"Lo peor de todo era que se querían, pero eran demasiado jóvenes para saber amar..."
Todos han creído que James Potter se enamoró de Lily Evans, pero el primer amor de James no fue la pelirroja, sino un chico.
Stephen Arcane el rey Slytherin se ena...
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PREMIO ANUAL
La familia Arcane se encontraba tomando el desayuno en el comedor de la casa habían programado ir al campo al medio día, Maizkeen se encargaba de contarles algunas historias sobre cómo era su reinado en el club que su padre fundó hace años atrás.
— Las próximas vacaciones podemos ir con la tía Maizkeen, sería divertido estar en Estados Unidos con ella — murmura Thea tras escuchar como su tía saco del bar a un hombre que no quería retirarse.
— Probablemente, estoy segura que a su padre le encantará hacer una visita a su hermano — murmura la morena para molestar a Lucifer.
Lucifer miró de manera recriminadora a su amiga quien solo reía de manera divertida.
— Tal vez visitar a Amenadiel no sea una mala idea después de todo — respondió Lucifer. — Escuché que está saliendo con alguien recientemente y me gustaría conocer a mi cuñada.
El sonido de una lechuza picotear el cristal asusto a algunos de los miembros que estaban totalmente concentrados en la conversación, Stephen se puso para dirigirse hasta dicha ventana.
La lechuza le entregó cinco cartas cada una con destinatario de sus hermanos, acarició un poco al ave para verla emprender vuelo. El silencio se hizo mientras ellos abrían las cartas dejando ansioso a los adultos que esperaban verlos.
Stephen leyó su carta donde como todos los años anteriores leía que seguía teniendo la plaza disponible en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, junto a la lista de materiales que iba a ocupar para su último año, las clases comenzaban el primero de septiembre y tenía que estar puntual en la estación o de lo contrario perdería el tren.
Dejó el sobre en la mesa, pero este hizo un golpe en la misma cuando lo dejó, estaba confundido y volvió a buscar dentro encontrándose una insignia que reflejaba PA, junto a otra carta.
Estimado señor Arcane:
Nos complace informar que fue seleccionado como Premio anual para la casa Slytherin, se le pide que esté presente el primero de septiembre en el expreso de Hogwarts para la reunión de prefectos que se llevará acabo en el vagón designado.
— ¿Porqué a ti y a Thea los eligen para puestos importantes? — se quejó Tyler tras ver la insignia de su hermano adoptivo. — Thea será prefecta y tú premio anual, si antes nos regañabas en los entrenamientos ahora serás peor ¡Que Salazar nos ampare!
— Porque nosotros no andamos ayudando a Black haciendo bromas y somos responsables — respondió Thea golpeando la parte posterior de la cabeza de su hermano.
Hades se giró para ver a Tyler con una mirada que revelaba rebeldía. — Si, además ellos no dejan que los gatos de sus hermanos coman veneno.
Tyler rodó los ojos tras escucharlo. — ¿Jamás vas a olvidarlo cierto? ¿Cuántas veces tendré que disculparme por eso?
Hades lo medito unos segundos. — ¿Mi gato ya revivió? — Tyler negó. — Entonces no, te voy a molestar de aquí hasta que te vayas de la casa.
Stephen se rio de la situación, recibió un abrazo por parte de su tía y unas palmadas en la espalda de su padre al igual que una sonrisa de orgullo. Estaba contento y esperaba poder contarle a James sobre la carta que recibió.
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En la casa de los Potter, la familia estaba reunida en la mesa charlando y poniéndose de acuerdo cuando irían al callejón para comprar los útiles de ese año.
Euphemia regresó a la mesa con dos cartas en su mano y una jara de jugo de arándano que dejó en la mesa.
— Llegaron las cartas muchachos — anunció entregándolas a cada uno de sus muchachos. — Esperen tengo que ir por la cámara, son las últimas que tendrán.
Euphemia sacó la cámara para fotografiar a sus hijos, tenía una de cada año desde que los chicos se juntaron, todas se podían ver colgadas en las escaleras de la casa.
Tanto James como Sirius abrieron sus respectivas cartas bajo la atenta mirada de sus padres que estaban ansiosos de sus respuestas.
Los dos leyeron la primera carta con la emoción de un niño de once años que recién recibía su primera carta del colegio, sabían de la plaza y que este era su último año.
James noto la insignia dorada que brillaba dentro del sobre sacándola para mostrársela a sus padres quienes no tardaron en levantarse de sus sillas para felicitarlo.
— Estoy muy orgullosa de ti cariño — murmuro Euphemia besando la frente del azabache.
La mujer se adentró a la cocina para sacar algo, por su parte Fleamont también lo felicito.
— Eso quiere decir que podremos hacer bromas sin que nos quiten puntos — exclamó Sirius más emocionado que el azabache. — Podremos jugarle bromas a los de Slytherin sin que nos descubran, menos a Stephen verdad.
— Nada de bromas y portarse mal, Sirius Black — regañó Euphemia.
La mujer salía de la cocina con un pastel en las manos, logró escuchar la discusión de sus hijos y esposo. Dejó el pastel en la mesa, Fleamont fue quien trajo algunos platos de la cocina.
— Ándale mamá — insistió Sirius con pucheros. — Solo bromas pequeñas, te prometo que mamá Minnie no te va a mandar más cartas quejándose de nuestro comportamiento.
— Prometieron portarse bien este año chicos — intervino Fleamont ayudando a su esposa. — Mía, es el último año de nuestros muchachos aún recuerdo cuando estaban entrando en el colegio y estaban ansiosos de saber en qué casa quedarían.
Las risas de los chicos no faltaron, pensando en el momento en que se encontraron cuando iban a buscar los asientos y desde entonces fueron inseparables.
James estaba feliz de como sus padres estaban emocionados por sus logros, tenía buenas notas, buenos amigos, era el capitán del equipo y ahora sería Premio Anual de su casa. Pero su mayor felicidad en esos momentos se trataba de un chico rubio, Stephen Arcane lo hacía feliz.
Abrió sus ojos cuando pensó en Stephen, tenía que contarle rápidamente las nuevas noticias, habían prometido contarse las cosas buenas, sus logros y tristezas antes que a nadie
