Capítulo 25

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Primer Acto || Parte Veinticinco 

"Mi historia"


—Soy Regulus Black—susurra sin sentimiento alguno.

Damon se acerca más a él, sus ojos reluciendo su lado vampírico. Regulus permite que su rostro se dirija a su cuello.

—Mátame, por favor—suplica mientras aprisiona el cuerpo del Salvatore entre sus brazos. 

Siente como el cuerpo del menor tiene pequeños espasmos, siente como las cálidas lagrimas de él  se deslizan a través de sus mejillas. 

No se sentía triste ni aterrado, el joven entre sus brazos realmente deseaba morir. Sus lágrimas eran de alegría, su pecho se oprime al escucharlo reír entre sollozos.

Sus colmillos rozan su suave piel, se replanteaba el morderlo.

—Gracias.

Esa simple palabra lo detiene, con su velocidad les da vuelta quedando Regulus encima de él.

—Llora todo lo que quieras—susurra en su oído.

Reafirma el agarre en su cuerpo, una de sus manos acaricia su cabellera rizada y la otra desciende de arriba a abajo en su espalda. Ni siquiera sabía porque lo consolaba en lugar de matarlo.

—¿Por qué no me matas?—pregunta el Black.

Damon siente un pequeño escalofrió recorrer su cuerpo al sentir como el aliento del chico choca contra la piel se su cuello.

—Porque no me temes.

—¿Qué?—la confusión se notaba en su voz.

—Si no muestras ningún sentimiento de miedo  o interés por sobrevivir no será interesante matarte. Mientras desees morir no tomare tu vida.

—Sin embargo, si deseo vivir, ¿tomarás mi vida?

—Si. 

Un silencio se formo entre ambos, Damon se sentía extraño con su presencia. Sus instintos le suplicaban proteger y cuidar del joven entre sus brazos, su interior deseaba quedarse a su lado por siempre.

Era un sentimiento tan intenso que jamás había experimentado, ni siquiera Katherine lo hizo sentir igual.

—Señor Vampiro—Regulus lo saca de sus pensamientos, se sienta a ahorcadas sobre él—. Enséñeme a amar la vida, cuando aprenda a hacerlo, podrá tomarla como tanto deseaba. Dejo en sus manos mi vida y mi alma, ahora le pertenezco.

Damon lo mira con los ojos abiertos, no esperaba aquella petición. Sonríe de lado incrédulo, aquel joven si que era interesante.

—Mi nombre no es señor vampiro, soy Damon Salvatore. Apréndetelo, porque a partir de ahora eres de mi propiedad.

El Black asiente, su rostro inexpresivo. El Salvatore lentamente dirige su mano a la mejilla del contrario, disfruta la sensación de su suave y cálida piel. 

Mi dulce hibrida || kol mikaelsonWhere stories live. Discover now