Recuerdo 30

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Contenido +18 en este cap habrán declaraciones desagradables

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Devika se encontraba dando una vuelta por su hogar. Pasar un año en la fortaleza roja la hizo extrañar tanto su hogar que quería despejarse.
Después del fatídico final de su boda dónde el difunto mano del rey perdió la cabeza en todo sentido ella y Aegon se han vuelto más cercanos.

Sin embargo su matrimonio no ha sido consumado, debido a las heridas del príncipe y a que el momento no se ha dado, no han podido procrear un heredero para su casa.

Estaba visitando a Eros, su cuervo de fuego. Tuvo que dejarlo para evitar estragos con los dragones de los Targaryen. Ella desea que algunos de sus hijos pueda poseer algún cuervo de fuego.

Ni hemos follado y pienso en hijos - pensó la joven esposa.

—Hola hermanita— su hermano mayor Arnold le habló.

Devika lo ignoro, ellos no están en buenos términos después de que el intentará violarla. Y aún cuando no pudo lo encontró violando al cuerpo muerto de su hermano menor.

Ella lo odia tanto que desea matarlo, pero está mal convertirse en un mata sangre.

—Parece que estás un poco estresada~ tu señor esposo no ha atendido tus necesidades?— "dioses cuánto lo odio"

—Eso no te concierne a ti

—Pero por supuesto que me concierne, eres la mujer más hermosa del sur. Debería ser un delito verte y no querer meterte el pene por tu coño— Eros le tiró fuego poniéndose frente ella para protegerla.

—Jajaja parece que a tu mounstro no le gusta que te halaguen...—poso su mano en su barbilla para después aplaudir — En fin, a lo que vine. Te traje este libro ya que tu esposo no te ayuda, puedo hacerlo yo~~— El cuervo gruñó como advertencia, advertencia que fue tomada y sin más dejo el libro en el suelo y se retiró.

Devika soltó el suspiro que tenía guardado y calmo a Eros, a ninguno de los dos les gusta estar encerrados así que lo liberó de las cadenas para que pudiera ser libre.
El ave voló al lado de ella por todo el camino.

Devika entró a su habitación y se dió cuenta que su esposo no se encontraba ahí. Agradecida ordenó a Eros que se vaya a vigilar por si algo iba mal.

Su morbo podía más que su conciencia.
Empezó a hojear el libro y se dió cuenta que era un libro que hablaba y relataba el sexo entre un hombre y una mujer.
Sin darse cuenta su mano se dirigió a su zona íntima dónde Empezó a pasar las yemas de sus dedos. Se metió tanto en la lectura que no se dió cuenta que alguien detrás de ella la estaba observando.

No fue hasta que sintió unas manos rodeando su cuello que se dió cuenta.

—¿Quién te dió eso?— le susurro su esposo al oído.

—Lo encontré en la biblioteca —Mintió

—Mmmh. No sabía que aquí habían ese tipo de libros. Dime, ¿Por qué lo lees?

Empezó a dejar besos húmedos en su cuello, obligándola a ladear la cabeza para que tuviera más acceso.

—Quiero que me folles, esposo...— ella era de todo menos tímida

La mano de Aegon descendió hasta su mano que no había Sido alejada de su parte baja. —Debiste decirme antes de recurrir a los libros de tu degenerado hermano

Aegon reemplazo su mano por la suya propia. Dando masajes más fuertes y satisfactorios. La levantó de la silla y empezó a quitarle su diminuto vestido, pasando sus yemas por su espalda y brazos, una vez que terminó de desnudarla la hizo darse vuelta para obsevar bien su cuerpo.

—Estas tan buena, esposa — Cortó la distancia entre ellos y empezó a besarla con pasión y deseo

La hizo caminar hasta llegar a la cama sin dejar de besarla, Devika rompió el beso para poder acomodarse en la cama. Donde abrió las piernas para darle una mejor vista a su amante quien se ponía más duro cada segundo

—Quítate la ropa — le ordenó

Agon la obedeció y empezó a quitar su ropa lentamente y sin prisa. Devika se mojaba cada vez que una prenda era retirada y veía su hermosa piel.
Una vez desnudo Devika lo llamo con el dedo, el no tardó en pocisionarse encima de ella besándola fuertemente.
Lenguas enredadas y manos tocándose con experiencia, Devika ha estado con mujeres y Aegon con hombres y mujeres así que la experiencia no les falta.

El principe empezó a dar masajes en el coño de su esposa, movimientos circulares y presiones, hasta finalmente introducir un dedo. La princesa soltó un gemido ante tal introducción sin aviso.
Movía su dedo rápido, y, eventualmente metió dos dedos con los que hizo tijeras para poder preparar a su mujer.

—Estas tan mojada— susurró dejando mordidas en el lobulo de su oreja.

Retiró sus dedos y se los ofreció a la muchacha que gustosa chupó todo su propio líquido, ante esa vista Aegon se puso más duro.

Con un *plop* dejo ir sus dedos y se giró para agarrar aceite de la mesita para darselo al hombre. De inmediato unto el aceite en su longitud dando bombeadas ligeras.

La princesa abrió aún más sus piernas y las enredó en las caderas de su esposo.
Debido a que era su primera vez en la intimidad Aegon introdujo su pene con cuidado

—Ahh~ más rápido!

—Risita— Shhh, mi amor— la calló con un beso profundo

Las embestidas empezaron lentas pero profundas. Lo único que se escuchaba eran los gemidos de los jóvenes casados y el chapoteo de sus cuerpos juntarse.

—M-mass~

El sudor escurría por todas sus extremidades, llegaron a un punto dónde las embestidas se hicieron tan rápido que la cama empezó a moverse y a rebotar por la fuerza ejercida.
Después de minutos penetrando ambos se sintieron al límite.

—Me voy a-

Una embestida golpeó un lugar en especial que la hizo ver estrella y galaxias —Ahhh~ Aegon~ ahí amor

El principe se dió cuenta que tocó el lugar indicado ya que el interior de su esposa se hizo más apretado enviando olas de placer por todo su cuerpo. Siguió apuntando a ese lugar especial, solo se necesitaron cinco embestidas más para que ambos se corrieran con un gran gemido.

Agotado por la actividad realizada el principe se aventó al lado de su mujer respirando con agitación.

—La próxima vez quiero que me montes.— mmh Sí~ — sin darse cuenta ambos se quedaron dormidos y si no fue por la doncella personal de la princesa seguirían dormidos hasta el día siguiente

*Tock Tock*—Joven señora, es una emergencia

Aegon se levantó con una sábana en sus caderas y abrió la puerta

—¿Qué sucedió?— La doncella estaba pálida del miedo y pavor por lo que ocurría.

—La guerra ha empezado mi príncipe.

Devika escuchó lo último dicho por la mujer y todo rastro de sueño desapareció. La puerta fue cerrada y ambos se dispusieron a vestirse para acudir a la junta de emergencia.

Recuerdos-Aegon Targaryen Where stories live. Discover now