thirty-nine

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Tres meses después

Para cuando termine mi turno en St. Mungo's, me siento muerto de pie. Pasé la totalidad de 12 horas en el Janus Thickey Ward, donde me vi obligado a ver todos los daños a largo plazo que causó la Segunda Guerra de Magia. Me encanta mi trabajo, pero odio trabajar en Janus Thickey Ward.

-Que tengas una buena noche, Alex -dice mi supervisora, Eleanor.

-Gracias, tú también -vuelvo a llamar en respuesta.

Tomé el ascensor hasta la planta baja y empiezo a pensar en lo que podría traer esta noche. El ding del ascensor me saca de mis pensamientos y salgo del ascensor y entro en el vestíbulo. Hay algunas personas revoloteando por el área de espera y un mago con la nariz ensangrentada hablando con la recepcionista.

Salo del edificio y camino dos cuadras hasta el callejón desde el que siempre salgo a casa.

Cuando llego a casa, Matthew y su novio, Sawyer, están sentados en el sofá de la sala de estar viendo una película en VHS. Están acurrucados de cerca y no puedo evitar sonreírles. Si bien la guerra se separó a mucha gente, también se acercó a mucha gente.

-Hola, Matt -digo mientras paso por la sala de estar. -Hola, Sawyer.

-Hola, Alex -responde Sawyer.

-¿Vas a estar en casa esta noche? -Matt pregunta, alcanzando el control remoto para pausar la película.

Sacudo la cabeza. -No, voy a casa de Theo -respondo. -Probablemente estaré en casa mañana después del trabajo.

Mi hermano me levanta una ceja. -Saludos, diviértete entonces -dice.

Lucho contra el impulso de poner los ojos en blanco y subir a cambiarme. Me quito las túnicas de Sanador de color verde claro, o como las llaman los muggles, los matorrales. Me ducho rápido y me visto antes de salir de casa de nuevo.

Estoy en el piso de Theo y termino en el callejón del edificio de apartamentos.

Tan pronto como Theo salió de St. Mungo, después de su estancia de diez días, alquiló un apartamento en Londres y se mudó de la casa de su padre en medio de la noche. El padre de Theo estaba furioso por esto, a pesar de que él fue la razón por la que Theo murió brevemente.

Subo las escaleras hasta el tercer piso y llamo a la puerta del apartamento de Theo. Abre la puerta y se sale del camino para dejarme entrar en su apartamento.

-¿Cómo estuvo el trabajo? -Theo pregunta, cerrando la puerta detrás de mí. Suena cansado o aburrido, pero no puedo decidir cuál.

-Cansado -respondo.

-Siempre dices eso -dice Theo.

-Lo sé -digo. -Pero me encanta.

Theo tararea en reconocimiento y entra en la cocina. Lo sigo y me siento en el mostrador mientras Theo termina de cocinar cualquier comida que estuviera haciendo para los dos.

-Estaba pensando en pintar la sala de estar -dice Theo.

Su apartamento es bonito, con dos dormitorios y un baño, una cocina y una sala de estar, pero definitivamente le vendría bien algo de trabajo. Todavía no se siente como un hogar.

-¿De verdad? ¿De qué color? -Yo pregunto.

-No estoy seguro, esperaba que pudieras elegir por mí -dice Theo.

Sacudo la cabeza. -No puedo hacer eso, es tu piso, no el mío -explico.

Theo detiene sus movimientos por un segundo. Me mira brevemente y luego continúa cocinando. Apapa la estufa y va a buscar dos platos del armario.

-Podría ser tuyo, si quisieras -sugiere Theo. No lo propone ni lo dice con cansez, pero lo dice perezosamente como si realmente no le importara mi respuesta.

-Theo- -empiezo. -No puedo mudarme contigo.

-¿Por qué no? -Él pregunta, volviéndose para mirarme. Se encuentra con mis ojos por primera vez desde que llegué.

Suspiro: -No podemos seguir haciendo esto, los dos somos miserables -La mandíbula de Theo se aprieta ligeramente. -Estamos en horarios completamente opuestos, nos vemos tal vez una vez a la semana, y cuando lo hacemos siempre hacemos lo mismo. Es como si ya apenas estuviéramos en pareja.

