𝐊𝐈𝐊𝐈-𝐑𝐈𝐊𝐈 [Quackity X Tú]✓

d i e z

El auto paró frente a un edificio, ví como ambos chicos bajaban así que también lo hice

—Fué un viaje entretenido.— exclamó Luzu ayudándonos a bajar las maletas

—Gracias por traernos.— sonrió Quackity arrastrando una maleta y pasandomela —Te debo una.—

—Fué un placer.— dijo cerrando el maletero —Aunque puedo tomarte la palabra, hay algo que necesito.—

Ví que su mirada se posó en mí, los nervios volvieron, mis manos empezaban a sudar y mis piernas a temblar, ¿Qué quería y por qué no lo decía rápido?

—Necesitamos que alguien cuide a Ollie.— habló y ahora estaba confundida ¿quién era ese? —Tenemos una cena importante hoy y la niñera nos canceló.—

Miré a Quackity, él parecía estarlo pensando un poco

—¿Tú..— intenté no tartamudear tanto ni sonar nerviosa —Le confiarías a Quackity que cuide a alguien?.—

Ambos empezaron a reír y yo sonreí un poco, esta había sido la primera frase correcta que había dicho en presencia del otro sujeto

—Usualmente no lo haría pero ahora no tengo otra opción.— respondió Luzu luego de reír —Y confío en que tú eres un poco más responsable.—

No me conocía en lo absoluto y la última vez que me dejaron cuidando a Wilson me fuí, no me consideraba responsable

—Lo haremos.— accedió Quackity tomando de nuevo mi mano, estaba sudando, debía ser un asco

—Bien, entonces se los traeré más tarde.— exclamó feliz y se subió a su camioneta

Vimos como arrancaba y se marchaba, Quackity soltó mi mano para agarrar las maletas, empezó a caminar así que lo seguí.

—¿Qué o quién es Ollie?.— cuestioné mientras entrabamos al edificio —¿Es así como Wilson?.—

—Ollie es el hijo de Luzu y Lana.— respondió ahogando una risa —No es un gato, estoy seguro.—

Tomamos un ascensor y ví como presionó un botón, mientras íbamos subiendo había un pequeño silencio

—¿Cuál es el plan a partir de ahora?.— pregunté y él me miró sin entender —Me refiero a que ya estamos aquí, ¿ahora qué?.—

—Lo primero sería llamar a Rubius y decirle que estás viva.— dijo en un leve tono de burla —Debe saber que estás bien.—

Él ascensor se detuvo así que salimos arrastrando las maletas, nos detuvimos en una puerta que estaba ahí, supongo que era su departamento. Él sacó las llaves para abrir y entramos.

—Lo llamaré ahora mismo.— dije sacando mi celular y viendo la hora 09:24 horas —¿Cuántas horas de diferencia hay?.—

—Creo que seis.— respondió y me senté en el sofá —No es muy tarde allá, llámalo mientras voy por un poco de agua para ambos.—

Asentí viendo como se marchaba dejandome sola ahí. Miré por un momento mi celular hasta tomar valentía para llamarlo, sabía el regaño que me esperaba pero tenía que afrontarlo

Lo llamé y esperé unos segundos hasta que respondió

—¡Kiki! ¿Dónde te metiste?.— escuché que estaba preocupado —Todos estamos vueltos locos, mamá viajó hasta acá para verte.—

Un hueco en mi pecho se hizo presente, era la culpa por haberme ido y causarles tanta preocupación

—Estoy bien Rubén, perdón por haberme ido de esa manera pero no tenía otra opción.— exclamé escuchando una pequeña risa sarcástica por parte de mi hermano

—Tu vida siempre estuvo llena de opciones, huir como criminal no era una de ellas.— dijo ahora

¿Mi vida había estado llena de oportunidades? Los primeros años había sido maltratada en un orfanato, encerrada y siendo violentada de mil maneras posibles hasta desarrollar una de las fobias más extrañas.. Era cierto que todo había mejorado cuando ellos aparecieron en mi vida pero me habían mantenido encerrada para cuidarme y a la vez se habían encerrado ellos mismos para no dejarme sola.

—Quiero que Irina y tú disfruten su vida.— exclamé intentando sonar fuerte —Y me alejé para que lo hicieran, volveré cuando esté recuperada.—

—Ambos disfrutábamos de nuestras vidas contigo aquí, vuelve ahora mismo.— habló, lo último sonaba a una orden

—No quiero volver por ahora Rubén.— dije intentando que mi voz no temblara —Esto también lo hice por mí, quiero vivir como la gente normal y no tener miedo al salir de casa.—

—Kiki ¿dónde estás?.— preguntó —O mejor dicho ¿Con quién estás? Eres muy pequeña para detectar los intereses de las personas y sé que esto no se te pudo ocurrir sola.—

A lo lejos miré a Quackity acercándose con un par de vasos. Rubén estaba haciendo un espectáculo por todo esto, lo conocía mejor que nadie y sabía que si le decía que estaba con su amigo se molestaría bastante

—Estoy en un hospital psiquiátrico.— mentí rápidamente —Nunca me habían dejado ir a uno y siento que es la última opción que tengo para disminuir o eliminar mi fobia.—

En la llamada hubo un ligero silencio, Quackity se sentó a mi lado dejando los vasos en una mesa frente a nosotros

—Ni mamá ni yo quisimos que te internaras nunca en un psiquiátrico.— escuché que murmuró —Dime la dirección para sacarte de ahí, solo la gente en plan.. locos ocupan un psiquiatra.—

Apreté mi celular con fuerza, yo había conocido a bastantes psiquiatras a lo largo de mi proceso, ¿Eso quería decir que estaba loca?

—¿Por qué no decías lo mismo cuando las psicólogas y psiquiatras me llamaban o me visitaban en casa?.— cuestioné un tanto dolida —Me quedaré aquí Rubén, hablamos después.—

Estaba a punto de terminar la llamada

—¡Espera Kiki!.— exclamó rápidamente —Estoy estresado y olvidé que también ocupabas psiquiatras, no solo psicólogos, perdóname.—

—Te llamaré después.— dije nuevamente aguantando las ganas de llorar —No me dejan tomar mi celular tanto tiempo.—

La mayoría de mi vida me había sentido un extraño y singular "bicho raro", pensaba ¿Por qué no puedo tener otro amigo más que Rubén e Irina? ¿Por qué no puedo salir de aquí? ¿Por qué entre tantas fobias tuve que temerle a los chicos? ¿Por qué soy tan estúpida? Y ahora aunque sabía que había sido algo que no había querido decir me sentía loca

—Bueno, Irina quiere que sepas que te extraña y que te seguirá comprando toda la ropa linda que vea hasta que vuelvas.— suspiró —Te extrañamos.—

Terminé la llamada y empecé a llorar, era estúpidamente débil. Quackity simplemente me abrazó dejando que llorara