Capitulo 31: No puede ser

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La tarde paso entre risas y platicas amigables, pronto mi manada tuvo que ir a ordenar sus cosas y tuvieron que irse, eran las seis de la tarde cuando nos reunimos en la gran casa de los Moon ya que nos habían invitado a cenar.

Elizabeth inmediatamente congenio con Kira y ambas hablaban de ropa y maquillaje, Emily y Jule jugaban con el pequeño Tobías, mi sobrino, mientras que Matthew estaba sentado alejado mirando con molestia a mi mate.

-Por cierto –hablo mi madre-. ¿Por qué Travis tiene los ojos verdes al transformarse?

Mi mate alzo la cabeza y note que Matthew sonreía de lado, Travis se removió nervioso en su sitio y yo fruncí el ceño.

-Bueno esto es algo delicado de contar –Isabelle miro a su hijo-. Cuando Peter se enamoró de mí, una bruja lo hizo al mismo tiempo de el

-Como la bruja noto que mi mate era Isabelle y no ella lanzo un hechizo

-¿Las brujas existen? –Pregunto Elizabeth-.

-No somos los únicos seres sobrenaturales en este mundo –sonrió Kira-.

-¿Y qué paso? –pregunte yo-. ¿Con el hechizo?

-Al lanzar el hechizo, este recayó en Travis puesto que Isabelle estaba en su espera –continuo Peter-.

Travis se removió nuevamente y yo lo atraje hasta mí, recargo su cabeza en mi hombro y cerró los ojos frunciendo el ceño.

-¿Es algo malo?

-Yo diría que una bendición –sonrió Isabelle-.

-No para mí –gruño por lo bajo Travis-.

-Vamos hermanito –hablo Matthew-. ¿Qué tan malo pueda ser que seas capaz de procrear?

Me aleje de Travis algo sorprendido y este miro el suelo, mi familia veía sorprendido a mi mate y yo tampoco podía salir del asombro.

-A ver –hablo mi hermana-. ¿Cómo así procrear?

-Travis puede quedar embarazado –murmuro su madre-.

-Es una maldición –rugió este-. Se supone que yo te lo haría a ti y así nunca te enterarías –me miro-.

-Y bueno, ya que ustedes tuvieron sexo y Travis fue el pasivo... –soltó burlón Matthew-. Supongo y lo hicieron con condón

Fruncí el ceño, era más que obvio para todos que no lo habíamos hecho con protección, Travis se paró y trato de abalanzarse sobre su hermano pero yo lo detuve. El suspiro y me arrodille frente a su vientre, cerré los ojos rogándole a la princesa Raksha en el cielo que por favor no escuchara nada fuera de lo normal, mi oreja se apoyó en el vientre de Travis y todos guardaron silencio.

Podía escuchar los latidos de todos en la habitación, así que me concentre y agudice mi oído alfa, entonces los escuche, eran pequeños latidos que obviamente no eran de Tobías ya que él era mucho más grande, eran débiles casi imperceptibles, pero estaban ahí.

Me aleje suspirando, quería llorar, y no de felicidad.

-¿Y bien?

Asentí con la cabeza y la primera en chillar fue Emily que corrió hasta su hermano dándole un fuerte abrazo, mi padre me veía intranquilo y yo solo atine a salir de la casa y correr hacia el bosque como un maldito cobarde.

...

Narra Travis:

Sentí mi mundo caer cuando Jack huyo del salón, me senté en el sillón no había pasado ni siquiera un mes de haber descubierto que éramos mates y yo ya estaba embarazado. Dios mío era un fenómeno, ¿Cómo coño un hombre se podía embarazar? Eso sin duda era obra del demonio. Tire mi cabeza en el sillón y cerré mis ojos para no llorar, mi lobo aullaba de tristeza. No quería tener al bebé. No quiero.

-Hijo tranquilo –mi madre se arrodillo frente a mí-. No es nada malo

-¡¿No es nada malo?! –chille-. Mamá para empezar es algo estúpido que tenga un bebe dentro de mí, eso no es natural

-Nosotros nos transformamos en lobos, ¿Qué cosa natural hay en eso? –Apoyó mi padre-.

-Quiero estar solo –comencé a caminar hacia mi habitación-. Lo siento –me disculpe con los Wood-.

-Travis –hablo mi padre seriamente-. No vayas a cometer ninguna estupidez

Rodé los ojos y asentí alejándome de todo, cuando estuve tirado sobre mi cómoda cama escuche a lo lejos un aullido doloroso, sabía que era Jack. Las lágrimas no tardaron en salir y mi mano golpeo levemente mi vientre.

-Todo es tu culpa –gruñí-. No te quiero aquí, vete

Comencé a sentirme triste, era él bebé, lo sabía, estábamos conectados y a pesar de que no tenía más que una semana de vida él ya podía sentir. Pero era la verdad, yo no lo quería aquí, no lo quería en mi vida.

 Pero era la verdad, yo no lo quería aquí, no lo quería en mi vida

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The howl of a lone Wolf ©Where stories live. Discover now