Hate me..

I. La Caza Del Dragón.

❝—¿Qué es lo que más deseas?
—Libertad.
—La libertad solo se obtiene después de la muerte. ❞

Viserys estaba animado con el evento. Los jóvenes eran el futuro del reino. Había muchas esperanzas sobre sus hombros. En especial en sus dos hijos varones.

Aegon Targaryen y Aemond Targaryen.  Los dos eran como fuego y hielo. Diferentes incluso en su segundo género, el primero un Omega, el segundo un Alpha como su padre.

Aegon era parecido a su madre, Alicent Hightower. Este parecido ha ganado una rencilla irreconciliable entre ambos.
Aemond en cambio posee un carácter mas desenfrenado. Desarraigado a un pensamiento común. Debido a esto  Viserys  no le considera como sucesor. Aegon al ser un Omega es totalmente descartado del trono por inercia.

En definitiva serían los hijos de la princesa Rhaenyra, quienes llevan la delantera en la sucesión. Jacaerys, el favorito por muchos, era un Alpha fuerte, con una buena reputación. Lucerys y Joffrey Velaryon no podían aplicar al trono. Ninguno de estos era un Alpha. Y ser Omega, era una peor condena, incluso que ser una mujer.

El tan evento esperado que solo se organizaba una vez al año, era la cacería de Omega.
No había mucho que explicar para quienes no habían participado en este evento. El nombre lo explicaba por si mismo.

Los Omegas se escondían en el campo de caza escogido y preparado, en diferentes reinos con anticipación. Y por todos los medios buscaban huir de los Alphas.

Debian de llegar a la meta antes de ser capturado por ellos. Una vez un Omega era capturado, seria marcado por el Alpha.
Ser marcado aseguraría para el Omega la protección del Alpha, que seguramente lo tome como concubino, o esposo. Al Alpha le aseguraba obtener la parte mas valiosa de un Omega, un vinculo con un dragón.

Solo los Omegas eran capaces de tener un dragón. Los dragones no escucharían a nadie que no sea un Omega, que lleve la sangre de los Targaryen. Así, el atractivo nada tiene de romanticismo. Es solo una mera cacería por hacerse de un buen dragón.

Los dragones solo escuchan a un jinete. Pero si este omega es marcado por un Alpha, el instinto de la bestia, debido al vinculo, tomara como sus dueños a ambas partes.

Se desconoce porque la naturaleza funciona de esa manera…
Quizás es la forma en la que se asegura la supervivencia de unos pocos Omegas.
Las trompetas han dado el toque inicial para este juego político.

Los Omegas tienen la ventaja 8 horas para esconderse o avanzar. Luego de ello, como unos sabuesos los Alphas pueden ir por ellos. En el inicio de la carrera hay una pista del aroma de cada uno de los participantes. Una prenda que muestra el aroma de las feromonas.
Las hay de todo tipo, unas mas dulces que otras. Unas fragancias cítricas y unas lavandas o canela.

Aemond Targaryen tiene una deuda de un Ojo que cobrar. Una rencilla de antaño con uno de los omegas en juego. Nunca va olvidar su olor, y esta que es la primera carrera piensa saldar esa cuenta.

Aegon se pelea con su madre, como siempre, no se ha quitado el collar de su cuello. Como símbolo de protesta, que vengan todos esos hijos de puta que quieren marcarlo. — Si alguien logra cazarme, déjame que le bese los pies. Debe ser digno de ser un rey — rió de buena gana — no, no estoy oponiendo quejas a la corona — sin mucho afán observo a los competidores, algunos conocidos, eran ya 5 años en los que asistía a esta carrera y nunca nadie le ha atrapado. Es muy confiado. Su sonrisa se esfuma. Y hay una mueca mas marcada de burla — Ah, incluso se nos unen los Strong, ¿no deberías estar de luto por la muerte de tú padre?, ah , que digo de Ser Harwin Strong.
Aegon no podía quedarse callado. Adoraba joder la paciencia de otros. Agotarla, al punto de volverlos unos estúpidos y seguir sus juegos que a menudo eran debido al aburrimiento.

Jacaerys que recibe la ofensa es corto de paciencia. Tiene un orgullo en alto y una lengua afilada con la que no dudaría en mandar a quien sea a la mierda. El tema de su nacimiento es delicado. Por una parte el rey defiende que no es un bastardo, pero el color de su cabello mismo a veces lo hacen dudar de esto. Y esta duda que crea incomodidad fue notada por Aegon desde hace mucho, así que brindara mas allá de la razonable duda , razones, para tirarlo al fango.

—Lo sorprendente no es que este aquí, lo sorprendente es que sigas viniendo. Siendo el más fácil de cazar no es de extrañar que nadie prefiera llevarte ni de regalo — ya había un hombre deteniendo una posible pelea. Aegon es regañado, debería de estar ya escondiéndose , pero estaba acá, peleando con Jace.

—Podría irme de gratis si alguno de estos tan siquiera para coger valieran  la pena. Pero ahora no solo se unen bastardos, si no, vírgenes. Seguro ni siquiera has olfateado una feromona. ¿Por qué el cachorro bastardo no va a llorar donde su mamá y le pide un poco de educación sexual antes de participar?, se dice que ha calentado tantas camas, que bien podría entrenarte un poco para no ser la burla de hoy — El hombre que se interponía entre ambos, no fue capaz de hacerle frente a Jace, este chico era joven, pero ridículamente bueno en armas, muy fuerte. Se Lanzo contra Aegon, que no dudo en responder. El primer puñetazo lo brindo Jace , rompió la nariz de su tío.

—Si buscara la orientación de una puta, ¿no eres la mejor de nuestra casa? — Quería arrancar esos purpuras, los odiaba, odiaba a esa parte tan podrida de su familia. Tan deshonestos, tan sucios y enfermos.

La pelea acabo cuando Ser Criston Cole les separo, la preferencia clara hacia los hijos de la reina es evidente, recuerda a Jace que siga las reglas del evento, o deberá informar al rey. Es una ofensa muy grande este tipo de conducta contra uno de sus hijos.

Jace chasquea la lengua, ¿no era el también parte de esa sangre real que tanto se jactaba ese idiota en proteger? , lo odia. Cole es para Jace un perro faldero. Un perro que busca el regazo bajo quien acurrucarse, sabe que ha sido gracias a su madre que ese tipo ha podido escalar a una buena posición. Así que, ¿de donde viene el rencor injustificado?

No importa, como fuera, no era su problema. Todos en esa casa estaban mal. Jodidamente mal.
Su mirada no pierde de vista a Aegon. Va hacer que se coma cada una de las palabras que ha escupido. Tan idiota. “Nunca debes escupir al cielo, ¿no has pensado que esto se te va a regresar en la cara jodido tío?