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La magia era algo a lo que estaban acostumbrados desde que obtuvieron consciencia de ellos mismos, era su esencia y lo que les hacía brillar por entre todas las personas en el mundo de los iguales. Luego de una catástrofe en su idíli...
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Los ojos de Cassandra se abrieron paulatinamente, sintiendo la suavidad de su cama y el calor de su hermano gemelo abrazado a ella, ese calor hogareño que le brindaba protección cada vez que estaban juntos. Tenía una vaga idea de lo sucedido la noche anterior: Clara y Enrique (¿o NoEnrique?) se fueron a su hogar y Chris la obligó a beber la pócima, aunque gracias a ella pudo descansar tranquilamente sin sueños que atormentaran sus pensamientos.
Los recuerdos de anoche le cayeron como agua fría, toda la información apareció una tras de otra; desde los goblins hasta el accidente de Jim, incluida la cambiante con la que luchó. Le habría encantado evitar todos esos problemas, pero ya sucedieron, le quedaba esperar a que Jim estuviera bien. Ahora comprendía el peso que cargaba sobre sus hombros, algo similar a lo que ella hacía cada día, la diferencia recaía en que su familia lo hacía para protegerse a ellos mismos, en cambio, Jim lo hacía para proteger al mundo.
Abrumada por sus pensamientos decidió que lo mejor sería despertar por completo, su cuarto seguía desordenado, pero se tomaron la molestia de recoger los libros y dejarlos en el escritorio, aún faltaba su álbum de fotografías. Vio la hora, no era muy tarde ni muy temprano, seguramente Keane ya había abandonado su hogar para arreglar las cosas en la escuela, esa noche sería el estreno de Romeo y Julieta.
Meneó a su hermano de un lado a otro, entre tanto movimiento el chico cayó de la cama, al menos había despertado con eso y cada uno se dispuso a arreglarse para su largo día en el teatro. El teléfono de Cassie tenía algunos mensajes de Toby y Clara, Jim se encontraba bien y esperaban encontrarse esa noche en la escuela.
Chris estaba por bajar, cuando escuchó ruidos en el primer piso, volvió rápidamente al cuarto de su hermana intentando no alterarla.
—Vamos a salir por la ventana.— Le dijo con una calma desconcertante en su voz.
—¿Estás bien?
—Creo que hay alguien abajo.
La chica recordó a Nomura en el bosque, había llegado a ellos con tanto silencio que solo se percataron de su presencia cuando la cambiante comenzó a silbar, Cassie buscó su báculo y las manos de Chris se encendieron de un color burdeo antes de bajar nuevamente por las escaleras, temían lo peor. Sin embargo, al llegar a la planta baja no se encontraron a nadie más que el cuervo de Chris, los observaba desde la ventana del salón listo para seguirlos hasta la escuela.
—Seguramente fue Sparrow.— Murmuró Cassie, bajando la guardia.
Algo que lamentó al instante, escucharon aquel inquietante silbido y luego sintieron un golpe en su cabeza sin ser capaces de reaccionar, los gemelos cayeron inconscientes a los pies de la cambiante.
