VIII

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A lo lejos ya podían divisar el spawn, cuando uno de los chicos frenó en seco.

—¿Shadoune? ¿qué sucede?— Rubius se acercó donde su compañero y visualizó la pantalla que se extendía por su muñeca.

—Coordenadas, son las coordenadas de la base de Auron. Lo único que puso fue un "gracias" abajo.— Todos se miraron entre ellos. Sentían que algo estaba mal, era una sensación que desde que habían salido hacia allí no se podían quitar de encima

—Ahí le puse que vamos para el spawn. No creo que este donde el grupo cinco, ¿no?— Permanecieron en silencio, hasta que el pelinegro habló.

—Yo puedo rastrear su aparato de comunicación. Sólo funciona con personas que te enviaron un mensaje. Sigamos avanzando mientras lo hago.— Spreen abrió el chat que tenía con la muchacha y leyó para si mismo el último mensaje. "Ya terminé de cultivar las zanahorias, las dejé en el cofre de la cocina 💓".

La culpa cada vez se hacía más grande, llegando a dificultarle respirar. Había sido el causante de la muerte de muchas personas, pero la culpa era algo que simplemente no experimentaba, ya que mataba con un propósito: Proteger a quienes quería.

No tardo mucho en comprobar que su aparato de comunicación se encontraba justo a la entrada del lugar. Aviso de inmediato a sus compañeros y aumentaron la velocidad.

La sorpresa fue mayor cuando llegaron al lugar y no había nadie. Buscaron dentro de la cueva y por los alrededores.

—Spreen por dios, ¿no era que estaba aquí?— Quackity se dio vuelta para escuchar la excusa de su compañero cuando lo vio con el dispositivo en su mano.

—Esto está acá, ella no. Mierda, ¿se le habrá caído o lo tiró a propósito?— Lo revisaron a ver si tenía algún mensaje de otra persona pero nada, el último era de Shadoune avisando que se dirigían hacia allí.

—¿Y ahora? ¿Qué hacemos?—

—Seguir buscando por acá cerca, no pudo ir muy lejos. Dividimonos en dos grupos. Rubius y Quackity vayan por la izquierda, Shadoune, Missa y yo iremos a la derecha.— Todos asistieron y cada grupo tomó su camino asignado.

La ansiedad y el miedo constante lograba que los cinco chicos estuvieran cada vez más nerviosos.
El grupo de Spreen avanzó hasta que Missa encontró algo.

—¡Chicos, miren! Es la espada y la manzana que te dan cuando revivis. No debe estar muy...— Levantó la mirada y su rostro pasó a uno de pánico total.
Sus compañeros miraron hacia el lugar cuando vieron a su amiga al borde de un barranco, con toda la intención de lanzarse.

Shadoune fue el primero que salió corriendo hacia allí, gritando que por favor se detuviera. La chica volteó a mirarlo, entre sorprendida y angustiada.
Ella no los quería ahí, no quería que lo vieran ni que intenten detenerla.

Los otros dos chicos no tardaron en llegar.
—Por dios Anh, bajate de ahí. ¿qué haces? No lo hagas.— Las lágrimas del castaño no tardaron en salir. La desesperación era cada vez  mayor.

La chica sólo negaba con la cabeza mientras lloraba, Shadoune intentó avanzar hacia ella pero apenas lo notó dio un paso hacia atrás, quedando más al borde del vacío.

Inmediatamente Missa le envió un mensaje a Quackity diciendo que la habían encontrado, pero que vayan al lugar porque era una emergencia.

—Por favor. Discúlpanos por ser tan malos compañeros y por dudar de ti. Todos te tomamos mucho cariño este último tiempo pero ninguno te dio las disculpas que te merecías.— El pelirrojo intentaba mantener la calma, pero no podía dejar de temblar.

—No, ustedes fueron buenos compañeros.— Las miradas fueron hacia Spreen. —Si acá hay alguien que tiene que disculparse soy yo. Fui una verdadera mierda con vos y nunca me diste razones para serlo. Anoche me salvaste la vida, si no hubieses salido seguramente me quedaría una sola vida, ese momento lo pudiste haber usado para huir con tu grupo, pero no lo hiciste, te arriesgaste y luchaste contra una cantidad gigante de monstruos sólo para darme tiempo de curarme.—

El pelinegro a medida que hablaba se acercaba poco a poco hacia ella. —Me salvaste y mi ego hizo que me enojara con vos. No quería admitir que necesité tu ayuda y fui un forro.—

Otro paso más, y otro. —Respecto a la desconfianza igual me disculpo, me cegó el miedo a perder a mis compañeros, si algo les pasara por un error mío nunca me lo perdonaría. No me di cuenta que no sólo debía cuidarlos a ellos, sino también a vos.— Cuando lo notó ya sólo estaba a unos pasos. —Comprendo si no querés perdonarme, no tienes que hacerlo ahora ni nunca si no quieres. Mis disculpas no arreglan el daño que cause, pero voy a tratar de repararlo con acciones y demostrar que éstas no son palabras vacías. Volvé con nosotros, después de todo, sos una más de nuestro grupo.—

Lentamente Spreen estiró su brazo hacia ella para que ésta tomase su mano.
Ella dudó unos segundos. Tenía miedo de que todo se vuelva a derrumbar cuando se sintiera feliz nuevamente. No se creía capaz de soportar más dolor.
No quería morir, solamente quería ser feliz de una vez por todas.

Ella agarró con cuidado la mano de él, acercándose despacio. Cuando estuvieron cara a cara el pelinegro la abrazó.

—Perdón, enserio. No lo merezco pero perdoname.— Nunca en su vida se había sentido así. Muchos incluso dudaban de su humanidad, era fuerte y firme ante las decisiones difíciles, pero en ese momento sólo parecía un osezno asustado.

Ella llevo una mano a la cabeza contraria y comenzó a acariciarla.—Estas perdonado, osito.— Sólo fue un susurro, pero fue suficiente para que, al menos, se aliviara un poco de la culpa.

Cuando llegaron con los chicos ambos se lanzaron sobre ella entre lloriqueos y regaños.
Rubius y Quackity no tardaron en llegar y se unieron a la montaña de cariño, el único que tomó distancia fue Spreen, que se mantuvo alejado hasta que todos se calmaron un poco.

—Deberíamos volver ya. No se cuento tiempo de luz queda y podría aparecer la lluvia ácida en cualquier momento. Corremos un gran peligro expuestos acá.— Se acercó a la chica y le ofreció una mochila. —Acá están tus cosas, la armadura y todo eso. Bienvenida de nuevo al grupo quince.— le dedicó una pequeña sonrisa y se alejó un poco.

Esa era la primera sonrisa que veía del chico, y sin duda, la primera que le dedicaba a ella.

Minecraft Extremo - Team Vacío LegalWhere stories live. Discover now