4: Por el interés

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Una claridad espantosa me hace abrir los ojos de manera brusca, sintiendo al momento un gran malestar en el cuerpo, sin embargo gracias a esa molesta luz puedo ver las paredes y el armario empotrado de la habitación de invitados del apartamento de Pablo.

Giro sobre mi y veo al susodicho subir la persiana, recuerdos de la noche de ayer me vienen a la mente, todos los chupitos que tomé que debería de haber rechazado.

- Yo creo que sigo borracha- digo mirando el techo, la cara de mi mejor amigo se interpone en mi campo visual, se le forma una sonrisa divertida en la cara, va vestido con un vaquero y una camiseta blanca con cuello de V. No se que hora es, pero por el aspecto de él, se que tarde.

- Venga, arriba Alicia, son las cuatro de la tarde.- me dice, me estiro en la cama, tapándome aún más con el edredón.

- Alicia - me advierte, tira del edredón hacia abajo, suelto un quejido. - Voy a por mi móvil, cuando vuelva te quiero levantada.

Me incorporo en la cama, observo a mi alrededor, el edredón está también doblado por el otro lado ¿Será que durmió Pablo conmigo?

Me quedo mirando fijamente al lugar, no lo recuerdo. Veo mi ropa cambiada por una de él, el color llega a mis mejillas al recordar que fue él quien me cambió.

Intento disimular mis sentimientos y mi expresión de confusión cuando entra por la puerta, me pongo de pie.

En cuanto mis pies tocan el suelo, mi estómago se retuerce sintiendo el líquido subir por la garganta, corro al baño de la habitación, me arrodillo y vomito el resto de alcohol que quedaba en mi cuerpo.

Siento como me agarran el pelo con delicadeza, me soba la espalda en silencio. Una vez que mi estómago se queda vacío Pablo me da mi cepillo de dientes y me los lavo.

En su expresión puedo ver como se está aguantando la sonrisa ya que sus ojos brillan dando a relucir su picardía.

- Dime lo que quieras decirme Pablo - le digo, me observo al espejo, pensé que iba a estar peor.

- Madre mía Alicia, lo de la universidad te lo estás tomando enserio- dice finalmente con burla en su voz, está apoyado en la puerta mirándome con los brazos cruzados.

- Perdón por lo de ayer- le digo.- me acuerdo de pinceladas.- el brillo vuelve a aparecer en sus ojos, su sonrisa muestra la blanca dentadura.

- Pues si, pero fue raro verte en ese estado, otra Alicia - me dijo, abro los ojos como platos.

- ¿Dije algo fuera de lo normal?- le pregunto preocupada.- o hice algo...- me corta poniendo sus manos en mis hombros.

- Estabas muy callada, me dijiste que no querías cagarla si abrías la boca.- me dice haciendo que el calor  suba a mis mejillas. - Me refería a Alicia, universitaria que sale de fiesta y no la consentida de la masia.

- Lo primero, soy universitaria, lo segundo nunca he sido la consentida de la masía.- digo pasando a su lado, el me agarra del brazo y tira levemente de mi hacia él.

- Alicia pero que pasó para que acabaras así- me encojo de hombros. La verdad no había explicación, simplemente mis amigas bebían y yo iba detrás.

- Se me fue la mano, pensé que podía seguirlas el ritmo- le digo avergonzada.

- No pasa nada, me alegro que me llamaras- me dice y se que dice la verdad. - Ibas preciosa. ¿Ligaste mucho? - me pregunta, se pone nervioso al momento, como arrepintiéndose de haberme hecho la pregunta. Estas actitudes de Pablo eran las que hacía que mi cabeza comenzara a maquinar como loca y que mi corazón gritara sus sentimientos hacia él.

Charm | Pablo GaviWhere stories live. Discover now