capítulo 4

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La mañana, inicio con el despertador y su sonido agudo arruinando sus sueños. Se quejó y volteó esperando a que se detuviera con el tiempo, pero no sucedió.

- mmmh mierda- se quejó al despertar completamente, intento alcanzar su reloj, pero se cayó al piso acabando con la tortura del sonido. Se acomodó de nuevo en su cama, pero después de 10 minutos su celular sonó.

Gritó desesperado, ya enojado se volteo y tomo el celular-¿Qué?-

-discúlpeme señor Doyler, pero se le necesita en el hospital para dar información de sus dos amigos David Myers y Sebastián Pugh-

-...iré de inmediato -y con esas palabras, Alexander se levantó con sólo 5 horas de sueño.

Al bañarse se dio cuenta el ser le dejó manchas de sangre en su mejilla. Pero al contrario del miedo que podría invadir a cualquiera en su situación, él sonrió nostálgico, lo había recordado, ahora sólo debía apresurarse a ver a sus amigos y luego podría ir a ver al ser. Se ducho, vistió y salió corriendo
hacia el hospital.

Al llegar ahí pregunto por sus amigos en recepción donde lo guiaron hasta el pasillo con un montón de doctores charlando de algo que no pudo oír.

-disculpen, ¿pueden decirme que sucede?-preguntó intimidado de la angustia que algunos expresaban.

-tú eres Alexander Miler ¿no? Debes responder un par de preguntas -ordenó uno de ellos.

-e-entendido - habló rápidamente.

Entre todos los doctores salió un chico de 20 años sonriente comparado con los otros y con él que hablaba.

-déjeme esto a mí ¿vale? Ven Alex- se dejó guiar por aquel doctor y se sentaron cerca de los ventanales. Donde el doctor miraba en silencio el exterior, pero Alexander no podía tener tiempo para distraerse.

-bueno, ¿por qué no me interrogas?-

-¿ah? Cierto, perdóname, me distraje por el paisaje- dijo reaccionando sonrojado.

-tienes razón, es muy lindo...-intentó calmar el ambiente quizá estaba siendo muy hostil.

-¿tú qué prefieres la cuidad o la naturaleza?-

-pues ambas me parece que tienen sus lados buenos, aunque la ciudad a arrasado con la naturaleza-

-cierto, bueno empezaremos con las preguntas - parecía insatisfecho con la respuesta - ¿sabes algo sobre lo que les paso?-

-sí, los tres fuimos a acampar, pero algo nos atacó, yo salí corriendo...y los deje solos- Obviamente no diría nada del hospital abandonado.

-pero uno de los vecinos fue quien los encontró en su departamento-

-posiblemente David llevó a Sebastián, sé que es muy fuerte-

-¿Qué animal fue?-

-creo que lobos-

-¿y a ti no te atacó el animal?-

-no, bueno, no salí herido-

-pero no pareces muy sano, estas pálido y tus ojos denotan cansancio-

-emmm... últimamente no he tomado mis medicinas...¿puedo entrar a verlos?-

-Tal vez, Sebastián ya se despertó y tu otro amigo ya se le habrá pasado el efecto de la morfina, veré sí puedes entrar-

-gracias-

Ambos volvieron, el doctor habló con el grupo y volvió con Alexander, quien dudaba sí ese doctor lle creyó.

-puedes entrar -avisó con una sonrisa amable.

-muchas gracias- Alexander entró a la habitación cerrando con cuidado de despertarlos.

Pero Sebastián estaba ya despierto, veía hacia la ventana y David estaba despertando.

-Alexander...sabes, jamás pensé en que lograriamos encontrar algo, pero al parecer me equivoque. Esa cosa...es
como si aún lo viera, como sí nos persiguiera. Que sepas no te culpo
por esto, no, pero te pido que no
lo vuelvas a hacer, que no vuelvas
a ir a lugares así...por favor-

-Sebastián perdóname-dijo Alexander abrazandolo con fuerza, él tenía sus ojos cristalinos, no podía ser tan mal amigo.

Sebastián lo abrazo de regreso y ahí se permitió llorar, ambos continuaron abrazandos hasta que Sebastián decidió romper el silencio.

-¿Qué les dijiste qué pasó? -

-dije que fuimos a acampar y nos atacaron unos lobos-

-vaya imaginación-susurro limpiando sus lágrimas.

-que nenas, no tienen que llorar por mí - dijo David.

-¡David!-Sebastián gritó e intento moverse para abrazarlo o quizás algo más, pero el dolor de cabeza se lo impidió dando un fuerte quejido.

-¡Sebas! -David se levantó rápidamente y fue a su lado.

-mejor los dejó solos, otra vez discúlpenme-  Noto que estaba sobrando entre ellos, estaba en lo correcto con sospechar que ellos dos se amaban.

-no fue tu culpa, ninguno sabía de lo que había allí- dijo Sebastián mientras le sonreía a David y tomaba su mano.

-está bien, descansen -dijo Alex con una sonrisa, salió de la habitación y fue recibido por el doctor.

-¿Cómo te fue?-

-bien, gracias- dijo sonriente.

Camino un poco, pero sintió como sí sus piernas comenzaran a fallar y cayo al piso con suerte de lograr proteger su cabeza con sus brazos.

-¡Alex!-escucho a lo lejos acompañado de pasos rápidos que poco a poco se apagaban en el espacio.

[No denuevo...] pensó Alex antes de desmayarse.

Luego de minutos

Alex empezó a despertar y lo primero que vio en la habitación fue aquel doctor escribiendo algo sentado al lado suyo.

-oh despertaste, ¿cómo te sientes? -

-me siento bien, gracias...-dijo algo confundido, derrepente vio por la ventana, era de noche -disculpe...-hizo una pausa por no saber como se llamaba.

-Lucas-

-Lucas ¿me puedes decir la hora?-

-claro, son las 9:45 p.m.-

-...debo irme-

-mmm... está bien, sólo toma estas pastillas y vuelve en 1 semana ¿vale?-

-si, gracias, Lucas- dijo de manera amable mientras tomaba la receta médica.

-ah tus padres querían entrar aquí, se preocuparon mucho, te esperan en el estacionamiento- eso era a lo que temía.

El doctor lo acompañó fuera del hospital llamado la atención de varias enfermeras en el camino, Lucas era muy lindo y amable, deseado por la mayoría de quienes lo rodeaban, pero a éste no le parecía interesar nadie.

-espero verte mejor-

-muchas gracias- dijo dando un beso en la mejilla y subió al auto de sus padres rápidamente.

Te encontré por casualidad ♢Yaoi/Gay♢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora