XXXVII: El Rapto 3/3

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Se me caen los mocos, me duelen las manos por el frío, tengo mis últimos parciales la semana que viene, y respirar hace que quiera escupir tremendo gallo

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Se me caen los mocos, me duelen las manos por el frío, tengo mis últimos parciales la semana que viene, y respirar hace que quiera escupir tremendo gallo.

Salu2.

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Si no fuese poco, el espantoso silencio parecía de devorar poco a poco las esperanzas de las tres chicas.

Aime, Fukiko y Sasha se encontraban sentadas, en silencio, enfrentadas. Mirándose silenciosamente.

Todo esto ocurrió esa misma noche, cuando más dos muchachas fueron a llevarle la cena por orden de Douma, quien andaba perdiendo los estribos, según el, por algunos problemas dentro de la fortaleza, pero, la realidad de lo ocurrido era por el terrible escándalo que se armo.

—¿Como estás tan segura de tener la victoria obtenida? Ninguna de nosotras podremos huir, Aime-San, muchas murieron hace menos de una semana, para intentar especificar una cifra...— La peli celeste se quedó pensando. —Cincuenta de ellas. Douma-Sama sale todas las noches en busca de doncellas o chicas vírgenes para prestar sus servicios, y no sólo me refiero a volverse sirvientas.

Aquello provocó escalofríos en Aime, le había dado arcadas con solo imaginar a esas pobres niñas ser tocadas por el.

—Hay varias salidas en esta parte del edificio. Las ventanas no son buena opción ya que de una caída, mueres, o sencillamente esperas silenciosamente tu muerte a manos de Douma-Sama.— Comentó la peli verde, Sasha. —Si optamos por la salida de la entrada, habrá enormes posibilidades, ya que el se encuentra en el fondo, y ninguna de las demás tiene el valor de escapar por la entrada.

Todo era un lío, y más si el estaba pendiente de todas, no sólo se estaba arriesgando ella, también las dos jóvenes que le acompañaban.

—Veamos que sale.

...

Kokushibo se encontró frente a Muzan, sin mirarlo.

Kyokko recibo la orden de su líder en convocar a la Luna Superior Uno, pues, notó una ausencia muy notoria, y fastidiosa ante sus ojos, el cual, se vio incómodamente obligado a hablar con el.

Muzan dejo el libro rojo, con los bordes dorados sobre su escritorio, lleno de papeles y líquidos extraños, de coloresy olores raros.

—Se me hace humillante toda esta situación. Dime, Kokushibo, ¿Que diablos te sucede? Te estoy dando el maldito permiso de andar con la chica esa, perdono e intento ignorar tus salidas diarias, pero ahora no logro comprender este tipo de huelga.— Se volteo, y de repente, los ojos de su seguidor comenzaron a sangrar. —Detesto que abusen de mi confianza, he sido muy accesible con tus problemas, pero esto ya se vuelve inaceptable.

Las venas en el cuerpo del demonio se explotaban, creando hemorragias. Si iba al caso, era doloroso, Akaza era un campeón al lado de el cuando experimentaba eso.

ʟɪᴠɪɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ᴅᴇᴠɪʟ《 Kokushibo 》©Where stories live. Discover now