Chapter 18. mimos y besos

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El omega se removió entre los brazos de su alfa, despertando después de una larga noche literalmente, tal vez lo hayan hecho más de una vez por el calor, sin embargo se sentía tan bien aquella mañana, se sentía de muy buen humor y más que nada más tranquilo aún si seguía en celo.

Miró al alfa que lo tenía entre sus brazos, se veía más guapo de lo normal o sólo estaba volviéndose a enamorar de él; pues sí, ahora sentía más fuerte aquella conexión con él, sonrió de sólo pensar en aquella marca que ahora tenía en su cuello, sonrió al verlo tan unido a él y sentirlo, tan enamorados el uno del otro.

Con su dedito empezó a acariciar el rostro de su alfa, mirando con atención cada una de las facciones de él, acariciaba su mentón con amor y cuidado, como si de algo frágil se tratara, paró sus caricias cuando esté comenzó a moverse un poco, Soobin abrió sus ojos viendo de frente a su omega, este lo miraba fijamente, sonriendo al ver qué de ningún sueño se trataba.

— Buenos días conejito — Huening se acercó al rostro de su alfa.

— Buen día pingüinito — Soobin respondió para después sonreír mostrando sus hoyuelos.

Kai miró aquellos hoyuelos y con su dedo tocó uno de ellos, amaba aquellos hoyuelos que se formaban cada vez que su alfa sonreía, le parecían muy tiernos en él, Choi a su punto de vista siempre ha sido tierno, a veces se preguntaba que fue lo que le atrapó de aquel chico pues desde que lo conoció nunca más volvió a mirar a otras personas.

Soobin rió al sentir aquel dedito tocar su hoyuelo, acarició con cariño la mejilla de su omega y plantó un beso en los labios contrarios, sonriendo en el proceso.

Ellos estaban más que enamorados, oficialmente eran una pareja de alfa y omega, ambos estaban más que felices, pues antes les fue complicado poder estar juntos y ahora lo estaban, despertando aquellas mañanas juntos y ahora con una marca que les unía, algo que realmente disfrutarán siempre.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó Choi, pues anoche pensó que fue algo brusco con el omega.

Si bien no lo hicieron solo una vez, sin embargo al ser un alfa en celo pensó que pudo haber sido un poco brusco con su omega.

— Me siento bastante bien — respondió con una sonrisa.

— ¿No fui muy brusco? — preguntó aún acariciando la mejilla de su omega.

El castaño negó, todavía con aquella sonrisa, después cerró sus ojitos para seguir disfrutando de las caricias de su alfa sobre su mejilla, amaba eso.

Soobin sonrió aún más al verlo acercarse, pidiendo mimos y toda su atención, cosa que el alfa estaba dispuesto a darle.

Se sentó en la cama y atrajó el cuerpo de su omega a su regazo, dejando a este descansar en su hombro mientras él seguía con aquellas tiernas y calidad caricias sobre su cuerpo, la espalda y su cabello.

— Mío — dijo el alfa en un susurró mientras continuaba con aquellas caricias que hacían solo soñar al omega.

— Lo soy — afirmó este.

Kai se aferró a él, olfateando aquel aroma que amaba, chocolate amargo.

Recuerda que cuando era niño amaba el chocolate, pero más el amargo por una extraña razón, casi siempre que compraba una bolsa de chocolate Hershey de distintos sabores siempre elegía el amargo, pues le daba un gran gusto a su paladar y a su nariz.

Y ahora entendía porque.

Su destinado tenía ese aroma, y sí, aunque al principio Soobin era un omega con aroma a chocolate dulce, lo amaba de todos modos. Fue sorpresa que ahora tenga aquel aroma que tanto ama.

Al revés -  sookaiWhere stories live. Discover now