XVI

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Los golpes iban y venían, ambos mostraban una gran agilidad a la hora de pelear cuerpo a cuerpo aunque su resistencia se iba acabando poco a poco. Anh había logrado acertar unos cuantos golpes, en cambio no parecía afectar a su contrincante lo suficiente como para desarrollar una ventaja frente a éste.

-Vamos, serví para algo y dame un espectáculo antes de que te mate- En cada palabra se podía sentir la superioridad que demostraba él sobre ella.
Insignificante, así se sentía frente a todos ellos. Durante las semanas que habían convivido, los maltratos e insultos recurrentes habían logrado que su autoestima este por el suelo, hasta que un sol llego a iluminar su vida. No había momento en el que no pensara en Missa, esa sonrisa que apagó toda la oscuridad que tenía en su alma, sin embargo, se lo habían arrebatado frente a sus ojos, sin poder hacer nada para salvarlo. Ella había muerto aquel día junto a ese lago, mientras sostenía el cuerpo de su primer amigo, la muerte no la asustaba porque ya no se sentía viva, aunque no moriría ahora, no en manos de ellos, no sin su venganza.

Comenzó a lanzar golpes un poco mas desesperados que los anteriores, pero lo suficientemente fuerte como para hacer retroceder a su rival. Debía llevarlo hasta el borde e intentar tirarlo a la lava, pero una flecha impacto en su pecho haciéndola retroceder varios pasos hacia atrás. La armadura la había protegido de un daño mayor, pero igualmente le había afectado.

El humo se había disipado en su mayoría, quedando expuesta a la segunda arquera del equipo, Biyin.
Ahora si estaba complicada, estaba en un lugar abierto totalmente expuesta a los ataques a distancia, no podía luchar con comodidad si utilizaba el escudo, por lo que debía usar la cabeza si no quería morir.
Se escondió detrás de una de las paredes de la casa y saco un mechero. -No fue muy inteligente de su parte incendiar nuestro hogar, cuando el suyo es de madera- Una pequeña chispa se expandió en un fuego que crecía de forma monstruosa. No podía dejar de pensar que con esa facilidad también se había incendiado aquel lugar que era dueño de los momentos mas bellos que había vivido.

El calor al igual que las llamas incrementaban cada vez más, esta vez escuchaba los pasos detrás de ella, mientras que en otra parte oía las instrucciones del líder del grupo en un intento desesperado de apagar el incendio. El caos y el humo ahora serian sus aliados, brindándole una ventaja, una pequeña esperanza de llevar su plan al pie de la letra, sin morir en el intento.

Cambió su posición a la de pelea cuando Reborn se dirigió hacia ella corriendo, lleno de ira. Los golpes esa vez eran mas fuertes, dificultando la acción de esquivar y contraatacar. Poco a poco fue retrocediendo, quedando solo a unos pasos de la lava.

-Te tengo contra las rejas. No te voy a matar de forma instantánea. Te haré sufrir de una forma que me vas a implorar la muerte.- Avanzaba a un paso seguro logrando que ella estuviera al borde de la zanja. Lanzó un último golpe, con la intención de tirarla cuando de manera rápida Anh logro moverse de lugar.
El envión era el suficiente como para no poder frenar. Segundos antes de caer intercambiaron miradas, y un escalofrió recorrió su cuerpo cuando vio la oscuridad en los ojos de la muchacha, los cuales siempre él conoció llenos de temor.

Apenas cayó los gritos desesperados por ayuda ensordecieron a la chica, que colocó bloques en la parte de arriba para que éste no pudiera escapar. No tardaron mucho en cesar, siendo intercambiados por la alarma de muerte.

Apenas iba en busca del resto del equipo, pudo ver como dos de ellos iban hacia la derecha y el otro a la izquierda.
Los quería matar a los tres, sin embargo no podía olvidar las piscas de amabilidad que había recibido por parte de Ibai en ese infierno, y si tenía que dejar vivir a alguien, era a él.

Con su máxima velocidad fue tras los otros dos y logró deducir que querían escapar con perlas del end. Apenas las arrojaron, como eran de esperarse, la desesperación impidió lanzamientos perfectos, por lo cual apuntar una frente a donde iban a teletransportarse no fue muy complicado, quedando cara a cara con sus excompañeros.

-¿A donde van? Todavía no terminé de jugar.- Los ojos de terror de la pareja eran inigualables. Jamás hubiesen imaginado que tenían a una psicópata en potencia inicialmente en su grupo, y aunque al principio dudaban, no quedaba duda de que había sido ella sola la causante de todo esto.

