38. If I could fly

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-Tiene que tener usted algún tipo de permiso para poder ingresar, señorita.

-¿Qué se supone que es un permiso? es mi mejor amiga, merezco al menos saber en qué habitación se encuentra.

-Lo siento, si no tiene una invitación directa de un familiar, me temo que no podré brindarle información.

Enfadada, di media vuelta y salí hasta el estacionamiento donde Charles me esperaba en el Alfa Romeo que habíamos rentado unas horas antes. Él al ver mi evidente molestia, se bajó del coche y caminó en mi encuentro.

-¿Qué pasó? ¿Está bien? ¿Pudiste verla?

-¡No! el tipo de la recepción no me deja entrar si no tengo la autorización directa de alguno de los familiares. Voy a llamar a Luke, quizá con suerte él pueda ayudarme.

Mi relación con los padres de Stacy nunca había sido grata. Habían hecho uno que otro negocio con mis padres y se puede decir que las cosas no salieron demasiado bien para la familia de Stacy. Por muchísimo tiempo se encargaron de intentar acabar con nuestra amistad pero luego se dieron por vencidos al ver que ninguna de las dos teníamos planeado dejar de hablarnos. Al menos no en un futuro cercano a aquel momento.

Charles tomó mi mano y volvimos a la recepción para conectarnos a la señal de Wifi e intentar llamar a Luke. A diferencia de hace un rato, esta vez con solo entrar de vuelta a aquella fría y espeluznante clínica, el revuelo que se armó no era para menos que para la presencia de aquel piloto de fórmula 1.

El chico que antes se había portado hostil conmigo y el tema de Stacy, cambió su cara totalmente e incluso pude verlo erguirse en su silla en cuanto sus ojos se toparon con los de un Charles un poco enojado.

-Buenas noches, ¿En qué puedo ayudarle? -preguntó dulcemente. un evidente nerviosismo en su voz

-Mi novia me ha dicho que no ha querido brindarle información sobre su mejor amiga -en ese momento el dichoso recepcionista se dignó a ver en mi dirección-. No sé si ha habido algún error en ello.

La manera en la que pronunció aquellas palabras. Tan... dominante. Casi que olvidé por algunos segundos la situación en la que nos encontrábamos.

-Oh, disculpe, son solo cláusulas que tiene el lugar, ya sabe, no podemos dejar entrar a cualquiera -su tono despectivo hizo que Charles tensara los hombros a mi lado-. Permítame su nombre y así lo comunicaré a mis colegas para que puedan guiarlo.

-Charles Leclerc, mi nombre es Charles Leclerc.

No miento cuando digo que todo fue como una escena de película. Literalmente como si hubieramos entrado en el universo Marvel y estuvieramos frente a una escena entre Tony Stark y Thanos. O algo así.

Una cabellera rubia que conocía a la perfección se asomó por unos de los pasillos. Aquellos ojos azules que siempre me miraban con anhelo aunque desde hace algún tiempo ya que no causaban ningún efecto en mí. Un cansado Luke algo más delgado que la última vez que lo vi caminó hasta nosotros. Su rostro se había puesto pálido mientras que vacilaba su vista entre Charles y yo. Sabía que le dolía. Era su ídolo también, al menos lo había sido.

-Ellos vienen conmigo -pronunció seco-. Habitación 307.

Tomé la mano de Charles con fuerza y seguimos al rubio hacia el interior del hospital. No tenía fuerzas para lidiar con drama de hombres ahorita, lo único que quería era saber que ella estaba bien.

Luke empujó una cortina de vidrio que nos llevó a una pequeña sala de espera con una puerta blanca que supuse era la habitación de Stacy. Los padres de Stacy, el chico con el que había estado saliendo y una chica que recordaba del instituto posaron sus ojos en nosotros.

Realidad ❀ Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora