"Rhaena y Luke habían pasado desde pequeños por una prueba muy grande: la de perder a un padre y una madre.
Esa desafortunada coincidencia y la sangre de Dragón hicieron de sus vidas un inevitable destino juntos.
Perteneciendo su historia al fuego...
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Capítulo X. "El Deber llega al hacerse Mayor"
Luke
Wow...
Mis manos temblaban sudorosas bajo mis guantes al ponermelos nuevamente y remontar el vuelo hacia la orilla. En mis labios podía sentir aún la electricidad que se había apoderado de ellos en momentos previos, sin embargo, ahora ninguna palabra venía a ellos en señal salvación para romper aquel silencio incómodo trás lo sucedido.
Mis ojos se posaron nuevamente en Rhaena que iba concentrada en dirigir a Arrax para llevarnos a salvo a casa.
Ella lucía aún más hermosa bajo la luz de la mañana desplazándose sobre Dragonstone. Pude ver de reojo su perfil y recordar como su piel cálida y brillante de su mejilla descansaba sobre mi mano causándome un hueco en el estómago. El resplandor de su cabello ondeando en el viento y camuflajeandose con la espuma del calmo océano, aquellos ojos violetas que a pesar de ser diferentes a los míos me habían hecho sentir que pertenecía por primera vez.
Arrax volaba bajo llevándonos a tierra de nuevo.
¡Demonios Lucerys! , ¿de dónde ha salido el coraje para tu última acción?
Había tomado de los labios de la encantadora princesa frente a mí su primer beso. No. No de cualquier princesa, sino de aquella con la capacidad de que su belleza y mirada cortante y encantadora te dejara sin aliento. Mi irreverente impulso me llevó a besar a mi mejor amiga, a la única persona en la cual podría confíar plenamente después de mi madre o Jace.
Y ahora con la orilla del castillo acercándose cada vez a nosotros, la irremediable posibilidad de tener que afrontar nuevamente la realidad tocaba a mi corazón llenándolo de nervios, después de todo ese había sido también mi primer beso.
Podía recordar y divagar en mi mente las palabras de Jace en nuestro cuarto, la noche anterior en que algo dentro mío tomó el coraje suficiente para escribir aquel pergamino que horas después dejaría bajo la puerta de Rhaena tratando de no ser descubierto por su caballero en guardia.
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