Anh sentía que flotaba, ahora entendía lo que le habían contado Spreen y Shadoune que sentían cuando peleaban. La sensación de adrenalina mesclada con ansiedad y emoción, sin una pisca de culpabilidad. Se creía capaz de enfrentarse a todas las personas vivas de ese mundo y aún así ganar, quería llevarse el mundo por delante.

En una acción desesperada los dos intentan correr hacia lugares diferentes, tal como se les habían escapado al francés hacia unas horas, sin embargo alcanzo a tomar del pelo a la chica, evitando que escapara y colocándole su espada en el cuello. Al ver la situación Auron freno en seco mientras su pareja suplicaba piedad.

-Decime algo Biyin, ¿Acaso ustedes frenaron ante las suplicas de mis amigos? o simplemente hicieron oídos sordos cuando le quitaron una vida a Missa, o cuando llevaron al suicidio a Rubius.- La presión de la espada había comenzado a cortar su garganta, empezando a brotar un poco de sangre.

-Hey, calmémonos un poco ¿Si? Se que estas enojada con nosotros, pero todo puede estar en paz. Puedes volver a nuestro grupo y ser una familia que se protege, tal y como lo explico la voz el primer día- Mientras hablana, Auron comenzó a retroceder lentamente, demostrando de forma obvia que queria huir como el buen cobarde que había demostrado ser.
Esas palabras vacías las había oído desde el primer día, promesas que no se cumplían y quedaban olvidadas en el tiempo, las palabras de Spreen cuando se había querido tirar del barranco resonaban en su cabeza, todos esos versos que supuestamente demostraban un apoyo se habían esfumado en dos minutos, volviendo a quedar ella como culpable. Tal vez tenia razón, era una asesina y en ese momento lo estaba demostrando.
Su visión estaba tan puesta en él, que no había notado la presencia de otra persona que se acercaba lentamente.

-¡Anh!- La mirada de la chica se dirigió hacia un pelirrojo que no estaba a mas de 10 metros. En ese instante el líder del grupo cinco salió corriendo. Sin pensarlo dos segundos deslizo su espada, salpicándose de sangre ajena. El sonido de su espada sonó casi al compas de la alarma de muerte.

Quiso salir corriendo detrás de él cuando Shadoune le invirtió que Spreen lo estaba esperando en el bosque. La mirada del francés era entre confusión y miedo. En todos los meses que habían estado juntos nunca se imagino que Anh tuviera una faceta así, digna del grupo quince.
Se quiso acercar pero ella retrocedió de manera defensiva, tomando una actitud de pelea nuevamente.
No entendía, ¿acaso quería pelear contra él? En un intento de calmarla, dejo su arma en el suelo y se alejo, tratando de demostrarle que no estaba ahí para pelear, sino en busca de su compañía nuevamente.

-No se que paso aquí, no se si me lo quieres contar pero por favor, acércate a mi y no te vuelvas a alejar nunca.- Se quitó la mascara lentamente y la tiro junto a la espada. No sabia que reacción esperar de ella, y menos cuando la había visto cortarle el cuello a una persona hacia dos minutos, pero sin duda lo tomo por sorpresa cuando ella también tiro su espada y cayó al suelo hacia atrás, quedando sentada en el piso. El cuerpo de la chica del grupo cinco desapareció sin dejar rastro, fue ahí cuando él se acercó hasta donde estaba ella, sentándose a su lado.

Ella lo abrazó y el colorado se limitó a corresponderselo, mientras observaba todo el caos que había causado una sola persona. Tenerla a su lado lo reconfortaba, más sabiendo que podía hacer una locura.

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Auron corría desesperado por el bosque mientras sentía que alguien lo perseguía. En su cabeza era Anh que iba tras él, en cambio, una silueta particular se puso adelante con una sonrisa macabra y un par de orejas redondas.

-Buenos días, aunque no tan buenos ya que te vi la cara dos veces en un mismo día, mi suerte sin duda es la peor.- Su presencia hacía que el contrario de estremeciera. Era tan imponente que haría temblar a cualquiera que tuviera enfrente. Sabía que en un uno contra uno estaba perdido, pero no se daría por vencido tan fácilmente.

Antes de que pudiera reaccionar Spreen se arrojó sobre el derribandolo en un segundo, quedando cara a cara mientras sujetaba su espada contra el pecho de Auron. -Esperé este momento durante mucho tiempo. Tranquilo, no te vas a morir rápido. Voy a hacer que sufras y me pidas por favor que termine con tu asquerosa vida.-

El bosque se inundó de gritos de desesperación, que sólo acabaron con el sonido escalofriante de la alarma de muerte.

Minecraft Extremo - Team Vacío LegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora