XII. Cambios.

429 33 4
                                    

Luke estaba asustado de volar en un dragón. Esto le pareció la ironía del día a Aemond. ¿Se podía caer más bajo?.

El cuerpo asustado del crio se abrazaba fuerte a la espalda de su tío. En tanto el imponente y viejo dragón surca los cielos y se dirige al escondite secreto de Alys Ríos.

Alys es una persona extraña. Además de ser una bruja con un alto grado de poder para la adivinación, nunca se podía saber que estaba pensando. Había permanecido en cama desde hace varios meses, debido al último sacrificio donde mato al niño que estaba en su vientre con tal de salvar la vida de Aemond, que estaba destinado a caer bajo la mano de Daemon.

Alys es alguien impredecible, recelosa, no comparte sus pensamientos ni odio con nadie. Aunque en su pecho tiene una clara meta y esta es, "disfrutar del día en que toda la casa Targaryen, se venga abajo". Sería un gran espectáculo que se asesinen entre ellos. Ya esta matanza ha comenzado, y la sangre despiada de Aemond no hará más que inflarla, es esa la razón, por la que le necesita vivo.

Cuando llego a buscarla, y venia con una nueva carga, supo que sería difícil que siguiera siendole útil. Por ello tiene que impulsarlo a marcharse rápido. E iniciar una matanza contra todos los que se interpongan entre él y el trono.

La misma bruja ha visto el destino de ese niño.

Sabe que nunca será rey. Su presencia es insignificante para el mundo. Pero también conoce el significado que daría para ese niño el trono, es por eso que con falsas profecías le ha instado a esforzarse por tomar lo que por derecho es suyo.

Hay un solo peso muerto que no ha tomado en cuenta y este es Luke. Le observa, sabe quién es, otro bastardo de la Casa Strong. Hay una barriga abultada. Y sabe con esto que será un problema, los niños por lo general vuelven voluble a los jóvenes, en especial a esos faltos de amor como Aemond. Sabiendo de antemano la situación, aun así, consulta:

-¿él es?

-Mi sobrino...

-Oh- la mujer se acercó y pellizco la mejilla del niño, estaba frio - ¿Qué busca que haga con él? , no es que sea una experta madre, he matado a mi propio hijo por tú causa.

-No pedí que lo hiciera - afirmó, se acercó a ella, observándola de pies a cabeza. Su mano se alargó y le abrazo por la cintura. La bruja tenía más de 40 años, pero un cuerpo tan joven y suave capaz de competir con una bonita chica en sus 17... - Voy a usarlo para atraer y matar a Rhaenyra.

-Oh... ¿Y luego?

Aemond mira a Lucerys, sus ojos seguían siendo curiosos, con un poco más de timidez y desprovistos de cierto salvajismo como le recordaba antaño.

Sin saber que decir guardo silencio, la bruja entonces agregó.

-Ya luego decidirás.

Aemond odia a Lucerys. O quizás solo odia lo que ese niño significó la ruina para su familia. Las cosas se han adelantado un poco, pero era un futuro descrito por su madre desde hace mucho. Si no conseguían el trono, sus cabezas estarían en riesgo. Irónicamente ella literal, fue la primera en perder la cabeza.

Aemond por lo mismo debería de en algún punto torturar al mocoso. Pero a la vez hacerlo le hace sentir incomodo. Ni siquiera ha podido encamarse con la bruja. Entre los dos existía ese tipo de relación, con sexo esporádico en ocasiones, pero ahora, no puede joderla. No sin escuchar los gemidos de dolor y percibir los lamentos del bastardo retrasado. Así que, en más de una ocasión se ha quedado "a medias".

Y quizás todo esto es debido al uso que debe darle en el futuro al crio, quizás por ello se refrena, y en teoría intenta que la vida sea más llevadera. Después de todo las estaciones y el viaje será más difícil. No puede volar en su dragón y debió dar la orden que este regresara con su dueña.

Hate me..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora