Alma fantasmal//Undertale, Sans x tu//

Capítulo 37

-Oye, Sans- le llamé después de un largo silencio que hubo entre los dos, por un momento realmente habría pensado que se había dormido si no fuera porque me respondió.

-Dime- me contestó mientras miraba la nieve en lo alto de un árbol, como si esperará que la rama cediera y toda la nieve cayera.

-¿Crees que habrá alguna otra manera de que vuelva a ser humana?- le pregunté desanimada, estaba harta de que estuviera siempre muriendo gente ante mis ojos -No quiero más muertes, haré lo imposible para proteger al niño que falte.

-No lo sé, pero seguro que...- parecía no querer hablar -Seguro que él si puede saber algo, creo que lo sabe todo- se quedó un rato en silencio, entendí rápido a quien se refería -Sobre lo del próximo niño, estoy seguro que será aún más complicado, todos estarán en su contra. Del siguiente dependerá que sigamos aquí encerrados.

-La superficie no es tan genial- le aseguré -Los humanos hacemos daño a los demás, no creo que sea tan fácil que os acepten- murmure apretando las manos, mis manos estaban rojas del frío -Somos egoístas y pocos buscan el beneficio del otro.

-Te estás incluyendo, ¿Verdad?- su mirada parecía seria pero a la vez tenía cierta gentileza. Pero yo, yo me estaba dejando llevar en ese momento.

-Claro, soy una humana. Soy egoísta, busco mi propio beneficio y me arrepiento una vez que la he fastidiado, una vez que he destrozado a los otros por dejarme cegar- dije cerrando mis ojos, solo empecé a soltarlo -Sans, no soy una santa. He cometido suicido, soy el egoísmo personificado. Me dio igual lo que iba a provocar en mis seres queridos, me había prohibido a mi misma ver otras posibilidades. Todos esos niños que confiaban en mí, no pude salvarlos y ellos solo me fueron salvando a mí, me daban oportunidades que no me merezco- hacía tiempo que no soltaba todo de esta manera, se sentía bien -Soy tan cobarde que aún ni me he comunicado con mis padres...

-_____- me llamó pero no lo escuché -Oye- de nuevo intentó comunicarse conmigo, pareció hartarse cuando sentí un extraño control en mi alma que me hizo moverme de manera algo busca hacia el suelo, callé de inmediato -No pensé que iba a funcionar...

-¡Oye! No hacía falta ser tan brusco- me queje mirando al esqueleto, era increíble el miedo que podía dar el maldito cuando se iluminaba su ojo azul, me soltó al instante -También, ¿Como lo hiciste? Se supone que no tengo mi alma del todo

-No lo sé, quizás porque estas cerca de revivir- dijo encogiéndose de hombros- De cualquier manera, era la única manera de hacerte reaccionar. Si tanto te arrepientes de lo que hiciste solo hay una cosa por hacer- me dijo -Aprovecha las oportunidades que te están dando, pregúntate porque eres un fantasma. ____, estás destinada a volver a ser una humana, deja de lloriquear y quejarte porque no servirá de nada- me quedé completamente en silencio -Has llegado lejos, han pasado muchos años como para que sigas viviendo en el pasado, ¿Entiendes? Te lo diré de nuevo, no estás sola.

Mire en silencio al esqueleto, reí con amargura, tenía toda la razón, me había vuelto a ahogar en un vaso de agua. No habían suficientes palabras para agradecer a todos aquellos que me han ayudado durante todos estos años.

-Tienes tanta razón... Parece ser que no eres un cabeza hueca- intenté bromear un poco, necesitaba aligerar el ambiente. Él sonrió.

-Bueno, técnicamente si...- dijo riendo un poco -Pero ahora de verdad, ¿Crees que un simple y vago saco de huesos como yo tendría el favor del rey si no fuera porque tengo algo más? Soy el monstruo más débil pero esa es mi fortaleza- se levantó de aquel montículo de nieve -Hay que convertir las debilidades en fortalezas, ¿No crees?

Sonreí llena de admiración, mis mejillas parecieron calentarse tontamente mientras me levantaba del suelo.

-Si, gracias. Creo que ya es hora de despedirse, tengo entendido que Paps llegará pronto del entrenamiento.