One Shots - Famosas y tú.

Taylor Swift

—¡_____!

Escuché el grito de la primera dama en la oficina de presidencia, me acerque respirando profundo y empuñando mis manos de los nervios.

Cada día se me hacia mas difícil disimular mis sentimientos hacia ella.

—¡_______!

—¿Si, señora? Disculpe— murmuré ya dentro y una vez cerrada la puerta.

La vi radiante, con una gran sonrisa en su rostro mientras servía en dos vasos de vidrios con hielo whisky.

—Necesitamos celebrar, _____.

—No, no, no, señora. No podemos.

Ella rió, mirándome a los ojos.

—¡Si, ven a tomarte un trago conmigo!— finalmente terminó de servir la bebida alcohólica. Dejando ambos vasos sobre la mesa de centro que tenia al frente y se sentó en el mueble.

—No, señora. No acostumbro a tomar. Estoy bien así.

La rubia frunció el ceño y negó repetidas veces.

—No, no. Yo no voy a tomar sola. Así que mejor... te acostumbras, siéntate... Aun eres mi asistente...— señalo el espacio vacío a su lado.

Suspiré, desempuñe mis manos, junte mis brazos y deje caer mis manos sobre mis rodillas una vez sentada a su lado, sentía mi cuerpo tenso.

Enseguida ella me entrego el vaso, riendo y mirándome fijamente a los ojos.

Aquellos ojos azules que me quitaban la respiración, que me hacían sentir débil.

—¿No cree que estamos celebrando antes de tiempo, señora?— susurré, pasando una mano por mi cabello.

—Ok... ok. Si. ____, sé que aun Jake no ha firmado los papeles de divorcio... —sus palabras fueron bajando de tono, a uno mas suave aun y a medida que eso pasaba su rostro se acercaba al mío. Mi mirada automáticamente bajó a sus labios, mi boca se abrió pero la cerré al instante y trague en seco devolviendo mi mirada a la suya—... lo sé, pero ya estoy tan cerca... tan cerca de ser libre... Eso me tiene tan feliz, ____. ¡Hay que celebrarlo desde hoy, todos los días! ¡Salud!

Su vaso chocó con el mío y lleve la bebida a mi boca, al sentir el liquido caliente quemando mi garganta fruncí el ceño y trague con dificultad.

Tosí.

Taylor rió, algo que amaba de esos momentos era como sus ojos se achicaban y sus pómulos resaltaban.

Le sonreí de vuelta.

—A ver, ____. Cuéntame tú. ¿Qué harás luego de salir de aquí? Dejaras de ser la asistente de la primera dama de Estados Unidos...—lo exageró mientras dejaba caer el vaso entre sus piernas, afirmándolo entre ellas.

—Supongo... buscar un nuevo trabajo...

—¡Ya, suéltate! ¡Dime!— con su mejor sonrisa gritó esas palabras y se acerco mas a mi.

Sonreí y asentí.

—Si...— reí mirándola tan feliz, como pocas veces —Buscar trabajo, Taylor. Porque... no soy millonaria— ambas reímos—...quizás, algo que sea mucho mas tranquilo.

La rubia en seguida me interrumpió—Más tranquilo que esto... cualquier cosa.

Ambas volvimos a reír al unísono, mirándonos fijamente a los ojos.