VIII. Mascotas.

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❝ Todos los hombres son dioses para su perro.

Por eso hay gente que ama más a sus perros que a los hombres. ❞



Tratar a este niño, siempre había sido un dolor en el culo.

Recuerda la primera vez que lo llevaron con él, había perdido un ojo...

La segunda, no era capaz de controlar sus feromonas.

La tercera ha perdido sus dedos.

Y esta última, su cuerpo esta quemado. ¡Esto era una locura!

¿La próxima vez recibirá un cadáver? Debe advertirle que no es un brujo que lo puede traer de vuelta del mundo de los muertos.

Sin mucho cuidado el "matasanos" arrastro a su paciente hasta una maltrecha cama. Un par de ojos se sumó con curiosidad para evaluar al recién llegado.

Lo observó desde el rincón de la habitación. Mientras con pereza toma su merienda, un poco menos de las sobras de la noche pasada. Tratando inútilmente de triturar un hueso de pollo. Hay un poco de infelicidad en su expresión. Ese hueso ya no tenía ningún resto de carne y no es grato. ¡Solo queda un sabor rancio!

Harto y con el estómago vacío, sacudió su cuerpo, y se levantó del montón de ropa sucia en el suelo. Gateo atraído por el ruido de las cadenas que habían terminado de quitarse del cuerpo de Aemond. Como toda bestia siente curiosidad por cosas nuevas.

El médico no se preocupa de su mascota. Es un perro obediente. En cambio, es meticuloso en el trato de Aemond. Este niño siempre fue difícil de complacer.

La mascota observó el tratamiento. La otra parte tenía cerrado su ojo y temblaba como si sufriera espontáneamente. Esto conmovió al espectador. La bestia no comprendía mucho del mundo. Pero no le gusta sufrir. No le gusta el dolor. ¡Eso no debía existir!, a él le gusta comer. Todos debían comer. ¡Todos debían comer piernas de pollo! , si todos pudiéramos comer pollo, ¿Cómo estaríamos tristes? ,SI LOS POLLOS TUVIERAN CUATRO PIERNAS, EL MUNDO FUERA UN LUGAR MEJOR.

Como no sabe que hacer para que las largas pestañas de Aemond dejen de balancearse mientras su entrecejo se frunce y jadea debido al dolor de arrancarle la piel quemada. Alzó su pata. Y con cuidado acaricio la cabeza del paciente.

Esto debía servir. Pero ni Aemond dejó de sentir dolor y temblar, ni la curiosa mascota se pudo detener, sus dedos se enrollaron en los largos cabellos como hilos fino, empezando a jugar con el. En menos de una hora la larga cabellera se reduce a un nido de pájaros en la cabeza del Alpha.

Cansado después empezó a olfatearlo e intentar comerlo.

—¡Eso no se come! — un almohadazo contra su cara hace a bestia desistir de la cabellera de Aemond — ¿Qué le diré a mi señor si le dejas calvo?

Como respuesta solo hubo un rechinar de dientes y un gruñido. Aun así, dejo de molestarlo y se quedo quieto a su lado, en medio de la atención por parte del doctor.

La curación termino luego de varias horas. Y para suerte de Aemond a diferencia de su hermano. Sus quemaduras solo han sido graves en su brazo. En las costillas no se tocó ningún hueso u órgano vital. Unos meses de recuperación y todo estará bien.

El tiempo debía seguir su flujo, y Aemond no despertó en 5 días. El curandero lo había mantenido drogado y se ocupó de darle apenas líquidos para no tener que lidiar con limpiar mierda o meados.

No quería ninguna reacción loca por parte de su paciente cuando vea sus quemaduras. Tenerlo dopado era la mejor opción en lo que cura lo peor de su condición.

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