Problematic Dream

Cuatro. [ Joaquín ]

28 de Agosto.

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Ir de compras es una actividad que el castaño no disfruta mucho de realizar.

Joaquín normalmente prefiere quedarse en casa y pedir un sinfín de prendas desde la comodidad de su sofá, en alguna de las tantas aplicaciones de venta que tiene en su laptop; sin embargo, en esta ocasión, necesita asistir de manera obligatoria y presencial a alguna de las tantas tiendas de ropa que existen cerca de su casa, con el único fin de comprar el traje que usará en la boda de su amigo Eduardo.

Faltan aún un par de semanas para que llegue el tan esperado día, pero Joaquín prefiere realizar todo con suficiente tiempo de anticipación para no verse envuelto en alguna tragedia de último minuto.

Y es por eso que se espero a tener su primer día libre en el trabajo para organizar la salida. Incluso también se tomó el tiempo de hablar con la secretaria de su esposo para que esta dejará la agenda libre y así él pudiera obligar a su pareja a acompañarle. Después de todo también le debe encontrar un buen traje al mayor.

Emilio normalmente prefiere encerrarse en su consultorio a trabajar, antes que ir a perder su valioso tiempo probándose montones de ropa; pero el hecho de que la ansiada boda se encuentra a tan sólo un par de semanas, desarrolla en  Joaquín la imperiosa necesidad de tener todo listo antes de que termine el mes.

La boda a celebrarse une en matrimonio a los mejores amigos de la pareja, así que ambos deben tomarse el tiempo suficiente para elegir los trajes y zapatos que usaran el día del evento. Esa unión matrimonial es de las más esperadas del año y estará repleta de gente importante, por lo que tienen que asegurarse de estar a la altura del grandioso evento.

—Vámonos de una vez. Tenemos muchas tiendas que visitar y ya falta poco para que caiga la noche.

—No creo que tardemos mucho, Aster. Simplemente debemos comprar los trajes que más nos gusten.

—También tenemos que asegurarnos de que nos veamos bien con nuestros trajes, cariño.— recuerda con calma —La boda de Eduardo y Diego es un evento importante en el que tenemos que dar una buena impresión a los otros invitados.

—A tí todo se te ve genial.

—Eso solo lo dices porque me amas.

—No miento. Tú tienes la suerte de que cualquier prenda de ropa te hace ver jodidamente bien, amor.

—Algo me dice que solo me estás halagando  porque no quieres esperarme por horas en lo que busco un traje que me convenza.— la mirada ofendida de su esposo le causa algo de gracia.

—Bien, tal vez tengas un pizca de razón con eso de que no quiero esperarte durante horas, pero con lo primero que dijiste estás totalmente equivocado. Yo no tengo porque mentir cuando ambos sabemos bien que toda la ropa te sienta genial, sin importar la talla o el estilo.

—¿Por qué eres así conmigo?— suspira, enamorado.

—No sé a que te refieres.

—Me refiero a que eres un esposo bastante adulador.— sonríe —En serio te odio, porque siempre logras hacer que te ame más. Incluso por cosas tan pequeñas como esta.— se acerca a su esposo y envuelve sus brazos en la concurso contraria.