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La magia era algo a lo que estaban acostumbrados desde que obtuvieron consciencia de ellos mismos, era su esencia y lo que les hacía brillar por entre todas las personas en el mundo de los iguales. Luego de una catástrofe en su idíli...
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Transcurrió un mes desde su acto final, desde que acabaron con Bular, con la obra escolar y con las fiestas. La familia LeRouge celebró navidad junto a sus amigos, aquel fue el momento en que Cassie le regaló a su hermano gemelo un brazalete a juego con el suyo, con el grabado de una antigua promesa realizada en su niñez.
«Solo tú y yo, hasta el infinito».
Chris dejó de participar en el equipo cazatroles durante esos días, Blinky no era un problema, le había quitado de su memoria el recuerdo de que eran magos y se veía más feliz que de costumbre, quería hablarlo con él y debía hacerlo con todos en conjunto, con Clara y Cassie incluidas, pero conseguir un permiso para llevarlas a Mercadotrol estaba siendo complicado.
No obstante, las chicas no desaprovecharon ese tiempo. Clara quería ir a la tierra de los troles, quería conocer sobre la magia y todos los misterios que mantenían ocultos para los humanos, Chris se encargó de enseñarle las normas y así preparar a ambas chicas para Mercadotrol. Como ya había estado allí antes, les explicó cada detalle de aquel mundo y las reglas del cazatroles eran esenciales si querían ayudar a combatir el mal junto a Jim.
Las primeras reglas eran sencillas, excepto la cuarta regla. Cassie estaba consciente de que algunas criaturas eran reacias a la hechicería, los propios humanos llegaron a repudiarla en algún momento intentando eliminar a su raza de la forma más repulsiva, entendía que los troles tenían su motivo para desconfiar y por ello temía que no la aceptaran en el equipo al conocer el secreto.
Chris era un caso especial, participó sin utilizar su magia frente al trol de seis ojos y se ganó su respeto en base a sus acciones, aunque esto le dio un lugar en el equipo, no le garantizaba seguridad y aceptación si los troles se enteraban de que era un hechicero, por lo que debía ser cuidadoso. Debían serlo por su bien y el de su familia. Estaban caminando por la cuerda floja y cualquier movimiento en falso provocaría una reacción negativa por parte de los seres de piedra.
Dejando esos pensamientos de lado, tanto Clara como Cassie aprendían con rapidez, comprendieron perfectamente todas las costumbres de los troles y Chris compartió algunos de los libros de Blinky para que Clara y Cassie pudieran aprender más sobre este nuevo mundo.
La de mechón azul estaba fascinada con sus nuevos conocimientos, e incluso había aprendido algunas palabras en trolés con ayuda de NoEnrique, cosa que sorprendió a los gemelos; el trolés era un poco complicado para los humanos y no cualquiera podía aprenderlo.
Durante ese tiempo, aunque tenían la confianza suficiente, los gemelos no hablaron sobre su secreto. Temían que al hacerlo Blinky se negaría a recibirlos y mientras menos personas conocieran la realidad, sería mejor para todos, especialmente para los LeRouge; así protegerían a su familia, Clara y Toby no los sofocarían con su curiosidad y Keane no sospecharía por el extraño actuar de Núñez o Domzalski.
