Catorce. [ Emilio / Joaco ]

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18 de Marzo.

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Emilio abre lentamente los ojos ante un nuevo día, sintiéndose triste al extender su brazo sobre el lado derecho de la cama y encontrarse únicamente con el espacio vacío que deja la ausencia de Joaquín. No solo en la cama, si no también en su vida y cada rincón de su hogar, y a pesar de que tan solo hayan pasado tres días desde que el amor de su vida terminó con él y se fue de su casa, el rizado siente que han sido años lejos de su amado Joaquín.

Otro día más.— suspira abatido.

Tomando fuerzas de donde sea para levantarse de la cama e iniciar un nuevo día.

Con pesar se dirige hasta el baño privado de si habitación para realizar su rutina de aseo personal de las mañanas antes de meterse a bañar para relajar su cuerpo y espantar por completo el sueño. Al salir de la dicha se encarga de secar minuciosamente cada parte de su cuerpo, vistiendo prendas simples para pasar el resto del día en la comodidad de su casa. El cuidado de su rostro lo hizo con calma antes de entrar a bañarse, así que solamente se encarga de desenredar si cabello para dejarlo secar por completo al aire. Hace tiempo cuidaba con más énfasis sus cabellos rizados para tenerlos mucho más lindos y definidos, pero desde que comenzó a alejarse de su marido dejó de prestarle atención a eso.

Más que nada porque era Joaquín quién siempre estaba detrás de él, regañándolo por no cuidar su cabello de la forma correcta. Normalmente su esposo era quién se encargaba de prepararle el cabello con los productos y pasos necesarios a seguir, mientras que él solo disfrutaba y se dejaba hacer por su marido sin quejarse. Después de todo, era lindo que Joaquín lo mimara un poco.

Buenos días.

—Buenos días.— Emilio pasa de largo a la cocina para servirse un poco de café, estando ya acostumbrado a la presencia del chico de cabellos castaño claro —¿Te corrieron de tu casa tan temprano?— pregunta, recargándose en el marco de la puerta.

Por favor, yo soy quién manda en mi casa, así que a mi nadie me corre.— responde Diego a manera de broma, dando después un bocado a su desayuno —Solo vine para asegurarme de que estés bien; mañana me voy a España y no podré venir a verte hasta mi regreso.

Puedo cuidarme solo. No es necesario que tú y Lalo estén siempre detrás de mí.

—No queremos que sigas estando tan triste.— se acerca hasta él y lo toma por los hombros, llevándolo al comedor y pasándole un plato con comida —Estás bastante desmejorado y solo han pasado tres días desde lo de Joaquín.

—No puedo estar de otra forma cuando me siento una completa mierda, Diego. Lastimé a mi Aster, destruí mi matrimonio y lo dí todo por perseguir un estúpido sueño que solo me hizo más miserable. No sabes cuánto me arrepiento de haber hecho aquello.

—Hiciste mal y todos estamos de acuerdo con eso, pero tampoco te martirices.

—Es que si tan solo yo hubiera aceptado dejar el tema de la paternidad atrás y me hubiera esforzando por seguir avanzando, nunca hubiéramos llegado a este punto.

—No vas a cambiar nada culpándote y haciéndote sentir mal a ti mismo, el pasado ya está hecho.

Yo le prometí que olvidaría el tema porque él era más importante, pero no lo hice.— frota su rostro frustrado —Desde un inicio debí olvidarme de ser papá, o al menos hubiera aceptado su propuesta de adoptar un niño.— al recordar eso, no se abstiene de darse un golpe en la frente —Soy tan idiota que no quise adoptar junto a él y si estaba dispuesto a hacerlo a sus espaldas.

Problematic DreamWhere stories live. Discover now