Capitulo 7: Amigos de verdad

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Mis amigos no paraban de gritar y de hacer el ridículo frente a todas las personas, Nina y yo íbamos al final y solo reíamos de las estupideces que hacían, Axel cargaba a Jessie y Andy a Tessa ambos corriendo y gritando idiotez y media que se les pasaba en ese momento por la cabeza.

-¿Ellos saben? -le pregunte en voz baja a Nina-. Ya sabes, lo de los...

-No -dijo seria-. No pienso decírselos durante un largo tiempo, y tu tampoco -me miro amenazante-.

La mire asintiendo con la cabeza hasta que se oyó un grito, me gire y vi como Axel había bajado de sus hombro a Jessie y ayudaba a Tessa a levantarse pues Andy la había tirado al suelo, pero lo que más nos impresiono era que Andy estaba mirando fijamente a uno de los Moon, alto de cabello oscuro y ojos claros, con el cual se había chocado pero este no se había movido ni un milímetro.

Ambos se miraban a los ojos, entonces para sorpresa de todos el chico Moon le sonrió a mi amigo y luego se alejo con el resto de su familia, Andy quedo hecho una piedra parado ahí en el mismo lugar como una piedra inerte pero tenía las mejillas sonrojadas.

"¿Qué fue eso?"

-Le gusta Matthew Moon -me dijo Nina mientras miraba divertida a su amigo-. Le gusto desde que se mudaron a la ciudad-.

-Entonces, ¿Andrew es gay?

Nina me miro como si fuera el ser más estúpido de la tierra, yo solo reí nervioso y mire a otro lado. Travis Moon me miraba desde lejos, fruncí el ceño y me gire dándole la espalda, ese tipo era peor que un acosador.

-Eres un estúpido Blake -dijo Tessa mirando al rubio enojada-.

-Lo siento -pudo hablar por fin-. Es que el, apareció de la nada y yo...

-Ya ya cállate, no soporto cuando hablas de tu amor -dijo cruzándose de brazos-.

Andy la miro con el ceño fruncido y convirtió sus labios en una fina línea, para evitar problemas abrace a Andrew y lo arrastre hacia la librería donde mamá trabajaba y el resto de mis amigos nos siguió.

-Así que ya sabes -dijo el rubio-.

-Si -lo mire-. No te voy a juzgar

-Igual no debes, pues con las miraditas que te das con Travis me hace pensar que...

Me solté abruptamente del rubio y con la palma de mi mano lo golpee en la nuca, el chillo y me miro entre sorprendido y enojado sobándose la zona afectada.

-¡Pero qué bruto! Casi me vuelas la cabeza -grito exagerando-.

-Ha sido tu culpa, por decir eso -le chille en la cara también-.

Y antes de tirarnos uno sobre otro Axel se puso en medio y nos separo bufando y luego entrando a la librería.

A empujones Andrew y yo entramos al mismo tiempo a la librería empujando a una que otra persona y luego comenzamos a tirarnos manotazos y uno de estos golpeo en la cara a Axel quien se molesto y se metió en la pelea, y justo cuando un gran hombre calvo quería acercarse a separarnos Andy le metió un tortazo en la cara.

A lo lejos vi la cara de furia de mi madre, entonces tomando del brazo a Axel y Andrew salí disparado de la librería seguido de las chicas y oyendo los gritos del dueño del lugar que resulto ser el gran y calvo hombre.

-¡Y no vuelvan! -Grito furioso el hombre desde la puerta-.

Jessie comenzó a reírse y aplaudir peor que foca epiléptica y Tessa la siguió para después Nina terminar en el suelo riendo, Axel sobre ella y Andy recostado en un banco mientras yo estaba parado abrazando mi estomago, todos riendo.

-Eso ha sido divertido -hablo por fin Tessa-.

-Sí, ahora tengo sed, vayamos por alguna bebida -dijo como niña Jessie jalándonos del brazo hasta una pequeña cafetería-.

Al entrar notamos de inmediato el delicioso olor del café, aunque también habían bebidas frías, el café fue el que más nos llamo la atención, así que todos bebimos de este pues había comenzado hacer un frio tremendo y aunque Nina y yo no lo sentíamos fingimos que sí.

-Chicos -ellos me miraron-. En serio gracias por esto, además de por ser mis amigos

-Que va chico -me palmeo la espalda el rubio-. Tenías cara de pertenecer a nuestro grupo

Yo les sonreí y después de eso Tessa saco su cámara y comenzó a tomarnos fotos de todos tiendo, jugando con las bebidas, abrazándonos, molestándonos, todo fue prácticamente maravilloso, hasta que un dolor se instalo en mi pecho. Y mientras miraba a mis amigos note que no podía esconderles aquel secreto que llevaba muy bien guardado, y aunque Nina no quisiera hacerlo debía de contárselos.

-Chicos -dije serio, Nina noto que quería decir-. Necesito que vengan a casa, debo...

-Debemos -me corrigió Nina, y sentí su apoyo al querer decirles nuestro secreto-.

-Mostrarles algo -termine la frase-.

Los chicos asintieron extrañados y después de terminar el café fuimos juntos a casa, los segundos se iban acabando y pronto ellos sabrían que Nina y yo teníamos sangre lobuna recorriendo nuestras venas.

The howl of a lone Wolf ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora