Recuerdo 26

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Después de su conversación en el bosque con Aegon. Devika regresó sin el collar pero con una gran determinación.
Caminaba firme y erguida, con la mirada al frente y la cabeza levantada, en su mirada reflejaba su poder y determinación.

Las doncellas y los guardias se sorprendieron de verla de esa manera. Desde que ella llegó a la fortaleza fue alegre y amable con todos, mostró su cara dulce y amable.

Incluso empezaron a correr los susurros donde decían que ella no era una verdadera heredera, ya que no actuaba como una. Todos esos murmullos fueron callados en cuánto la vieron y sintieron el gran aura de poder que irradiaba a su alrededor.

—Mis señores— entró a la habitación de sus padres quienes al ver su actitud se pusieron serios de inmediato.
Era muy raro ver a su hija tan seria y tranquila

—¿Qué pasa Devika?— su padre se puso derecho en su asiento

—Quiero que el principe Aegon tome nuestro apellido. Una vez que nos casemos será el quién vendrá con nosotros a casa— en ningún momento su mirada flaqueo

—¿A qué se debe eso?— la señora fell estaba sorprendida.

Habían quedado de acuerdo en que su hija sería quien se quedaría en la fortaleza y cuando naciera su primogénito sería enviado para que sea el heredero del sur

—Yo soy la heredera, madre. Mi lugar está en el sur, con mi pueblo y mi familia, mis hijos serán criados bajo mi propia mano y la del príncipe Aegon, mi prometido, próximamente mi esposo.

—¿Qué sugiere señorita? El acuerdo ha sido cerrado

—Hablaré con el rey, mi prometido y yo podremos llegar a un acuerdo con su majestad. Lo único que vine a pedirles fue su permiso para proseguir.

—¿Y si te lo negamos? — James alzó la ceja pensando en cuáles serían las acciones de su hija

—Entonces me temo que tendré que hablar yo sola con su majestad con ustedes en la habitación de al lado.— Devika estaba determinada a conseguir su apoyo. Pero incluso si no lo conseguía ella seguiría adelante, luchando por sí misma.

Su padre pareció pensarlo y en cambio su madre estaba orgullosa de su pequeña niña. Ninguno de sus hijos se había atrevido a luchar por su título tanto como lo ha hecho su niña. Sin duda será una buena gobernante, madre y esposa.

—Muy bien, pediré una audiencia con el rey para hablar de un nuevo trato

—si me lo permite, me gustaría ser yo quien lo solicite— cruzo sus brazos por detrás de su espalda

James suspiró y asintió, aún si lo negaba su hija lo haría con o sin su autorización.

^Dos días después se encontraban la señorita Devika Shell y a su lado el príncipe Aegon. Enfrente suyo se encontraba el rey expectante a lo que vendría a continuación. ^

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