Unión

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Ya pasada aquella confesión, pasos rápidos y descarrilados invadían el corto y estrecho pasillo del departamento del peliverde, mismo que se aferraba con todas sus fuerzas al más alto sin intención de querer soltarle. Tsukishima no se quedaba atrás, sus manos recorrían desesperadamente el cuerpo del pecoso que reaccionaba con ligeros escalofríos ante cada toque.

Con ciertas dificultades llegaron hasta el sillón, lugar donde el rubio intensificó sus besos y caricias. A decir verdad él no era un experto en el tema del sexo, se trataba de su primera vez y claramente estaba nervioso pero eso no le detenía de querer saciar sus deseos más desenfrenados al igual que Yamaguchi quien cedía con libertad a esas caricias nada decentes.

Mhm...Tsukki...– murmuró aparentemente incomodo alarmando casi al instante al rubio.

¿Qué sucede? ¿Quieres que me detenga?

N-no...no es eso, es solo que el sillón no es tan cómodo....– pronunció con evidente vergüenza, era claro a lo que se refería lo cual elevó aquel latir en el rubio.

Sujétate fuerte de mi

¿Qué? Por...

Solo hazlo

Con un claro sonrojo el pecoso rodeó sus piernas sobre las caderas de Tsukishima mientras sus brazos hacían lo mismo en aquel largo y pálido cuello, estando una vez seguro sintió como le cargó de un solo tirón, causándole un ligero susto y una risita de por medio. Ya no era necesario mencionar donde estaba la habitación, ambos ya conocían bien el camino tanto así que no tardaron en invadirla y desordenarla. La adrenalina y excitación estaba haciendo de las suyas en aquel par de enamorados que únicamente buscan el calor del otro de todas las formas posibles, estaban totalmente seguros de lo que hacían y estaban seguros de llegar hasta el final.

Todo parecía marchar de maravilla, Kei comenzó por levantar su camisa para despojarse de ella y Yamaguchi como buena persona que era le ayudaba con esa misma rapidez. Finalmente aquel pálido pecho quedo al descubierto, dejando que aquel par de ojos marrones se abrieran de par en par, deleitándose por lo que veía. Se sentía tan perdido que ni siquiera podía pensar en otra cosa que no fuera en Tsukishima, sentía que en ese instante era el "favorito de dios". Volvió a su realidad cuando la mano de su compañero comenzó a introducirse por debajo de su camisa, palpando lentamente hasta llegar a uno de sus pezones para iniciar con un ligero frote.

Ah...se siente extraño...– pronuncio tembloroso –pero me...gusta– sus manos se colocaron sobre las mejillas de Tsukishima para poder atraerlo y besarlo o al menos esa había sido su idea hasta que su celular los interrumpió.

Deberías contestar

No, solo ignóralo

Pero podría ser...–

Tsukishima no lo arruines y mejor concéntrate en besarme

Lo jaló directamente hacia él una vez más con el único propósito de continuar con lo que habían iniciado, Kei no puso resistencia y simplemente complació a su inquieto pecoso. Sin embargo llegó un punto donde las llamadas comenzaron a ser molestas, llegando a desconcentrarlos, habían sido al rededor 5 llamadas y solo fueron 5 porque en seguida el timbre del departamento comenzó a sonar, poniendo un absoluto alto en lo que Yamaguchi y Tsukishima hacían.

Iré a ver quien es, espera aquí...no te vayas a ir a ningún lado

¿A donde más podría ir? ¿Al baño?

Bueno...podría ser divertido

Una sonrisa pícara se formó en los labios de Tadashi quien rápidamente se levantó y abandonó la habitación para ir hacía donde provenían aquellos insistentes timbres, era claro que estaba algo molesto porque había sido interrumpido en su momento más glorioso, aunque poco después se llevó una gran sorpresa cuando vio a Hinata frente a él.

Destinados a conocernos [Tsukiyama]Where stories live. Discover now