Resulta que tratar de salir de todo es extremadamente difícil.

Los ojos de Theo se cierran y se pellizca el puente de la nariz antes de mirarme. Cuando no dice nada por un minuto, empiezo a pensar que debería haber mantenido la boca cerrada.

-Tienes razón -dice Theo. -Ya casi no somos pareja -Exhala y deja que sus manos vuelvan a sus costados. -Pero no quiero que estés en lo cierto porque te amo.

-Y yo te amo a ti -digo. -Pero no podemos seguir con los movimientos cuando ninguno de nosotros es feliz. Merecemos ser felices, ¿verdad?

Theo da un paso hacia mí y se inclina para presionar su frente contra la mía. -Creo que la guerra nos arruinó -admite. -Saliendo de todo es tan difícil que no sé cómo volver a antes. Creo que ahora estoy permanentemente jodido.

-No podemos volver a cómo eran las cosas antes -digo. -Creo que la guerra jodió permanentemente a mucha gente.

-¿Qué vamos a hacer? -Theo pregunta en voz baja.

Me cepillo el pulgar contra su mejilla. -Creo que un tiempo aparte podría hacernos bien -digo. -Y no creas que esto es porque ya no te quiero, porque te quiero, te quiero tanto que quiero que esto funcione. Solo creo que ambos necesitamos algo de tiempo, para tratar de curarnos de todo lo que pasó, ¿sí?

Theo asincha: -Tienes razón, Alex, siempre lo estás. Te amo mucho.

-Te amo, siempre y para siempre -1digo.

Nuestra comida se ha enfriado, pero nos quedamos así un poco más. Nos mantenemos cerca, disfrutando de la presencia del otro a pesar de que ambos estamos a punto de llorar. Amo mucho a Theo, pero me siento tan asfixiado aquí. La guerra me quitó demasiado y no sé cómo volver a ser yo mismo, por eso trabajo tanto.

Ambos tenemos mucho que resolver y de lo que sanar, y nunca va a suceder si seguimos así.

Theo y yo finalmente nos separamos y él acuna mi cara en su mano como si estuviera hecha de vidrio.

-¿A dónde vas a ir? -Theo pregunta.

Pienso en mi decimoctavo cumpleaños y en el regalo de mi padre, un regalo que me ha estado esperando. -París -respondo. -St. Mungo's puede trasladarme a su hospital y puedo terminar mi entrenamiento allí.

Theo asinta con la opinión: -Creo que eso te hará bien.

Yo aseto con la manera, -Yo también -Miro a los ojos de Theo y cepillo mi pulgar contra su pómulo. -No es un adiós, porque aún no he terminado contigo, Theodore Nott. No creo que lo sea nunca.

-Yo tampoco -dice Theo. -Nunca terminaré contigo, Alexandria Rosier.

-Nos volveremos a ver pronto -susurro, tratando de no llorar. No quiero que esto termine, pero va a terminar matándonos lentamente a los dos.

Theo me sonríe con tristeza. -Apuesto a que fingirías no conocerme si nos topáramos.

Sacudo la cabeza y sostengo su cara entre mis manos. -Nunca fingiría no conocerte, Theo -Sostiene su mano sobre la mía, que todavía descansa sobre su mejilla. Theo gira la cabeza y presiona un beso en la palma de mi mano.

-¿Puedo besarte? -Theo pregunta suavemente.

En lugar de responder, me inclino hacia adelante y me acaricio los labios contra los de Theo. Sus labios son un fantasma sobre los míos antes de que nos besemos. Nos estamos besando, pero es diferente que antes.

Esta vez es un regalo de despedida.

- - - - -

Me quedo en la ciudad el tiempo suficiente para empacar mis cosas e ir a la boda de Daphne y Blaise. Es una gran noche, pero cuando llega el momento de irme me despido de todos por última vez. Me voy a casa y me despido de mi madre y Matthew, luego me voy a París sin pensarlo dos veces.

MEDICINE [THEO NOTT] [COMPLETA]Where stories live. Discover now