9. ¿Callum? (Feel Good)

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Rayla miró la sala del trono cuando entró, era enorme pero espectacular. Y familiar. Volvió a preguntarse porque ese palacio le resultaba tan familiar, porque Katolis en si le resultaba tan familiar. Ella nunca había estado en Katolis antes, no tenía sentido...

-¡Bienvenida a Katolis, Rayla! - Sus pensamientos fueron interrumpidos por el Rey Ezran dándole la bienvenida, a lo que ella respondió con una reverencia, en verdad no sabía muy bien cómo actuar. - ¡Oh, no! No es necesario eso. - Se rió el rey Ezran cuando la vio hacer la reverencia.

Rayla solo consiguió sonreír, no sabía si por incomodidad o por disculpa.

- Su majestad, estamos aquí porque necesitamos su ayuda por un asunto de la reina Zubeia. - Consiguió explicar Rayla.

Los dos hermanos se sorprendieron por el tono tan formal de Rayla, ninguno la había oído hablar así antes.

-Si, por lo que me ha dicho mi hermano antes, ambos están aquí para conseguir información sobre el orbe de Aaravos. - Ezran cogió a Bait entre sus brazos poniéndolo en su regazo mientras seguía hablando. - Por lo que yo tengo entendido, el orbe de Aaravos es un instrumento muy valioso que no puede caer en malas manos.

Callum y Rayla asintieron.

- Pero por desgracia no creo que aquí en Katolis haya información sobre el orbe, - Ezran hizo una mueca. - La poca información que tenemos de Aaravos se desvanece a los segundos de abrir la página.

- Lo sé, pero en Xadia descubrí un hechizo que quizás ayude con ese problema. - Interrumpió Callum dando un paso al frente.- Además, por intentarlo no se pierde nada.

Rayla levantó una ceja sorprendida, no sabia que Callum los había llevado ahí sabiendo ese inconveniente y creyendo que lo podía arreglar con un hechizo que acababa de aprender, esa información se la había guardado para él.

Ezran meditó las palabras de su hermano.

-Si en verdad crees que ese hechizo puede ayudaros adelante. - Cedió Ezran. - Pero por favor, que no haya más incidentes con documentos valiosos. - El joven rey miró a su hermano para luego mirar de reojo a Opeli que se encontraba a su lado.

Callum sintió sus mejillas enrojecerse por la vergüenza. Las últimas veces que le había dicho a su hermano eso, no siempre había salido bien, y más de una vez acabó destruyendo y estropeando libros u objetos históricos.

-Prometido. - Dijo mientras agachaba la cabeza en una mini reverencia.

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Cuando salieron de la sala del trono Rayla se paró enfrente de Callum.

-Eh, ¿está todo bien Rayla?-Callum la miró confundido.

-Se te había olvidado comentar el hecho de que la información se desaparece de los libros y que hay un mínimo de posibilidades de encontrar algo que nos sirva para conseguir ese orbe.

Callum dio un paso hacia atrás al ver la mirada de enfado de Rayla mientras nombraba cada acusación de algo, que claramente no le había dicho.

-Yo... Lo siento. - Murmuró la disculpa con la cabeza baja, no había sido su intención ocultarle eso a Rayla, simplemente se le había pasado contárselo. -No era mi intención ocultártelo.

Rayla dio un paso hacia él, esta vez más calmada.

-Callum quiero confiar en ti, pero no puedo hacerlo si me ocultas cosas, sobre todo cosas relacionadas con nuestra misión.

Fue entonces cuando Callum levantó la cabeza del suelo cuando vio sinceridad en los ojos de Rayla, ella de verdad quería confiar en él, ella quería confiar en que él no le ocultara nada. Y eso le dolió.

Ella le estaba pidiendo sinceridad y él lo único que hacía era mentirle.

Callum sonrió con suavidad antes de que otra mentira se arrastrara hasta su boca:

-Vale, te prometo que no te ocultare nada más, ni intencionadamente ni inintencionadamente.

Rayla se rió ante su forma de hacer esa promesa.

- Me parece bien. - Entonces miró alrededor del pasillo. -Bueno, si no recuerdo mal ibas hacerme de guía turístico. -Dijo alegremente mientras cogía la mano de Callum y lo arrastraba por el pasillo.

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Mientras Callum le hacía el tour a Rayla por el camino, ella iba ensimismada con sus pensamientos.

Hacía apenas unas semanas había conocido a Callum, un humano que resultaba que podía hacer magia primaria.

Al principio le había resultado desconfiado, pero con el paso de los días se había ido haciendo su amiga y había descubierto un montón sobre él. Y sobre los humanos.

Ahora mientras iban cogidos de la mano por el castillo y con Callum explicándole cada estancia del castillo, se volvió a preguntar cómo sería besarlo. Hacia unos días había tenido ese pensamiento por primera vez, mientras estaban sentados alrededor del fuego y él le estaba explicando algo sobre Katolis para que se familiarizara un poco con el lugar, en su momento se había reñido mentalmente por la falta de profesionalidad.

Pero ahora, mientras él le enseñaba su hogar era en lo único en lo que podía pensar.

También se preguntó cómo sería acariciar su pelo, o como sería que él la atrajera más a ella poniendo sus manos con sus guantes en su cintura...

Iba medio ensimismada con sus pensamientos mirando los pasillos hasta que de repente se paró de golpe.

Callum que paró tan abruptamente por el paradón de Rayla, la miró confundido.

Rayla miro hipnotizada el pasillo en el que se había parado.

-Yo he estado aquí. -Susurro más para ella misma que para Callum.

Callum se sobresaltó a su lado.

-¿Cómo?

Rayla sacudió la cabeza negando.

-Yo... no lo sé, pero tengo la fuerte sensación de que ya había estado antes en este pasillo... contigo.

Callum la miró con preocupación.

"Rayla... estoy cerca, contigo"

-¿Qué has dicho?

-Rayla, no he dicho nada...-La preocupación en el rostro de Callum era ahora más notable.

Rayla se avergonzó de haber perdido el control tan fácilmente de aquella voz y haberle respondido delante de Callum.

-Perdón, pensé que había oído hablar a alguien.

Callum la miró con la ceja levantada.

-Bueno, aquí solo estamos tú y yo, y yo no he dicho nada.

-Quizás solo esté un poco cansada del viaje. -Inquirió Rayla.

Callum se dio con la mano en la frente ante aquello.

-Tienes razón, se me había olvidado mostrarte donde te puedes quedar. -Dijo Callum avergonzado de ser tan mal anfitrión. Rayla no pudo hacer más que reírse. -Ven, te enseñaré tus aposentos.

-Que encantador eres, Su Alteza. -Se burló Rayla cuando Callum la cogió otra vez de la mano para guiarla hasta su habitación.

-Faltaría más, Mi Lady. -Le siguió la broma Callum.

Entonces Rayla escuchó a la voz otra vez, y por primera vez en mucho tiempo se le puso la piel de gallina ante aquellas dos palabras...

"Lo siento..."

State Of Grace  [Saga Fault Line #1]Where stories live. Discover now