Capitulo 33: Doble peligro

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Cuando los mareos y las náuseas comenzaron a hacerse presentes trate de replantearme la idea de quedarme con el bebé o no. ¿Cómo es que las mujeres podían con esto?

Me tire al colchón agotado, Jack me miraba divertido y yo solo lo fulmine con la mirada, intento acariciar mi cabello pero yo le golpee la mano alejándolo de mí.

-Uy ¿de malas? –Rio-.

-Cállate Wood –suspire-.

-Solo ha pasado un mes –ladeo la cabeza-. Te faltan ocho

-Te voy a romper tu linda cara si sigues jodiendo

El solo rio y salió de mi habitación dejándome solo, cuando comencé a sentirme mejor baje las escaleras para ver a mis hermanos reunidos hablando en voz baja, aunque no tenía nada de interesante puesto que todos éramos lobos y obviamente podía oír lo que decían.

-¿Qué hacen engendros?

-Deja de decirnos así patético intento de mujer embarazada –hablo Dylan-.

-Amargado –rodé lo ojos-.

Los chicos siguieron hablando hasta que se oyó un fuerte aullido pidiendo ayuda, me levante con rapidez y los chicos me siguieron, al salir de la casa note como Jack corría en su forma lobuna hacia el bosque, pronto lo imitamos.

El bosque se veía algo tétrico, no como normalmente lucia, el campamento de la nueva manada estaba totalmente destruido y muchos cuerpos descuartizados tirados por todos lados, volví a mi cuerpo humano y no pude evitar vomitar, los más jóvenes de la manada y el alfa eran los únicos con vida.

-¿Qué paso aquí? –Pregunto Jack-. ¿John? –Miro al alfa-.

-Ellos llegaron

-¿Ellos? –mi padre pregunto preocupado-. ¿Quiénes son ellos?

-La manada asesina, los Bagueera –miro hacia el cielo-. Va a llover

Mi padre y Jack ayudaron al alfa a levantarse, note como Dylan buscaba con desesperación a Aaron, su mate. Apoye mi mano en su hombro y el me miro algo asustado.

-¿Dónde están los cazadores que los cuidaban? -pregunte por él-.

-¿Esos niños? –el alfa pregunto-. No lo sé, busquen entre esos cuerpos, si no están es porque la manada se los llevo

Dylan se lanzó hacia la montaña de hombre y mujeres, al notar que no estaba su amado suspiro algo aliviado, mire a los jóvenes de la manada y me acerque.

-¿Vieron algo más?

-Esa manada –hablo la chica-. Se han aliado

-¿Con otra manada? –Pregunto Matthew-.

-No –alzo la mirada-. Con los cazadores

...

Jack me mando a casa apenas noto que el olor a muerto me hacía dar más nauseas de lo normal, asentí y camine por el bosque junto a Dylan y Emily directo a casa, apenas llegamos mamá, Valerie y Elizabeth preguntaron sobre lo sucedido.

-Señora Wood –le hable-. Debe comunicarse con su manada, que nadie salga de casa

-Claro –tomo su bolso-. Elizabeth vamos, se hace tarde

Ambas se despidieron y subieron al automóvil para alejarse por la carretera, me senté en el sillón suspirando algo cansado pronto Emily llego con dos tazas de té y me tendió uno.

-¿Y Dylan?

-Se ha encerrado en su habitación –alzo los hombros-. No quiere que nadie lo moleste

-Dylan siempre ha sido un rebelde –entonces procese lo que dije-. ¡Dylan!

Subí las escaleras corriendo y cuando entre a la habitación de mi hermano note que este no estaba allí y la ventana se encontraba totalmente abierta, comenzaba a exasperarme y Emily decía de debía calmarme por el bebé. ¡Al diablo el bebé! Mi hermano menor acababa de escaparse mientras una manada de lobos dementes unidos a unos cazadores de mierda andaban sueltos.

-¿Qué haces? –me miro asustada-. ¡Ma...

La golpee en la cabeza antes de que gritara, la deje recostada en el sillón y termine de colocarme la chaqueta de cuero, salí de la casa en silencio y empecé a olfatear el ambiente, Dylan sí que sabía esconder muy bien su olor.

-¿Dónde coño estas hermanito? –Mire hacia todos lados-.

Lo primero que hice fue correr hacia el bosque mientras olfateaba el aire, Dylan había pasado por allí pero perdí su olor unos kilómetros más allá, me senté en la tierra y gruñí de molestia. Ese niño, lo iba a golpear tan fuerte cuando lo vea, sentí pisadas cerca y me escondí detrás de un árbol, olía a lobo, un olor que nunca antes había olido. Cerré los ojos y sentí como el animal se acercaba lentamente a donde estaba.

¿En qué mierda me he metido?


The howl of a lone Wolf ©Where stories live. Discover now