37. Pink Ferrari

1.2K 61 3
                                    




-¿Pizza o lasaña?

-¿Vinimos hasta aquí para comer lo mismo de siempre?

-¿Pizza o lasaña?

Rodé los ojos divertida -Lo que sea, ambas son practicamente lo mismo.

-Ya sabía yo que ibas a elegir la pizza, por eso eres mi novia -apretó mis mejillas y corrió feliz al telefono del hotel.

Habíamos llegado a Grecia un par de horas antes y lo primero que Charles había pedido era comida. Típico de él.

Este viaje había sido parte del plan de Charles desde el principio. Me lo dijo la mañana del lunes cuando fue a dejarme de vuelta a casa. Algo como ¨Paso por ti a las 11, nos vamos a Grecia¨ Así tal cual. Inclusos tuve que correr a pedirle un bar de vestidos de baño a Crystal si no quería ponerme el mismo todos los días que estuviéramos aquí.

En términos de relación, no podría ser más perfecto. Charles aprovechaba cualquier oportunidad para robarme un beso y yo agradecía cada contacto que mi cuerpo tenía con el suyo.

Era como estar viviendo en mi cabeza. Se estaba cumpliendo todo lo que alguna vez me había quedado horas soñando despierta en las noches. Porque el sueño era él. Una fantasía que estábamos construyendo juntos como dos niños emocionados.

La pizza no tardó en llegar y ambos nos sentamos en el balcón de nuestra habitación mientras que el aire cálido recorría nuestros rostros.

-El día que tuviste el ataque de ansiedad en el gimnasio... -empezó Charles bajo mi atenta mirada-. ¿Qué sentiste?

-Que se me acababa el mundo -contesté sincera-. Los peores escenarios cruzaron mi mente y en algún momento pensé que no iba a lograrlo.

-¿Fue por tus padres, cierto?

-Sí, un poco de todo. Esos fueron posiblemente los días más escalofriantes de mi vida. Mudarme lejos de casa completamente sola, iniciar todo de cero en otro lugar... -me detuve al recordar la oferta de John.

-¿Te arrepientes?

-¿De dejar Estados Unidos? -asintió, yo dudé un poco para hablar-. No. Fue mucho más difícil de lo que pensé, pero no más de lo que hubiera sido quedarme ahí.

-Has sufrido tanto, Marianne. Cuando pienso en mi familia no puedo imaginar nada que no sea amor. Arthur, Lorenzo, mamá... y papá son todo para mí. Son la razón por la que sigo. Por la que me levanto y lucho todos los días. Quiero recompensarte ese amor que te hizo falta, quiero ser ese pilar para ti. Un apoyo, la columna que soporte todo tu peso cuando quieras dejarte caer a ti misma.

-Has tenido mucha suerte de tener personas que te amen tanto. Tienes un corazón tan increíble que es imposible no cogerte cariño.

-Prométeme que vamos a ser ese salvavidas el uno para el otro, Marianne. Prométeme que vamos a pasar toda dificultad juntos y que nos empujaremos a ese paso extra que nos esté haciendo falta. Prométeme que me vas a permitir estar ahí cuando triunfes y cuando te toque luchar un poco más para sobrevivir.

-Te lo prometo -dije con lágrimas en los ojos mientras recostaba mi cabeza en su hombro derecho.

-¿Ves? es por esto que tienes que comprarme pizza más a menudo, me pongo bastante sentimental

-¿Quieres que llame a Andrea para que te recuerde que tienes una dieta que cumplir? -Amenacé divertida.

-No te atreverías.

Me levanté de mi lugar rápidamente y le saqué una foto con mi celular. Él me abrazó por la espalda con aún media porción de pizza en la boca intentando impedir mi cometido. A como pude etiqueté a Andrea y subí la historia a mi perfil privado. Eso le pasaba por retarme.

Realidad ❀ Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora