𝟙𝟙. ℂ𝕒𝕣𝕚ñ𝕠

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📅 JUEVES 6 DE ENERO DE 2022

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📅 JUEVES 6 DE ENERO DE 2022

📅 A LA MAÑANA SIGUIENTE

Carlos se había despertado unas horas después. Se encontraba algo mejor o eso es lo que él quería hacerse creer. Karisa aún estaba dormida en su cama, agotada por todos los acontecimientos del día.

Solo eran las 12 del mediodía y él ya tenía organizados todos sus asuntos. Por la tarde se irían a Maranello. Llegarían de noche y por lo menos no llamarían la atención de nadie. Tendrían unos días de paz antes de que Carlos se incorporara a los entrenamientos y la locura de la Fórmula Uno, que era en lo único que debería pensar, de ahora en adelante. Aunque desde hacía tiempo, tenía que compartir sus pensamientos con sus otros negocios.

Su teléfono volvió a vibrar encima de la encimera. Llevaba días esquivando las llamadas de sus padres, pero ésta, llamada no la podía ignorar. Bufando un par de veces, hizo de tripas corazón y contestó haciendo caso omiso a la rabia que aún sentía por lo ocurrido ayer.

- ¿Qué pasó Carlos? –Nikolai, el jefe y dueño de la Bratvá le preguntó bastante enojado.

- Los hombres del tío que ganó la lucha en Nusa, el rapado que te hizo el trabajo de los irlandeses, intentó secuestrar a mi chica. 

Si, había dicho su chica. Tenía que quedar muy claro que Karisa era suya y que Carlos estaba usando con ella sus derechos como Vor y de esta manera darle un lugar a su lado que la protegiera de todos los demás.

- Vaya, lamento oír eso, Carlos, ¿y estáis bien? –la preocupación en la voz de Nikolai le pareció sincera. A pesar de ser el jefe, ambos se respetaban, pues el ruso sabía que Carlos le era más fiel que algunos de los hombres que llevaban años con él.

- Ellos están peor, créeme. 

- Daré orden para que busquen y castiguen a los culpables. A veces se les olvida quien manda. ¿Cuándo te vas a Maranello?

- Esta tarde. Ya tenía que estar allí, pero bueno –Carlos chasqueó su lengua al escuchar los pasos de Karisa acercándose a la cocina. Caminó hasta salir por la puerta que llevaba hacia el jardín, para proseguir con la conversación.

- Por unas horas, no creo que pase nada. A Cannavaro no le importa reunirse contigo cuando sea. Él es quien está ansioso por verte.

- ¿Crees que va a invertir?

- Más que dispuesto. Solo que algunas de sus preguntas van mucho más allá y me incomodan.

- No te preocupes, me encargaré personalmente de cortar sus avances.

Carlos giró un poco su cabeza para ver como Karisa se hacía un café sin mirar siquiera en su dirección. Desde aquí podía ver sus piernas desnudas enfundadas solamente, en otra de sus camisetas de manga larga. Su miembro le recordó, de nuevo, lo mucho que deseaba a la castaña y tuvo que recolocársela en los pantalones para que estos no la apretaran.

NARDIÁNWhere stories live. Discover now