Darla Jonas tiene un don especial, un don que muchos no podrían entender. Darla Jonas tiene el don de ver los colores del corazón. Puede saber cuándo una persona esta triste, feliz, dice la verdad o una mentira, o si siente emoción o si la finge. A...
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AMARILLO ÁMBAR.
"Baby, sé que no querías hablar sobre ese tema, el pasado es una tumba difícil de escarbar y a veces ni es mejor tocarlo, pero ya que decidiste abrir la caja, te doy mi permiso y el de Trevor. Puedes hacerlo libremente, no te limites a tus propios pensamientos y haz lo correcto, tú mereces ser feliz y tener todas las cosas bonitas del mundo. Te amo."
Leo el mensaje de Erín, sonrío, guardo el teléfono en el bolso y miro hacia el edificio de Theodoro.
El lunes ha llegado y es momento que él se entere de toda la verdad.
La puerta grande se abre, veo al pelinegro acercarse a mí con ropa deportiva de color negro y no paso por desapercibido que puede ser su favorita, al llegar a mi costado y nos damos un pequeño beso, le paso la bicicleta que traje para él y la confusión se refleja de inmediata.
—No era lo que esperaba— dice tomándola— ¿Por eso me pediste ir en ropa deportiva?
—Sí, mira, como yo— me señalo mi outfit el cual costa de un conjunto deportivo enterizo de color negro igual, junto a unas zapatillas rojas, una gorra y un bolso lleno de agua y barras de proteínas.
—Estas hermosa y luces comestible, señorita Darla.
—Theo. Eres un pervertido.
—Sincero que es distinto. ¿Este es nuestro medio de transporte?
—Sí, ¿No te gusta?
—Montar bicicleta no es mi cosa favorita, pero, sí, lo hago a veces. No tengo problemas con eso.
—¿Qué dices? Montar es divertido, te llena los pulmones de aire fresco y además estas fortaleciendo tus músculos.
—¿Te gusta montar?
—Sí. — me percato el rumbo de la conversación y lo señalo acusatoriamente, Theo ríe y levanta una de sus manos.
—Perdón, no era mi intención.
—No colaboras, señor De Luca.
—Perdón señorita Darla. Las palabras salieron simplemente.
—Ok. Tardaremos alrededor de 30 minutos a 45 minutos llegar al lugar donde vamos, por favor mantén la mente abierta ante todo lo que viene...— suelto un suspiro que no sabía que tenía guardado, mis manos comienzan a sudar y las limpio en las licras— Espero que me puedes escuchar hasta el final.
