento el orgasmo llegar a mi cuerpo, mientras soy sostenida por esa gran musculatura que antes se molía duramente contra mi dolorido clítoris, ahora palpitante.

-¡Dios! -golpea un costado de mi cadera con su mano para luego llevarla a mi cabello y tirar de él duramente hacia atrás.

-Nombre.

-Richard -gimoteo por la presión de su mano en mi cabello.

-No, ya sabes cuál es pequeña, dilo.

-Señor, Richard -gimo cuando muerde sensualmente mi barbilla y asiente.

-Esa es mi niña.

Me pone en el suelo cuando mis piernas son capaces de sostenerse por si solas, cosa que no sucede al instante, pues, hoy he tenido el mejor orgasmo de mi vida en manos del mejor amigo de mi hermano, en manos de mi mejor amigo, sin duda esa es mucha información para procesar en estos momentos.

Deslizando el vestido por mis caderas hasta ponerlo en su sitio, le lanzo una mirada enojada a Richard al mirarlo y darme cuenta del orgullo que desborda su mirada al notar el desastre que ha ocasionado en mi cuerpo.

Su mano está en su barbilla mientras la satisfacción brilla en sus pupilas, está recargado casualmente a la pared.

Lo fulmino con la mirada al sentir mis muslos pegarse por mi corrida, no llevo bragas.

Qué vergüenza.

Y como si no fuera poco mi cabello es todo un desastre, pasando desesperadamente mis dedos por las hebras de cabello castaño, lo trato de acomodar mientras siento su risa ronca a mis espaldas.

Me doy vuelta.

-¡Mira lo que has hecho!- Acuso mientras él me observa con incredulidad.

-Si mal no recuerdo tú no te quejaste en ningún momento, si la memoria no me falla, rogabas por más.

Siento que me pongo roja mientras me doy vuelta y entro al salón.

No sé qué me pasa.

Pero estoy confundida.

Y mucho.

 Y mucho

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Ardiente Oportunidad © [+18] Where stories live. Discover now