𝐁𝐒𝐃: 𝐁𝐢𝐧𝐠𝐨 𝐍𝐚𝐯𝐢𝐝𝐞𝐧̃𝐨 [𝟏𝟔/𝟏𝟔]

𝟎𝟖. 𝐌𝐚𝐝𝐞 𝐟𝐨𝐫 𝐲𝐨𝐮

Out of Character

Resumen:
「 Lucy, Aya y Kyouka se han dispuesto a hacer galletas navideñas y Atsushi que terminó involucrado, ahora se pregunta a quién podría regalarle algo como esto. Él automáticamente piensa en una sola persona.」

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❝ Mᥲdᥱ for ყoᥙ ❞
ᵍᵃˡˡᵉᵗᵃˢ ᶰᵃᵛᶤᵈᵉᶰ̃ᵃˢ

Lucy Montgomery había estado viendo revistas de repostería navideña, Kyouka se había unido después por curiosidad y Aya, Aya también entró dentro de ese grupito que repentinamente estaba tan interesado en hornear algo decente y bonito.

Eran tres chicas, si contaban a Aya como una chica en lugar de una niña. Tres chicas y, sí, y Atsushi.

Ni siquiera Nakajima sabía cómo había terminado dentro del club, pero ya estaba batiendo la mezcla de harina, huevos y no sabía exactamente qué más. La receta decía una cosa, pero las chicas añadían otros elementos que, según ellas, les daría un mejor sabor.

Kyouka apostaba por más dulzura, Lucy pensaba que la clave estaba en la vainilla y Aya creía que mientras más crujiente mejor.

Atsushi sonrió mientras sudaba la gotita, creyendo que tal vez lo mejor sería seguir la receta al pie de la letra, pero tampoco tenía el valor para decirlo cuando esas tres parecían tan emocionadas dentro de sus propias convicciones.

Bueno, si iba a hacer galletas, él prefería seguir la receta, así que comenzó a ello.

Tamizó la harina con cuidado, batió mantequilla y azúcar hasta obtener la consistencia que indicaban las instrucciones y así paso a paso hasta tener la pasta cortada en figuras y meter sus galletas al horno. Después, solo era cuestión de esperar, esperar a que estén echas para decorar.

-A todo esto... ¿por qué hacemos galletas navideñas? -preguntó el albino por curiosidad. Tenía puesto un delantal blanco, pero pese a la protección, estaba lleno de harina hasta el rostro.

-¿No lo sabes, Atsushi-san? -Aya había tomado la revista y en la hoja donde estaban unas bonitas galletas horneadas y decoradas, la puso en frente del rostro del usuario de la Bestia Bajo la Luz de la Luna-. No hay mejor dicha que la persona que te gusta pruebe las galletas que has horneado a mano. Y no solo la persona que te gusta, si no tus seres queridos.

Atsushi parpadeó y Aya abrazó la revista con los ojos cerrados.

-Pero aún no me dejan usar el horno sola, así que tengo que pedir ayuda -asintió varias veces. El mejor punto de ella es que nunca se daba por vencida.

Atsushi entendió ahora que eran galletas destinadas a ser regaladas, galletas que endulzarían el paladar de una persona especial. Pero y él, ¿tenía alguien especial? ¿A quién podría regalarle sus galletas?

Se quedó un rato pensando, divagando, intentando entenderse a sí mismo. Pero a pesar de que tenía ahora a muchas personas queridas, solo una persona aparecía en sus pensamientos. Solo una.

Apretó sus labios entre sí, mientras las mejillas se le coloreaban de rojo. De repente sentía un poco de calor.

La campana del horno se escuchó, sacándolo de sus pensamientos. Lucy ya lo había apagado y tras unos segundos había sacado la bandeja con los guantes.

En la bandeja había arbolitos, estrellas, regalos, muñecos deformes y aunque todos habían sido metidos al mismo tiempo, unos estaban más quemados que otros. Las tres se sorprendieron de que Atsushi parecía tener buena mano para la cocina, porque sus galletas se veían decentes.

-Chicos, es hora de decorar -Aya había alzado el puño al aire, alzando los ánimos.

Se habían puesto manos a la obra. Y al final, resultó que Atsushi no solo tenía buenas manos para la cocina, si no también para decorar. En la mesa, lo que había quedado eran galletas de todos tamaños y colores, pero solo las de Atsushi tenían la mejor pinta.

Lucy y Aya se preguntaban si habían hecho algo mal, y Atsushi aseguraba que solo había seguido la receta. Kyouka no tenía problemas, había probado sus galletas y no sabían mal, aunque sí parecían más galletas de Halloween que de Navidad.

Las chicas quedaron en que volverían a intentarlo otro día, todavía quedaba un poco para que llegara Navidad.

Así, Atsushi terminó con una bolsita con una decoración sencilla de galletas hechas a mano, para regalar. Andaba de camino a casa, Kyouka le alcanzaría en un rato.

Él se había detenido en medio de la acera, levantando el paquetito. Tal vez mañana las compartiría con todos en la Agencia, no tenía que regalárselas a una sola persona... no tenía porqué...

Bajó el paquetito, entrecerrando suavemente los ojos. Levantó un poco la mirada y al instante se sorprendió al encontrar al dueño de sus actuales pensamientos, casi como si le hubiese invocado. Apretó un poco el puño, llenándose de valor. Si no lo hacía ahora, no lo haría nunca.

Comenzó a caminar firme hacia esa persona. Estaba tan nervioso, el corazón palpitando tan rápido y las mejillas tan afiebradas, pero quería hacerlo. Esperaba... esperaba que esa persona aceptara sus galletas y le agradecería por cuidar de él en todo este año.

Sí, ojalá le gusten sus galletas navideñas, tanto como a él le había gustado hacerlas.