Capítulo 10

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Primer Acto || Diez

"Intercambio"


Ariadna estaba a punto de acostarse a dormir cuando su collar comenzó a brillar, aquello solo podía significar algo, Klaus estaba en peligro. 

En Mystic Falls, Elijah sostenía con una de sus manos el corazón de su hermano menor. El collar de la Hale se agrietó un poco, sabía que el hibrido estaba al borde de la muerte.

Corrió rápidamente a coger un abrigo, su varita y un pequeño maletín, cuando estuvo apunto de aparecer en Mystic Falls, su collar dejo de brillar y se arreglo mágicamente. 

Decidió dormir e ir por la mañana a donde Klaus se encontraba. 

Al día siguiente le envió un mensaje a su primo y amigos avisándoles que irse urgentemente de Beacon Hills. Apareció en el departamento del maestro donde sabía que Klaus se quedaba, no le importo quienes se encontraban en el lugar la niña se acerco rápidamente al híbrido. 

—Klaus, ¿estas bien?—toma su rostro entre sus manos inspeccionándolo, la punta de su varita se ilumino con una pequeña luz blanca pasándola por todo el cuerpo del mayor, al ver que se encontraba bien lo abrazo—. Estuve muy preocupada.

—Estoy bien, cachorra—la tranquiliza besando su frente.

Elijah y Stefan se preguntaban quien era la menor.

—Klaus—Stefan llamo su atención—. Necesito tu ayuda, para mi hermano. 

—No importa que sea, tendrá que esperar—besa una vez más la frente de la menor por unos segundos antes de alejarse un poco de ella—. Tengo una obligación con mi hermano que requiere mi inmediata atención—se acerca al de traje.

—Entiendes la importancia de la familia o no habrías venido. Mi hermano me dio su palabra de reunirme con los míos—explica Elijah.

Ariadna observa como Klaus esconde tras su espalda una daga.

—Y eso haré—asegura el híbrido antes de apuñalar a su hermano con la daga.

—Ahora, ¿qué voy hacer contigo?—le pregunta a Stefan clavándole un pedazo de madera.

—Las brujas dicen que tienes la cura. Haremos un trato, dame la cura y haré lo que tu quieras—menciona el Salvatore levantándose con dificultad cuando Klaus lo suelta.

—El problema es que no se si me servirías como estas ahora. Eres casi inútil.

Klaus toma una de las manos de la Hale sentándola en la mesa, acaricia su cabello con dulzura. 

—¿Traes mi bebida favorita contigo?—le pregunta acariciando ahora su mejilla, la menor asiente con la cabeza—. Podrías entregármela, nuestro amigo Stefan las necesitara. 

Ariadna abre su pequeño maletín sacando un par de bolsas de sangre. El híbrido las toma y se las arroja al Salvatore.

—Una vez escuche de un vampiro, alguien loco. Le gustaba beber y no beber por décadas y si bebía, él era magnífico. En 1917 llegó a Monterrey y acabó con todo un pueblo de migrantes, un salvaje. ¿Te suena familiar?

—Klaus, no he sido así desde hace mucho tiempo.

—Con ese vampiro podría hacer un trato. Ese es el talento que necesito cuando me vaya—mira a la vampira—. Katerina, ven aquí.

—Hola Kitty Kat—Ariadna la saluda con una dulce sonrisa.

La vampira se acerca con temor al híbrido, Klaus muerde su muñeca mostrando como la mordida de un hombre lobo afectaba a los vampiros, después hace que beba su sangre haciendo que se cure.

—¿Quieres tu cura? Ahí esta.

—Tu sangre es la cura, interesante—susurra Ariadna mirando con admiración al mayor, este le guiña un ojo divertido. 

 En un pequeño frasco de vidrio comenzó a dejar caer gotas de su sangre gracias a un cuchillo el cual apretaba con su mano para que no sanara y dejara correr la sangre al frasco hasta llenarlo. 

—Aquí esta. ¿Quieres salvar a tu hermano? Dame una década de fiesta, tengo tantos planes para ti cuando nos vayamos—menciona viendo a Stefan.

—Ya no puedo ser así.

—Que lastima. Abrías sido un buen compañero—se acerca al fregadero tratando de tirar la sangre.

—Lo haré—lo detiene Stefan.

—Así me gusta. Quiero que brindemos con esto—le pasa una bolsa de sangre.

Comienza a beber de la bolsa al mismo tiempo que Klaus del burbon, la Hale noto cómo estaba aguantando el no dejarse llevar por la sangre cuando Klaus le da otra bolsa, le daba bolsa tras bolsa cuando se terminaba una. 

—Debes hacerlo—comenta al momento en que Stefan paro para agarrar aire—. Debes acatar todo lo que te diga, ese es el trato.

—¿Por qué quieres que lo haga?—le pregunta Ariadna a Klaus.

—Porque debe de aceptar su naturaleza. Si no lo hace, estará perdido.

—No creo que sea la forma correcta de aceptarse—hace una ligera mueca.

—Es el único modo en que aceptará—deja que la menor lo envuelva entre sus brazos mientras recarga su cabeza en su pecho—. Utiliza un hechizo protector sobre ti, no quiero que te lastime—la niña obedece—. Eres muy cooperativo, parece que lo disfrutarás—su mirada se pasa sobre el vampiro.

—Ni una más. No hasta que no me des la cura.

—Hasta hacer el trato. Tu elijes, Stefan. Puedes quedarte aquí viviendo en Mystic Falls o puedes aceptar lo que tu eres. Ven conmigo y salva la vida de tu hermano. Amor—le entrega a Katherine el frasco—. Lleva esto a Damon y vuelve aquí.

—¿Quieres que me vaya?

—Si, y su fuera tu—desaparece—lo haría rápido.

Mientras Klaus hablaba con Stefan y el resto subía los ataúdes al camión, Ariadna hablaba por mensaje con sus amigos y Derek

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Mientras Klaus hablaba con Stefan y el resto subía los ataúdes al camión, Ariadna hablaba por mensaje con sus amigos y Derek.

—Maldición—menciona la niña enojada.

—¿Qué ocurre cachorra?—Klaus se acerca a ella preocupado. 

—Kate a vuelto a Beacon Hills. 

 

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Mi dulce hibrida || kol mikaelsonWhere stories live. Discover now