Capítulo 30

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Primer Acto || Parte Treinta

"Los Mikaelson y los Hale"


Regulus observa sorprendido la gran colección de objetos de tortura que el híbrido coloca sobre la mesa, alza una ceja al ver como su hermana coloca sobre la mesa un gran portafolio con la letra W grabada en la tapa.

—¿Qué guardas en este portafolio?

—Sortilegios Weasley.

—¿Qué?—se acerca confundido al ver su interior.

—Son artículos de broma que el tío George creo junto a su gemelo. 

La atención de los hermanos se desvía a la entrada al ver a los Mikaelson ingresar.

—Hermanos míos, pónganse cómodos que presenciarán en primera fila la tortura de nuestro hermano mayor—Klaus sonríe con malicia extendiendo sus brazos a sus lados—. ¿Estás preparado para aprender?—se acerca al Hale mayor con una sonrisa muy similar a la de su padre cuando hacía una travesura.

Regulus se limita a asentir con la cabeza, observa en silencio como su hermana da pequeños brincos de alegría acercándose a Finn con unos objetos extraños en mano.

—Es momento de confesar tus pecados Finn—Klaus juega con una daga en sus manos—. ¿Te arrepientes?

—Púdrete Niklaus—espeta molesto.

—Respuesta incorrecta—lo apuñala cerca del corazón.

—¡Ahh!—los cinco hermanos se quejan al sentir lo mismo que el mayor.

Ariadna se acerca a comprobar el estado del hombre al que consideraba un segundo padre.

—¿Qué diablos ocurrió?—pregunta Kol.

—Están vinculado, lo que le pase a uno él otro lo sentirá—responde Regulus.

—Perfecto, no podemos encargarnos de Finn porque lo sentiremos. Nuestro día no puede empeorar—menciona con sarcasmo Kol.

—Malas noticias, su madre ha despertado—dice Ariadna escuchando pasos en la planta alta.

—Solo estaba siendo sarcástico—se queja el castaño.

—Síganme, necesito charlar con madre—Klaus le pide a los Hale los cuales no dudan en seguirlo.

—No irán a ningún lado Nik, no puedes llevar a estos niños a cualquier lado y dejarnos de lado—Rebekah le impide el paso cruzada de brazos. 

—Estás comenzando a cansarme Rebekah, apártate.

—No.

—Ella tiene razón hermano, es un asunto familiar. Ellos no son familia—la apoya Elijah.

Klaus lo toma por las solapas del saco.

—Jamás vuelvas a decir que ellos no son familia. Estos niños y otros más son mi familia, ninguno de ustedes lo puede cambiar—toma por las manos a los Hale arrastrándolos a la habitación donde su madre estaba encerrada. 

Los Mikaelson se miran entre ellos en silencio antes de seguir a los tres híbridos. Al llegar a la habitación observan con detenimiento los hechizos que los hermanos colocan alrededor antes de que Klaus ingrese al lugar, ellos no dudan en ingresar. 

—No somos de su agrado—comenta Regulus observando la puerta unos instantes antes de ver a su hermana.

—Considero que somos de su agrado, lo que les desagrada en realidad es la atención y preferencia que Klaus nos da—el pelinegro asiente a sus palabras.

Mi dulce hibrida || kol mikaelsonWhere stories live. Discover now