𝐁𝐒𝐃: 𝐁𝐢𝐧𝐠𝐨 𝐍𝐚𝐯𝐢𝐝𝐞𝐧̃𝐨 [𝟏𝟔/𝟏𝟔]

𝟏𝟑. 𝐅𝐫𝐨𝐦 𝐦𝐞 𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮

Out of Character

Resumen:
「 Dazai y Yosano habían asegurado a Kunikida Doppo que tenían un regalo para él. Sea como sea, pintaba a que dicho regalo sería una pesadilla.」

[1]
❝ From mᥱ to ყoᥙ ❞
ʳᵉᵍᵃˡᵒˢ ᶰᵒ ᵈᵉˢᵉᵃᵈᵒˢ

"Tengo un Regalo para ti, Kunikida-kun."

Había escuchado todo el día por parte de Dazai, que estaba comenzando a temer por dicho regalo. Seguramente sería una deuda por comida en un restaurante, o cualquier otra cosa absurda, porque lo único que sabía hacer Dazai era ocasionar problemas.

Bien, bien, no siempre. Era un elemento importante dentro de la agencia, pero su personalidad y actitud dejaban mucho qué desear.

¿Y por qué iba a darle un regalo a él cuando siempre le estaba molestando? Más razones para temer de dicha buena acción. No por ser Navidad iba a dejar de pensar que Dazai era una patada en el trasero y el enemigo número uno de sus ideales.

Como fuera, sea lo que sea, iba a ser un regalo no deseado.

—No deberías preocuparte tanto por él —le había dicho Yosano, quien se acercó a jalarle de la cinta roja en su cuello—, deberías inquietarte mejor por mi regalo para ti —dijo con una sonrisa que Kunikida no sabía descifrar.

Un escalofrío le recorrió por la espalda, mirando a los ojos a la mujer de cabello oscuro y un broche de mariposa, quien se rio por la expresión del idealista. Ella le soltó y le dio palmaditas en el hombro.

—Deberías pensar mejor quién es más de temer, si Dazai o yo —le dijo entre risitas y se escucharon sus pasos de tacón. Ella se dirigía a su consultorio, caminando como una verdadera diosa.

Kunikida se llevó una mano a la barbilla, mirando a algún lado aleatorio de la agencia. ¿De qué regalo estaría hablando Yosano-sensei? Esperaba que no fuese una revisión gratis, de solo pensarlo, sentía que estaba viendo el infierno.

¿Qué pasaba con esos dos? Ahora estaría pensando en ambos hasta la media noche.

La agencia tendría su propia fiesta de Navidad, nada vistoso según palabras del presidente, pero conociendo a los miembros, mejor se preparaban para lo que sea.

Adornar fue sencillo, Kyouka, Kenji, Atsushi, Tanizaki y Naomi se habían ocupado en eso, de modo que incluso montaron un árbol de navidad. La agencia se veía más cálida con todos esos colores.

A las 9:00 p.m. había comenzado la fiesta, con juegos de mesa y otras actividades para pasarla en grupo o jugar entre varios. Jugaron bingo, UNO, Adivina Quién, Serpientes y Escaleras, el Juego de la Oca, Damas Chinas, Monopoly, Jenga, Ludo, Dominó, Palabras Cruzadas entre otros. Durante todas esas actividades, ni Dazai ni Yosano le habían vuelto a dirigir la palabra, vamos, ni siquiera cruzaban miradas a tal punto de que se sentía ligeramente invisible...

¡Tonterías!

Solo debía dejar de pensar en ellos, pero aun así... por si acaso le iban a dar algo decente, había comprado un regalo para cada uno, tanto para Dazai como para Yosano, pero ahora, justo ahora, esos dos estaban ocupados en la festividad.

Cuando llegó la hora de cenar, la mesa estaba llena de todo tipo de platillos. Haruno y Naomi parecían haberse lucido con todo lo que habían preparado.

Kunikida sentado en un sitio, mientras que Dazai y Yosano habían escogido el extremo más lejano a él de la mesa. ¿Estaba siendo hecho a propósito?

Ambos reían, hablaban, bebían y parecían divertirse. Partieron el pastel y cuando Navidad llegó, todos comenzaron a darse regalos. No habían acordado una actividad para regalarse, así que cada quién lo hacía por voluntad sin esperar nada a cambio.

Doppo se había levantado con un vaso con soda en manos y se acercó a la ventana. Miró al exterior solo para hacer algo mientras los demás terminaban con esa actividad y entonces, algo le había caído en la espalda.

—Solo debes decir que me extrañas~ —Dazai le había abrazado de tal modo que casi estaba montado en su espalda.

—De qué hablas, bájate de mí maldito Dazai —Kunikida intentaba mantener el balance para no caer y tirar la soda consigo.

Una risa se escuchó, ambos voltearon a ver, Yosano venía acercándose.

—¿Ya es hora? —Yosano parecía ligeramente alcoholizada. Levantó la mano y como ya parecía costumbre, jaló a Doppo de la cinta roja en su cuello, para acercarlo a su rostro—. Nuestro regalo de Navidad.

—¿Eh?

La mujer le soltó y levantó en manos tres boletos.

—Dazai y yo hemos reservado un viaje a las aguas termales —dijo, aún con una sonrisa—. Será un viaje corto, pero valdrá la pena.

¿A qué se refería?

—¿Solo para mí?

—Por supuesto que no, iremos también —Yosano se había recargado un poco la cabeza sobre el otro.

—No te parece increíble, Kunikida-kun, pasaremos tiempo de caridad juntos~ —Dazai ya se había bajado de su espalda, pero ahora le estaba acariciando la barbilla, tan cerca, tan cerca. Ambos estaban tan cerca de él.

Kunikida levantó las manos en señal de alto, aunque era en vano, esos dos estaban violando su espacio personal con total libertad, haciendo que su corazón no parara de latir tan rápido y sus mejillas se sintieran tan calientes.

Hace un rato parecían tan lejanos y ahora que los tenía tan cerca quería de vuelta su tranquilidad anterior.

No sabía si podría soportar pasar un viaje con esos dos a su alrededor. No sabía si este era considerado un regalo no deseado, pero todo indicaba que no tenía escapatoria. Yosano y Dazai se habían aliado y no sabía en qué tipo de guerra se había metido con ellos. Aunque, en el fondo, solo estaba siendo algo tsundere.

Su regalo no deseado, no era tan desagradable, después de todo.