Capítulo 13: El regalo de las estrellas

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Luego de que cruzaran hasta donde estaban los chicos y Arbor se hubiera presentado, Bambi aún no podía creer la felicidad de volver a ver a su padre y, más aún de ver a su madre.

"Mamá..." musito Bambi, "Yo... lo siento... si hubiera vuelto para ayudarte..."

Sin embargo, la madre de Bambi (o, mejor dicho, su espíritu) negó con la cabeza.

"No hijo mío, eras un cervatillo" le contestó, "Si hubieras regresado, también te hubieran atrapado y... nunca habrías tenido unos niños tan maravillosos"

Era obvio que al Príncipe del Bosque le llegaron profundamente esas palabras pues, como muchos de nosotros que hubieran perdido un ser querido, desearían con todo su corazón haber dado cualquier cosa para cambiar el pasado.

"¿Recuerdas lo que me enseñaste, papá?" le preguntó Geno.

Bambi se animó un poco más y le respondió a su hijo.

"Sí... debo dejar el pasado atrás..." respondió Bambi, "Es cierto, los tengo ustedes ahora"

"Así habla un Príncipe del Bosque" le dijo el espíritu de su padre, "Pero creo que, hoy, necesitarán el protegerse entre todos... el bosque..."

"Lo sabemos" interrumpió Simba, "Los primeros hombres se han retirado, pero han llegado más con grandes armas que arrasan los árboles"

"Sí, y no tardarán en llegar y cruzar la pradera hacia este lado del bosque" continuó Bambi, "Padre, no sé qué hacer"

"De hecho, nosotros sabemos qué hacer" interrumpió Arbor, "Gran Príncipe del Bosque, Rey de las Tierras del Reino... si me lo permiten, les voy a entregar un nuevo regalo a vuestros futuros sucesores y sus amigos"

"¿Qué clase de regalo?" preguntó Simba, mirando a Dan y Shany.

"Observen el lago, por favor"

Así lo hicieron todos. Técnicamente, el puente de piedras que llegaba hacia el pequeño islote donde yacía Arbor continuaba hasta la cascada en el otro extremo, dividiendo el lago en dos mitades. A penas Arbor dijo 'por favor', la clara y cristalina agua color azul-celeste cambió a un azul oscuro, como si el reflejo del cielo del día cambiara al de un cielo nocturno. Luego, igual que este, aparecieron las estrellas, específicamente, dos constelaciones: Leo y Osa Mayor.

"Dibujados el uno junto al otro, están estas estrellas" explicó Arbor, "La primera representa el valor y brilla sobre las Tierras del Reino; y su amiga, la que representa el corazón y brilla sobre el Gran Bosque... cuando esas dos se unen como amigos, como hermanos, pueden brillar en la tierra con sus representantes: los sucesores a gran Príncipe del Bosque y Rey de las Praderas"

"¿Se refiere a nosotros?" preguntó Gurri, "Pero... es Geno quien se convertirá en el Príncipe del Bosque"

"Pero eres mi hija" aclaró Bambi, quien parecía haber entendido, "¿No es así, señor Arbor?"

"Correcto" afirmó el gran árbol.

"Pero yo..." dijo tímidamente Shany, "Yo no soy descendiente o sucesor a reina de las praderas"

"Shany..." musitó Dan, pero Arbor le hizo una seña a la cachorra para que se acercara.

Shany, con bastante duda, se acercó al gran árbol, quien tocó su frente con una de sus hojas caídas. A penas le tocó, esta cerró los ojos al mismo tiempo que la hoja brillaba levemente sobre ella.

"El futuro nos puede guardar muchas sorpresas, Shany" le dijo Arbor, al mismo tiempo que ella abría los ojos, "Pero te aconsejo que dejes que todo ocurra como debe ocurrir, sigue siendo tu misma y apoya siempre a tus amigos"

El Rey León, El Espíritu del BosqueWhere stories live. Discover now