30. Different

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El primer día había sido una completa locura. Sabía que la fórmula uno era mucho más complicado que solo contar los segundos por vuelta y analizar el rendimiento de los neumáticos. Pero esto... esto era algo de lo que definitivamente no me prepararon en las páginas de chismes.

Ahora estaba en mi pequeña oficina improvisada rellenando los últimos detalles de las prácticas tan solo unos minutos antes de la clasificación. El día anterior ni siquiera había tenido tiempo de cenar y a este punto sentía que me iba a volver loca.

Por suerte, habían tantos datos en juego que no iba a ser nada difícil plantear todo lo que me pedía la universidad. Hacía un rato ya que tenía todo lo que necesitaba, ahora simplemente estaba ayudando al equipo a buscar lo mejor para Kevin y Mick.

La puerta se abrió mostrando al moreno de cabello alborotado con un par de sándwiches y un café.

-¿Tienes tiempo para un poco de petróleo en taza? -bromeó.

-Oh, si no tomas el café sin leche y sin azúcar, es mejor que no lo hagas -ataqué-. Llevo tomándolo así 19 años y mis dientes siguen bastante blancos.

-Agradece que aún los tienes puestos -dijo John dejando la comida frente a mí-. ¿Cómo va todo?

-Creo que voy a vomitar de los nervios -admití.

-Vamos, Marianne, todo va a salir bien. Esta escudería se ha mantenido en pie por los últimos años, verás que no entrarán en quiebra por una mala clasificación.

-Lo sé. Es solo que quiero que las cosas salgan bien, espero que todo mi trabajo haya servido de algo y al menos ganemos unas cuantas posiciones para mañana.

-¿Estás segura de es solo eso lo que te preocupa? Estás pálida.

-Sí. Es solo eso.

-¿No hay nada que ver con ese atractivo piloto vestido de rojo?

-No me hagas hablar de él.

-De acuerdo, no lo haré.

-Es solo que no estoy segura de en qué situación estamos ahora, ¿Vale? No tenemos contacto por semanas y de repente nos comportamos como los dos seres más cordiales del universo y termino huyendo luego de decirle que me alegraba verle -admití.

-Que quede claro que eso lo dijiste porque querías.

-Ugh, te odio -me llevé las manos a la cara.

-A ver, ¿Qué quieres que te diga? Tú te derrites cada que lo ves y él parece que te necesita para respirar. No entiendo cuál es el problema -mordió su sándwich.

-Pues ese es exactamente el problema. Nunca me había gustado nadie como me gusta Charles, pero lo de nosotros nunca va a llegar a nada, John. Fui ingenua al pensar que podía encajar en su vida, definitivamente no nací para esto y él se merece a alguien que pueda ser un soporte para él. Yo solo le traía problemas.

-El único problema que ese hombre parece tener ahorita es que eres demasiado terca como para darte cuenta de que eres lo único que necesita -se levantó y caminó hacia la puerta-. Aún tienes un par de días para cambiar de opinión.

•••••

La clasificación no había sido para nada como esperaba. Haas no había tenido buenos resultados y mis nervios comenzaban a consumirme.

Carlos, por otro lado, había conseguido la pole position por primera vez y eso me alegraba enormemente. Charles había acabado tercero con Max entre él y su compañero de equipo.

Terminé de escribir unas líneas sobre las vueltas de Kevin y luego comencé a recoger mis cosas. John tenía que devolverse antes al hotel porque tenía que atender una reunión de trabajo por zoom, así que me iba a tocar pedir un taxi a la salida.

Realidad ❀ Charles Leclerc Where stories live. Discover now