t r e i n t aㅤ Y ㅤt r e s

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¡Dos malditos meses transcurrieron!. Pasaron tan lento que yo sentía que habían pasado siglos.

—¿Kiki?.— Irina entró a mi habitación y prendió la luz, yo acostumbraba a estar acostada con la luz apagada sin importar la hora —Te traje la merienda.—

—Dejala en la mesa.— pedí —Y llévate la otra.—

Una de mis fabulosas ideas para convencer a Rubén de dejarme ir era hacer una huelga de hambre. Dejé de comer cualquier cosa que me servían y eso me tenía bastante débil ya

—El doctor vendrá a verte cuanto antes.— avisó

—Ustedes saben cómo me recuperaré, denme mi celular.— murmuré debajo de mis sábanas

Escuché un suspiro por parte de Irina, ella era mi aliada hasta que le pedí que se comunicara con Quackity y se negó rotundamente, no conforme con eso le contó a Rubén lo que le había pedido.

—Tu hermano está muy preocupado.— dijo y saqué mi cabeza para mirarla

—Me tienen como prisionera.— exclamé —No puedo hacer nada más que dibujar y ver televisión, ni siquiera me dejan salir al jardín a tomar el sol.—

—Todo terminará cuando la psiquiatra nos diga que estás bien.— intentó animarme

Rubén había contratado una psiquiatra que venía solo dos días a la semana, ella era la única visita que tenía permitida

—Me están matando.— dije antes de volver a cubrirme

Ya ni siquiera tenía la fuerza para llorar, durante estos meses había gastado hasta la última lágrima que me quedaba.

—No digas eso..— la voz entrecortada de Rubén se hizo presente

—Apaguen la luz y vayanse.— pedí

—Kiki por favor.— habló mi hermano —Quedamos en probar mi método pero no estás poniendo de tu parte.—

—Yo no quedé en nada, tú simplemente me quitaste todo.— dije sin destaparme, no quería mirarlo —Ojalá no hubiera vuelto.—

Escuché algunos susurros, apagaron la luz y finalmente escuché la puerta cerrandose

Al sentír que ya no estaban cerré los ojos para intentar descansar, dormir todo el día era la única manera que encontré de no tener hambre.

Cuando empecé a sentir que me quedaba dormida escuché algunos ruidos en mi ventana pero no tenía la fuerza para levantarme a averiguar qué pasaba.

Los ruidos se estaban haciendo más insistentes así que empezaba a cansarme

—Irina.— intenté llamarla pero no podía gritar

Tomé las últimas fuerzas que me quedaban, me levanté y caminé un poco hasta la ventana. Abrí los ojos con sorpresa sin poder creerlo

—Quack.. quack.— cubrí mi boca

Afortunadamente mi ventana estaba junto a un árbol así que él pudo treparlo para estar ahí. Sonreí y él también lo hizo

Abrí rápidamente y él salto para entrar, por suerte estaba bien

—¿Aquí no es el baño?.— preguntó como la primera vez que nos vimos

Y de inmediato me abrazó, yo correspondí sintiendo una alegría enorme invadir mi cuerpo

—¿Por qué todo está tan oscuro?.— preguntó

Estaba a punto de responderle pero un dolor en mi estómago apareció así que puse mi mano para intentar calmarlo

—¿Estás bien?.— preguntó y asentí con dificultad —No te ves bien.—

Me ayudó a llegar hasta la cama, me senté y él fué a buscar el interruptor para prender la luz

—Tu habitación es un desorden.— exclamó

—Yo soy un desorden.— murmuré

Su mirada se detuvo sobre la comida que había dejado Irina.

—Comamos.— pidió y negué —Te ves débil.—

—Solo es tu imaginación.— mentí un poco

—Debes comer, tendremos un viaje largo.— dijo y lo mire sin entender —Vine a sacarte de aquí.—

Sonreí un poco, se sentía como la primera vez que me proponía irme con él

—Esto se ve delicioso.— dijo tomando un poco con el tenedor y acercandolo a mi boca —Si no comes tendré que dejarte aquí hasta que te recuperes.—

No había otra cosa que anhelara más que mi libertad así que obedecí. Quackity se acomodó frente a mí para seguirme dando de comer

—Te extrañé.— confesé entre bocados

—Rubius me dijo que no querías verme de nuevo.— contó mientras me daba un poco más de comida —Y como no me enviaste mensaje decidí creerle.—

Me sentí mal por como mi hermano había manipulado mi relación con Alex para tenerme encerrada aquí

—¿Entonces por qué viniste?.— cuestioné

Cuando aquel plato estuvo vacío lo regreso a donde estaba y se sentó junto a mí

—Me negué a la idea de que tú quisieras alejarte de mí después de todo lo que pasó.— confesó —Quería que tú dijeras que no me querías ver para creerlo.—

Tomó mi mano y fué imposible no sentir una corriente recorrer mi cuerpo

—Ahora que te veo así me doy cuenta que debí venir antes.— suspiró mirando nuestras manos —Lo siento.—

Recargué mi cabeza sobre su hombro y suspiré, aún me sentía débil pero ahora estaba más tranquila

—Tengo que confesarte algo más.— dijo y levanté mi cabeza para mirarlo —No quiero cometer los mismos errores que antes así que déjame ser honesto.—

—¿Qué pasa?.— pregunté

—El día que enloquecí... la persona que me había amenazado era Rubius.— su voz temblaba un poco —Él averiguó que te había llevado conmigo por razones egoístas y me dijo que te lo diría.—

—¿Y por qué no me lo dijo?.— cuestioné sin entender, para mí no tenía mucho sentido

—Él me conoce, sabe que cuando me altero suelo actuar mal.— dijo —Yo creo que él esperó a que yo te contara e hiciera algo imprudente para que tú corrieras a pedirle ayuda.—

Y por fin lo entendí, así yo no podría acusarlo de entrometerse en mi vida.

—No quise mencionarlo antes porque es tu hermano y no debo arruinar la relación que tienes con él.— murmuró —Pero ahora al ver como te tiene creo que es mejor que sepas todo.—

—Rubén solo me quería cerca.— suspiré —Nada de lo que hizo o hace es correcto pero es mi hermano.—

—Tu hermano pasó incluso tus límites.— dijo y tenía razón —Por eso cada vez que te sientes libre es porque escapaste de aquí.—

—Ahora no tenemos a donde escapar, él sabría que fuimos a Estados Unidos.— dije y él despeinó mi cabello

—Ya pensé en eso, tengo un plan B.— avisó sonriendo —¿Qué te parecería conocer México?.—

Lo miré sorprendida, esto nos traería muchos problemas pero nuevamente era la única forma que tenía de salir

𝐊𝐈𝐊𝐈-𝐑𝐈𝐊𝐈 [Quackity X Tú]✓Where stories live. Discover now