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Avisito corto:

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Avisito corto:

En el primer capítulo, lo edite y subí una foto de Aime, lo dibuje yo, espero les guste uwu.

¡Ahora sí, disfruten el capítulo 5!

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En la Fortaleza Dimensional Infinita, reinaban poderosos demonios, conocidos como las Lunas Superiores Demoníacas.
Allí reposaban la mayor parte del día, hasta caer la noche, dónde salían a devorar humanos.

Cada uno de ellos tenía un cuarto personal, y dentro de estos, se podía encontrar cualquier cosa. De adornos costosos y brillantes, a paredes, techo y piso lleno de sangre, sin olvidar los cadáveres.

-Que si, Akaza-Dono, dentro de poco podrás salir a cazar otra vez.- La luna superior 2, Douma, cubría su boca con el abanico de hielo que el creo.

Media hora antes, Muzan anuncio que la cacería sería suspendida por unos días, debido a que, Kamado Tanjiro andaba cerca junto a los pilares; Seiko Ankoku una demonio que el pilar de las serpientes, Iguro Obanai cazo, dió las supuestas "coordenadas" de la casa.

Estaba claro que, era urgente dar el aviso. Muzan no dudaba de sus seguidores, pero ante tal situación, prefería mantener distancia, y eso implicaba para sus demonios.

-Ugh, no creo que esto pase rápido, la estúpida sabía cómo acabaria, ¿Por qué dió la ubicación? La iban a matar de todos modos.- Soltó Daki con desprecio.

Todos estaban juntos en aquella tarde, charlando del evento sucedido. Era raro, comúnmente todo permanecía en silencio. Sacando a Kokushibo y Nakime, quienes estaban en sus cuartos, oyendo todo.

-Daki, cuando uno está en pánico, no piensa eso, puedo apostar que tu hubieses hecho lo mismo.- Al parecer, Douma se quería llevar un golpe de la pelinegra, ante la mirada venenosa de ella, optó por guardar silencio.

Todo estaba en un silencio incómodo, sacando a Hantengu, la Luna Superior 4, quien lloraba aferrado a las escaleras. Muchos se cuestionaron porque el estaba allí, siempre tenía miedo, soltaba palabras funestas y jamás luchaba.

"Que día, que día." Pensó la mayoría mientras se retiraban cada uno a sus cuartos.

...

Con pequeños saltitos, Aime logro reparar la puerta que daba al patio principal, estaba tan angustiada por los precios de las puertas, que sus ilusiones estaban por pasar a los dos meses siguientes.
El hombre se marchó con sus herramientas, y ella, probó su nueva puerta de madera, gruesa y fuerte a los vientos invernales; su siguiente plan era instalar una chimenea, ya había sacado las medidas de la pared, e investigado que material, aparte del ladrillo y cemento, podría servir, pero, ante la escasez de productos, prefirió por los ladrillos.

Estando sentada y con una pequeña libreta en la mesa de madera, mastico una bola de arroz que hizo, no estaba pendiente de Kyosuke o Mai. Hablando de esos dos, últimamente, el muchacho se estaba llevando varios castigos, en esa misma mañana, ingreso borracho, y quiso abusar de una clienta, Mai se lo llevó y le hizo volver a la normalidad con medicinas, ¿Que significaba? Más trabajo, pero paga extra, y gracias a esa paga extra, pudo comprar y colocar una puerta mejor.

-Luego de la chimenea, compraré alfombras y cortinas nuevas, si, eso haré.- Murmuró y lo anoto.

Segundos después, se paró y saco las medidas de las cortinas, ¿Cómo era todo eso posible? ¿Sera que los Dioses la estaban iluminando luego de tanto castigo? Solo espero que los aldeanos dejen de verla como un monstruo, ella misma admitía que los gritos hacia sus padres, en alguna ocasión, se fue de la raja, pero, ¿Quién no se defendería ante tales personas narcisistas y envidiosas de su propia hija? Menos mal, tuvo la fuerza para evitar que ellos le quitasen la libertad, se volvería loca si eso pasaba.

Suspiro y acomodo su kimono, la noche había caído, y solo los grillos se oían afuera, o el viento haciendo sonar las ventanas. Miro sus manos, estás ya estaban en buen estado, la hinchazón se había ido, y solo quedaba la cáscara de las heridas, otra alegría más a su corazón, todo estaba saliendo bien.
Un buen trabajo, buen sueldo, buena casa, y sin olvidar a Michikatsu, el amable Kakushi, hablando de el, no lo vio en todo el día, rumores corrieron de que los cazadores andaban colapsados por las víctimas y ataques demoníacos, supuso que el tenía que atender a los heridos, y ofrecer su ayuda debido a su puesto.

Sus ojos verdes se abrieron de golpe, ¿Ella podría...? Sacudió si cabeza, claro que no. No tenía fuerzas ni para talar un árbol, o cargar una canasta con verduras en su espalda, ¿Cómo podría ofrecerse a la Corporación? Incluso, ahí mismo, estaba poniendo su vida en riesgo, quizás, solo quizás, podría preguntarle a Michikatsu, su opinión podría ayudarla a solucionar eso.

Pero, otro problema apareció en su plan.

Vivía muy lejos, no había transporte que la pudiese llevar rápido, todo era a pie, y ahora que recordó, la semana que venía, ya debía de empezar a salir sola con la carreta, para ir a buscar suministros.

Sola. Sin Kyosuke u otro empleado.

No sé consideraba débil, pero, el miedo a estar lejos de casa, la comía lentamente, y en plena noche, en el frío, y posible tormenta, que nubla tu camino, dejándote cómo una deliciosa presa ante los demonios.
Su piel se erizo, era mejor no pensar eso.

Acomodo las cosas que saco del mueble y tendió su futón, no tenía ganas de cenar, y el frio poco a poco estaba entrando a la casa, con mucha menos intensidad, claro estaba el cambio. Cerró sus ojos e imagino su casa totalmente decorada y arreglada, un sueño que poco a poco, se estaba haciendo realidad.

ʟɪᴠɪɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ᴅᴇᴠɪʟ《 Kokushibo 》©Where stories live. Discover now