Dios del omniverso

69 Capítulo 69: Se siente bien ser el jefe Parte 1

Dios del omniverso de GodOfBrutality
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Después de que Arias terminó su tiempo en el estrado, los otros representantes también tuvieron la oportunidad de hablar.

Quedó muy claro en ese momento que habían sido muy influenciados por sus palabras, ya que la mayoría estaba totalmente de acuerdo con lo que había dicho o simplemente lo expresó de manera diferente para tratar de ganar un poco de influencia política.

Su impacto fue tan grande que incluso las potencias no pudieron argumentar en su contra porque dañaría su imagen, especialmente si no presentaban un punto lo suficientemente fuerte como para ir en contra de él.

Cuando llegó el momento del descanso de la tarde de treinta minutos, Arias había logrado resultados mucho más allá de lo que había planeado. Esto hizo que el resto del debate fuera irrelevante, pero aún así permaneció, listo para defender o atacar cualquier punto que se hiciera contra él o Diana.

Pero no sucedió tal cosa, el resto del tiempo después del descanso de treinta minutos se dedicó a discutir las contramedidas ideales que beneficiarían a todos.

Cosas como búnkeres de emergencia en cada ciudad a los que los ciudadanos podrían evacuar, reclutar policías sobrehumanos, educar al público sobre qué hacer en situaciones peligrosas y muchos más temas aburridos.

Algunos representantes debatieron entre sí de vez en cuando, pero ninguno se atrevió a cuestionar el punto de Arias después del daño que le hizo a Lex Luthor, quien ahora se quedó callado.

Su arrogancia lo habían llevado a cometer un error fatal, pero eso volvería a suceder. Ahora que estaba al tanto de lo que Arias era capaz de hacer, tomaría las medidas apropiadas en el futuro… pero también lo haría Arias.

A las 5 pm en punto, la conferencia llegó a su fin después de otro largo discurso del orador y el anfitrión.

Al salir, Arias se encontró con Diana, pero necesitaba comunicarse con muchos otros representantes que intentaron iniciar una conversación con él en ese momento.

Eran lo suficientemente inteligentes como para reconocer a un buen aliado cuando lo veían, por lo que se apresuraron a hacer movimientos. Otros, sin embargo, simplemente querían que trabajara para ellos, pensando que era inteligente y astuto, pero aún débil en general.

No mejoró cuando Arias salió del edificio cuando muchos reporteros gritaron su nombre pidiéndole que diera una declaración. Afortunadamente, la barrera policial los mantuvo alejados, y solo las cámaras intermitentes demostraron ser una molestia.

En este momento, era muy temprano para que Arias diera alguna declaración, ahora necesitaba escuchar qué ofertas le traerían los otros representantes.

Necesitaba ver a los que estaban dispuestos a trabajar con él y a los que todavía pensaban que podía ser controlado.

Una vez en el auto, soltó un suspiro exasperado y le dijo a Slade, quien estaba en el asiento del conductor. "De vuelta al hotel, este día ha sido un dolor de cabeza".

Slade transmitió las órdenes a los otros vehículos blindados que componían el destacamento de seguridad de Arias y pisó el acelerador mientras sonreía ampliamente. "Nunca creí que alguien como tú fuera un buen orador, si alguna vez piensas en postularte para presidente, tienes mi voto".

"Ese título perderá significado en un futuro cercano Slade". Arias habló vagamente pero con confianza, hizo que Slade se emocionara aún más al ver qué era lo que Arias estaba tramando.

"Nunca pensé que ser un guardaespaldas podría ser tan entretenido". Pensó para sí mismo, pero no dijo nada más y solo se concentró en sus deberes. Después del truco que hizo Arias, no sería extraño que alguien intentara matarlo.