X. Perdido.

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Aemond regreso a casa.

Como lo esperaba, el ambiente es desprovisto de cualquier hogar normal. No es que en este punto lo ansié, o que le sorprenda, es simplemente tener la certeza de lo que se conoce, las cosas siempre pueden ser peor.

Fue a visitar el lugar donde se habían depositado las cenizas de su madre. Esa tarde se encontró con Aegon.

Ambos tenían demasiados conflictos no resueltos.

Una parte reclama la huida de su hermano.

La otra reclama la incapacidad de defenderla.

El conflicto silencioso los llevo a los golpes. Un cuerpo sobre el otro, arrastrándose a la orilla de la playa, hundiéndose en el área, siendo incapaces de enfriar su cabeza, incluso con el frio oleaje. Aemond apretó fuerte el cuello de Aegon. Mientras este le empujo con una patada en el vientre.

Pelaron como lo hacían de niños, haciéndose daño, siendo el saco de boxeo del otro. Ambos se conocen bien, las debilidades del otro. Insolubles entre sí. Pero intrincados por sangre y pertenencia.

—Vete, no es tiempo que vuelvas — en medio de jadeos, la voz de Aegon parece agotada.

Aemond responde con una sonrisa y otro golpe que le rompe el labio a su hermano.

—¿Soy igual que tú un cobarde?

—Actualmente no vas a heredar nada. Te mataran como un perro, ¡NADIE ESTA DE TÚ LADO! ¿La legitimidad importa? , no tienes padre, madre, aliados que vayan a pelear por ti.

—¿Y que importa si no creen en mí? Voy a sentarme en ese trono y hare lo que todos ellos no pudieron — Aegon es poco ortodoxo para pelear, mordio el brazo de su hermano y así consiguió la soltura de unos segundos que le permitió estar arriba de él.

—NO DIGO QUE NO SERÁ TUYO. Pero no ahora, largo, busca aliados, busca a la maldita bruja, lo que sea, pero no mueras antes del tiempo.

—¿Y desde cuando se supone que me estas apoyando?

—Todos se pueden ir al diablo, pero pase lo que pase, no dejare que sean ellos quienes se sienten en el trono, puedo dejar que reine un cerdo... PERO NO ELLOS. Cueste lo que cueste, actualmente, ¿Qué tenemos que perder?

Ambos hermanos se observaron, detuvieron la pelea por unos minutos y se tendieron en la arena, mientras observan el cielo hay demasiada confusión en ambos.

No tenían que ser sentimentales,

Su vida a rondado siempre entre lo ridículo hasta esta barata tragedia.

—Antes te mirabas mal sin un ojo, pero ahora... te ves de la mierda. Tuerto y chamuscado... — Aegon no pudo dejar de reír con un sentir agrio.

—Vete a la mierda — un puñal hizo un limpio corte en el cuello de Aegon, la mano del hermano "tuerto y chamuscado" fue generosa y aquello solo fue una advertencia para que se callará — ¿Qué quieres a cambio de esta alianza? — Aemond conoce al otro, sabe que nada es gratis y esta seguro que este inútil no será de ayuda, pero lo va a dejar estar, por haber enfriado un poco su cabeza.

Márcame, así me evitare problemas con otros Alphas a futuro.

Aemond se lo pensó un poco, pero marcarlo significaría que causaría molestias a la mascota que tiene escondida en casa. Ese animal esta preñado y ese niño será valioso en el futuro, no se puede dar el lujo de joderlo. O eso considero que es la razón principal para negarse a tal propuesta.

Se levanto y negó con su cabeza.

—Soy selectivo, no marcaria a cualquier prostituta — Aegon no creía que ese bastardo dijera algo así, ¡estaba ofreciéndose ayudarlo! ¿Qué demonios de retribución por su apoyó es ese?

Hate me..Where stories live. Discover now