Temor

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Todos sus sentidos ardieron como una intensa llama por cada rincón de su ser, no deseaba perder el juicio por aquello que era conocido como "amor" generalmente esos temas pasaban desapercibidos ya que no era algo que formara parte de su futuro, o al menos no lo veía relevante sin embargo nunca pensó que el sentir algo así pudiera hacerle perder la cabeza en un instante, tenía que pensar alguna manera de mitigar aquella nueva sensación, no quería que eso comenzara a causarle problemas incluso se presionó así mismo en que podría ser cualquier otra cosa ¿admiración? ¿amabilidad? ¿respeto? nada encajaba por más que deseara mentirse porque eso era lo que estaba haciendo, mentirse así mismo cuando en realidad la respuesta era más que clara, estaba frente a sus narices, había desarrollado sentimientos por aquel chico.

El problema no era que ambos fueran chicos, aquellos temas sobre la orientación sexual siempre fueron uno más del montón, nunca entendería la razón de tanto conflicto por ello, más bien debían preocuparse por lo que si era importante y no por el gusto de otras personas hacia el mismo sexo, así que darse cuenta de que prefería a los chicos no era el problema, lo aceptaba, el verdadero problema era como iba a lidiar con ello ¿Qué haría de ahora en adelante? ¿tendría que dejar que ese amor creciera? ¿evitarlo? si era sincero la idea de sentir algo más que amistad le atemorizaba un poco, tal vez los comentarios de que el amor podía dar miedo eran ciertos...así como doloroso aunque eso aún no lo vivía en carne propia.

Tsukishima Kei estaba experimentando por primera vez el amor pero temía muy en el fondo sobre como podría ser más adelante.

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Durante las siguientes semanas Tsukishima continuó con sus respectivas actividades diarias, la semana de exámenes habían acabado por lo que ya no resultaban una carga, la única carga era el nuevo descubrimiento que había hecho, durante sus reflexiones que realizaba. Trataba de encontrar soluciones o ideas, algunas de ellas habían sido ignorar al peliverde incluso comenzar desde cero como al inicio pero definitivamente fracasó en el intento ya que para su sorpresa no pudo ser ni un poco indiferente con él, se maldecía por ello pero también era consiente de que el pecoso no tenía ninguna culpa y nada de eso resolvería su situación, tenía 20 años debía ser más maduro que eso, otra de las opciones era hablarlo directamente con él pero inmediatamente fue eliminada cuando lo pensó, eso significaba dejar al descubierto sus sentimientos y aunque en un principio pensó que era lo mas sencillo la realidad es que con tan solo verle y hablarle ya le hacia temblar como una gelatina, ahora comprendía mejor aquel sentimiento y no era nada fácil.

Por el momento no sabía que hacer, simplemente debía aprender a sobrevivir hasta que pensara en una solución, hasta entonces juntaría todas sus fuerzas para controlarse.

-El lugar es todo suyo chicos, yo me retiro-

-Gracias Karina, ve con cuidado-

-Nos vemos-

La eufórica chica rodeó la recepción con rapidez, sus ganas por salir siempre eran las mismas, no había día que no mostrara prisa por irse sin embargo se detuvo frente a ambos chicos, uno más atento que el otro, Tsukishima siempre viendo a un lugar distinto.

-¡Mi celular! Yamaguchi pásamelo xfi, esta en el último cajón-

-Claro-

Bajó con una velocidad nada cuidadosa algo que parecía ser ya demasiado común para el rubio quien por reflejo colocó su mano sobre el borde del escritorio con el único propósito de evitar un accidente como el anterior. Karina en todo momento se mantuvo expectante por lo que no pudo dejar de lado aquella acción, miró al rubio pero este continuaba con la mirada lejos, incluso lo había hecho sin mirar.

-Aquí esta-

La morena vio al par con una mirada insólita, el pecoso al parecer no se había percatado de aquella acción y el rubio continuaba ignorando su entorno, ella seguía impresionada porque quisiera o no, tal cosa no la creía posible por parte de su amigo.

Destinados a conocernos [Tsukiyama]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora