El regreso de un heroe

No te amaria

Arthur había llegado a la vista de la fiesta temprano después de que Caera y Tessia lo ahuyentaran cuando vino a acompañar a Tessia al evento como su guardaespaldas. Estaba de pie entre un gran grupo de dignatarios de Alacrya y Dicathen que compartían historias sobre la guerra. A lo largo de la misma, Arthur hizo todo lo posible por sonreír incluso cuando sintió una oleada de dolor al recordar a las personas que había perdido. Suspiró, deseando que el dolor se aliviara, pero siempre persistía.

Tessia y Caera llegaron juntas al evento después de un tiempo. Los ojos de Tessia lo encontraron justo cuando luchaba por mantenerse positivo. Ella le sonrió y de repente se sintió más ligero.

Cuando las dos chicas entraron en la discusión, los temas cambiaron de las conversaciones de guerra a los problemas estructurales que parecen nunca dejar el mundo en el que viven. Tenía la esperanza de que la mezcla de culturas acercara a las personas.

A medida que la multitud creció un poco más, las charlas grupales se disolvieron y Caera subió al escenario para declarar oficialmente que la fiesta estaba en marcha. "Me gustaría agradecer a la princesa Tessia Eralith de Elenoir por honrarnos esta noche. Ella representa a Dicathen y es mi invitada de honor para el evento en el que celebramos la unión de Dicathen y Alacrya. Espero que nuestra alianza continúe resistiendo la prueba del tiempo". Una ronda de educados aplausos provino de la multitud.

Luego, Caera encontró los ojos de Arthur a través de la multitud y anunció: "Y, por supuesto, Arthur Leywin, que no necesita presentación, también está aquí como un invitado de honor".

Todos los ojos se volvieron hacia él, poco después se levantó un atronador aplauso. Arthur quería hundirse en el suelo, odiando la atención, pero solo les sonrió a todos, esperando no verse tan enfermo como se sentía por dentro.

Afortunadamente, el momento pasó rápidamente, ya que los sonidos de la música llenaron el aire, para alivio de Arthur. Las bebidas comenzaron a fluir más rápidamente cuando la atención de todos se alejó de Caera, quien estaba hablando con Tessia. Luego se les unieron otros invitados que parecían dignos e importantes.

Arthur, mientras tanto, estaba irritado. No sabía cómo deshacerse de esta mujer, que se le había acercado cuando Caera se la había señalado. Hablaba y hablaba sobre sus planes para el resto de la noche. Su boca estaba cansada de tratar de mantener la sonrisa en su rostro.

"Mi lugar está cerca", estaba diciendo mientras tocaba la abertura de su uniforme de lanza. "Si quieres ponerte más cómodo, puedes pasarte por mi casa. No está muy lejos de aquí. Te ves un poco abrigado con esta chaqueta".

"Estoy bien", dijo, tratando de evitar que su molestia se mostrara mientras ella continuaba con su parloteo.

Quería ver a Tessia en paz mientras trabajaba. Sin embargo, sus rápidas miradas indicaron que estaba bien. Ella sonrió y escuchó a todos, prestando la debida atención a las personas que la rodeaban. Le sonreían mientras asentía y hablaba, sus ojos se clavaban en los del orador con esa expresión seria que siempre tenía. Parecía serena mientras hablaba con todos estos funcionarios de alto rango de una cultura con la que no tenía experiencia.

Arthur estaba muy impresionado con su amiga de la infancia. El decoro apropiado, las frases y cosas por el estilo habían sido una lucha para aclimatarse cuando llegó por primera vez a Alacrya. Sin embargo, allí estaba Tessia, absorbiendo las frases y comprendiendo las sutilezas como una esponja que absorbe agua. Se habría contentado con ver a Tessia toda la noche sobresaliendo en su elemento.

En cambio, Arthur tuvo que pasar su tiempo con un extraño que no dejaba de tocarlo. Suspiró para sus adentros, pero no tenía el corazón para ser grosero. Estaba de servicio, representando a Dicathen y Elenoir. No quería dar la impresión a los asistentes a la fiesta de que la gente de su tierra natal era maleducada.