Capítulo 22

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*3 días después*

-Créeme que hay cosas que no se olvidan, ¿eh? -respondo y él niega desde el otro lado de la pantalla.

-Sé que hay cosas que no olvidas, Miranda. Pero siento que todo el tiempo que estuve contigo lo hice bien, fui una buena persona, que supo aprovechar cierto tiempo contigo.

Río brevemente mientras me tapo una mejilla con la mano libre, la otra yacía sosteniendo el computador.

-Mi Andrew ya se puso poeta... -lo molesto y éste sólo se encoge de hombros para luego hacerse el sorprendido.

-¿Andrew?

-Andrew.

Nos quedamos en silencio un par de segundos para luego dedicarme a observar todo lo que está a su alrededor. Y sí, la pieza era muy espaciosa, pero no era como la anterior.

-¿Cómo es que la pasas en casa de tu tio, eh? -pregunto y el esboza una sonrisa.

-Bien,... estoy bien, me gusta estar aquí. Estoy felíz con él.

-Así que todo bien...

-Sí, pero...

-¿Pero?

-Es que mi tío tiene un amigo que es de esas personas que te hacen recordar la mayor parte de tu pasado, y estamos en una sesión que al fin y al cabo me está haciendo un poco mal...

-Si te hace mal debes pararlo ahora mismo.

-Lo sé, si lo sé, pero quiero seguir. Esto me ayuda a unir el tremendo puzzle que tengo dentro de mí cabeza. Y estoy un poco más confundido respecto a mi tia. Yo sólo sabía y recordaba que cuando tenía miedo ella sólo se acercaba y no decía nada, pero ahora, sé todo, o por lo menos estoy tratando de hacerlo.

-Si algo te hace mal, o comienzas a confundirte, porfavor para con la sesion. He escuchado que eso puede hacerte colapsar.

-Sí, tranquila, yo sé lo que hago.

Respiro con alivio y comenzamos a hablar diciéndonos el uno al otro que nos amamos y bla bla bla, como siempre. Y en una oportunidad puedo ver al tio de Andrew entrar en la habitación y me saluda.

Le devuelvo el saludo después de escuchar el grito de que estoy atrasada para ir al colegio de mamá.

Apago la computadora, cogo mi mochila, y bajo corriendo pero con el ánimo por el suelo, a decir verdad. No puedo decir que disfruté mi desayuno, porque practicamente lo tragué y ya. Siempre hacía lo mismo.

Odiaba esta rutina.

5 minutos después cuando llego al colegio, mamá se despide de mí, pero yo no hago nada. Sólo la veo y entro al colegio con amargura.

Llego a mi aula y el silencio sume el lugar. Por primera vez lo hace. Dejo mi mochila en el respaldar y me siento, sigo mirando hacia el frente pero todos me miran. Mi timidez desaparece cuando la clase empieza formalmente.

-Buenos días, niños. Gracias por asistir al aniversario del colegio. Hoy hemos cumplido años y agradecemos a Miranda por venir, fue una visita inesperada.

-Muy inesperada. -alguien murmura pero no me volteo, sólo respiro profundo.

La clase continua normal, y cuando llega la hora del recreo, salgo de mi sala y cuando voy camino al baño, choco con alguien y ese alguien me agarra del brazo y me escanea.

Demonios. La inspectora.

-Hoy, aniversario del colegio, Miranda.

-Lo sé.

-¿Si lo sabes que pasa con tu uniforme de gala?

-No tengo uniforme de gala.

-Entonces te vas.

Me obliga a ir a buscar mis cosas para luego llamar a mamá. Pero no me importa, fue su culpa no recordar el uniforme de gala.

Luego dos eternas horas llega y me retira. Pero no intercambiamos palabra hasta la casa.

(***)

Después de 3 semanas Andrew termina su trabajo escolar según me cuenta. Uno muy difícil. Pero me lo dijo por chat, nada más.

Frunzo el ceño cuando veo en el chat su escribiendo...

-Miranda, terminé el tratamiento. Ahora sé cosas que no sé. El puzzle se armó, debi hacerte caso, no quería recordar nada. No puedo culpar a mi tia de todo lo que me hizo. Cuando era pequeña quizá le hacían lo mismo. Sólo quiero decirte que te amo, que has sido lo más lindo que me ha pasado en la vida. Y que puedas superar todo lo que pasa. Te amo y estaré contigo desde el cielo.

-¿¡Andrew qué?! ¡¿Desde el cielo?!

Andrew ha enviado una foto.

No puedo describir lo que sentí al ver esa soga colgada en el techo. Reaccione mal, comencé a llamar automaticamente en vídeo llamada, después de muchos intentos contesta el tio de Andrew con cara de preocupación.

-Miranda, ¿qué ocurre?

-Porfavor lleve el computador al baño, necesito ver si Andrew está bien.

-Sólo está en el baño, está con seguro.

Lloro mucho más y su tio me mira con confusion.

-¡Derribe la puerta! -exclamo y su cara de preocupación aumenta y camina con la computadora al baño, mientras ocurre y trata de derribar la puerta me vibra el celular, pero eso no me importa ahora.

Sigo viendo la computadora, hasta que la puerta se abre y el tio de Andrew grita y yo tapo mi boca con mi mano. Los dos lloramos al ver a Andrew colgado desde el techo.

El tio de Andrew finaliza la llamada y desbloqueo el celular para ver lo que había vibrado. Y era una foto de el mismo en ese preciso momento en el que se suicidó.

Las lágrimas no paran de correr mientras abrazo mi almohada.

Los cortes en las muñecas sólo aliviaban el dolor y justo cuando estoy apunto de dar el último corte y el fatal, Andrew aparece enfrente de mí.

-Miranda, estoy contigo. -murmura y yo comienzo a tartamudear su nombre- ahora podemos estar juntos para siempre. Siempre contigo. La distancia no sera un problema. Estaré contigo.

-¿Desde dónde? -logro modular.

-Desde el cielo. -dice antes de guiñarme un ojo he irse.

AMOR SUICIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora