CAPITULO 1

26 0 0
                                    

Quizás debería aclarar algo desde el primer momento a fin de que no me tomen por incrédulo: yo nunca he creído en el destino. Sin embargo la experiencia que había vivido hacía casi un año en aquella tienda misteriosa me había ilusionado y llenado de esperanzas en mi carrera como streamer.

A pesar de todo, el futuro nunca estará atado a un sinfín de coincidencias que son imposibles de alterar, y cuando el Ibainéfico de aquel año estaba a punto de llegar, noté con bastante amargura que mis números no eran exactamente los que había predicho en mi visión.

—Ochenta y cuatro seguidores... Acabo de perder uno —me lamenté en voz alta, sentado frente a mi ordenador. Esperaba la respuesta de algunas celebridades a las cuales les había advertido del peligro de aceptar la invitación al evento de Ibai que no se haría a fin de año sino a comienzos de febrero por cuestiones de organización.

Al ir notando que la realidad se separaba cada vez más de lo que yo había visto bajo el tratamiento de aquella bruja, empecé a pensar que todo había sido un sueño irreal, y que nada de esos trágicos sucesos podrían llegar a pasar, pero algo dentro de mí no me permitía rendirme en mi intento de hacérselo llegar a los mismos organizadores del evento.

Con mi poco renombre en la plataforma y mis prácticamente nulas conexiones en aquellos ámbitos, todo parecía ir cuesta arriba, y al parecer, el Ibainéfico se celebraría de forma natural, conmigo mismo viéndolo por la pantalla de mi pc como los años anteriores, sin posibilidad de hacer nada para evitar un potencial escándalo de nivel mundial.

---

Greedy. ¿Estás ahí?

La notificación de un mensaje a través de instagram me despertó a las cinco de la madrugada. Desbloqueé el móvil entreabriendo un solo ojo, la luz era demasiado fuerte para la oscuridad de mi cuarto y mi sueño apenas me permitía reconocer los números para poner mi contraseña. Tras fallar cuatro veces, me esforcé por sentarme sobre mi cama para escribir correctamente el código.

Abriendo el panel de mensajes dentro de la aplicación, me encontré con un nombre que jamás hubiera esperado ver allí: el mismísimo Thegrefg se había contactado conmigo luego de leer mi advertencia respecto a los peligros a los que podrían enfrentarse en el evento de Ibai.

Hola. Muchas gracias por contestar —le escribí intentando no verme descortés, pese a la hora que era.

Lo que escribiste en ese mensaje es bastante extraño...

Tragué saliva.

Lo sé, y me disculpo por eso. No quería sonar tan creepy... yo mismo soy totalmente escéptico de la adivinación y todo eso... pero todo lo que te conté lo ví en verdad, y no podía quedarme de brazos cruzados.

Comprendo.

Las horas pasaron y no volví a recibir más mensajes del streamer. Comencé a pensar que no me había creído, después de todo, sería difícil de creerle a alguien que dice haber predicho tu muerte en base a una visión bajo los efectos de vaya a saber qué sustancias en la tienda de una adivina que conoció en la feria de un pueblo desconocido. El solo hecho de pensar en eso me hizo soltar una pequeña risa desanimada.

Más tarde ese mismo día, al regresar del trabajo, pensé en entrar al directo de Thegrefg mientras ponía el agua a calentar para tomar unos mates, con tanto tino que apenas subir el volumen oí mi nombre.

—...Así que he estado pensando en pedirle personalmente a Ibai que deje participar a este chaval. ¿Ustedes qué pensáis? —Preguntó luego a su chat. El cual respondía positivamente—. Veo que la mayoría estáis de acuerdo. Así que vamos a ello.

Mientras en mi pantalla, el famoso Thegrefg seguía escribiendo un mensaje en su teléfono, mi propio móvil vibró. Era su mensaje confirmándome que creía en mis palabras, y decía que si bien el evento no podía ser cancelado por cuestiones de contratos y patrocinios, sí quería invitarme para investigar más sobre el tema.

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, y con las piernas temblando me senté frente a mi PC para escribir en su chat. Al notar que recién en ese momento comencé a seguirlo en su canal le echó a la cámara su típica mirada recriminatoria y casi inmediatamente me regalaron una subscripción para que pudiera hablar.

Le agradecí enormemente por su atención, e insistí en que haría todo lo que estuviera a mi alcance para que nada malo pase. Él sonrió y dio por zanjado el tema pasando al siguiente con una agilidad impresionante, mientras yo corría hacia la cocina donde el agua para mis mates de la tarde ya llevaba bastante tiempo de hervida.

Esa misma noche, al abrir mi directo, me encontré con más de doscientos mil followers nuevos (que se duplicarían al terminar la semana), y miles de personas comentando en mi chat. Todos ellos preguntaban sobre mi visión, sobre si creía en el tarot y varias tonterías más. Pero de entre toda la masa, algunos indagaban preocupados sobre si creía que los trágicos sucesos que había narrado podrían llegar a suceder en la vida real, y qué podría hacer yo para evitarlos.

—No lo sé... —dudé. Aún un año después seguía teniendo pesadillas sobre las atrocidades que había visto en mi mente—. Pero voy a hacer todo lo posible porque el evento se celebre en total tranquilidad, y sin peligro alguno —completé.

Al igual que en mi visión, Ibai se contactó conmigo poco tiempo después para proponerme participar de aquella edición del Ibainéfico, pero esta vez el dinero para ingresar lo pagaría Thegrefg de su propio bolsillo, al igual que mi pasaje a España. Y una vez que me encontré en el aeropuerto dispuesto a partir, tragué saliva con nerviosismo, preparado para enfrentar mi destino.

Los Juegos del Streamer -2- (fanfic)Where stories live. Discover now