Capítulo 5: Parada en las montañas Theluji

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Un claro pero frío bosque de abetos se extendía a ambos lados de una helada corriente de agua. Las nevadas habían cubierto los árboles con una blanca capa de escarcha y parecían apoyarse los unos en los otros; además, habían levantado montículos y colinas en muchos lugares, con una variedad de plantas y arbustos diferentes eran capaces de sobrevivir a las bajas temperaturas que se encuentran dispersas. Las rocas cubiertas de nieve también se escondían alrededor del área. Algunos acantilados estaban completamente cubiertos de hielo helado. El aire soplaba y hacía acompañamiento perfecto para cualquiera que lo atravesara y, en este caso, eran Simba, Nala, Dan y los dos cervatillos quienes lo hacían.

"¿Te sientes bien, Dan?" le preguntó Geno mientras atravesaban la nieve.

"Brrr" comentó Dan al sentir el frío con cada pisada que daba, "Pues es que... es frío, ¿ustedes no lo sientes?"

"El invierno anterior nuestro bosque estaba igual de frío" aclaró Gurri, "Creo que eres tú el que no está acostumbrado"

"Tal vez..."

"Si quieres, puedo llevarte, Dan" le dijo Simba, quien no parecía para nada molesta por el frío, "Atravesar las montañas Theluji nos llevará unas cuantas horas"

"Em... no, abuelo Simba. No te preocupes tanto por mi"

"No creo que Kiara quiera verte resfriado, Dan..." intervino Nala, tomando a Dan y poniéndolo en su espalda, "Listo, ¿mejor?"

"Gracias... abuela Nala" respondió este, sintiéndose mucho mejor.

"Disculpe majestad, Simba" preguntó Geno, "¿Cómo dijo que se llamaba este lugar?

"Ah, las montañas Theluji" explicó Simba, "Así les llamamos a estas montañas nevada. Están algo lejos de las praderas y solo mi hijo Kion y sus amigos han venido hace tiempo. Tenemos un acuerdo de paz con..."

"¡Cuidado!" gritó Nala, justamente esquivando una bola de nieve.

A este primer lanzamiento le siguieron varios más, convirtiéndose en un campo de fuego... o, mejor dicho, de nieve. Simba señaló inmediatamente una roca para que Nala, Dan, Geno y Gurri se cubrieran. Mientras estos lo hacían, Simba rugió.

Ni bien hubo hecho aquello cuando alguien gritó:

"¡Alto! ¡Alto!"

Las bolas de nieve se detuvieron, y un grupo de tres gorilas salió de detrás de las rocas. Uno era grande y con una gran cabeza; al principio, parecía que iba a enfrentarse cara a cara con Simba. Sin embargo, Simba tomó algo de nieve y se la arrojó a este.

Dan pensó que era una locura al ver al gorila con nieve en la cabeza, grande fue su sorpresa cuando este le devolvió la nieve hacia Simba.

"Mucho gusto de verlo por fin, majestad Simba" dijo el gorila, haciendo una leve reverencia, haciendo que se le caiga la nieve en su cabeza.

"El gusto es mío, Sokwe" respondió este, sacudiéndose de la nieve también, "Por este recibimiento, supongo que nuestro acuerdo de paz continúa en pie"

"El gusto es mío, Sokwe" respondió este, sacudiéndose de la nieve también, "Por este recibimiento, supongo que nuestro acuerdo de paz continúa en pie"

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El Rey León, El Espíritu del BosqueWhere stories live. Discover now