Luisita no tenía ni idea de qué estaba haciendo allí, frente a la puerta del loft de Amelia. Pero es que estaba desesperada y asustada. Se sentía atrapada y sin salida.
Llamó al timbre y esperó mordiéndose los labios de puro nerviosismo.
Cuando la morena abrió la puerta Luisita puso ver la confusión y sorpresa en su rostro. Vestía informal y llevaba puestos los cascos, que se quitó en cuanto vio a la rubia allí parada.
- Luisita. - Amelia frunció en ceño. - Hola. ¿Qué... qué haces aquí?
La rubia bajó la vista y jugueteó con sus manos. - ¿Puedo pasar? - murmuró.
Amelia sacudió la cabeza, como saliendo de su estupor. - Claro. - y se hizo a un lado. - Perdona por el desorden. Estaba haciendo ejercicio.
Luisita se quedó de pie en mitad de la sala de estar, y parecía ausente. Amelia le ofreció algo de beber, pero la rubia negó con la cabeza y se sentó en el gran sofá con las manos en el regazo y la mirada perdida.
Amelia se empezó a preocupar. Se sentó al lado de la rubia, aunque dejando un espacio considerable entre las dos. Iba a hablar, pero Luisita se adelantó.
- Necesito... hacerte una consulta. - levantó los ojos marrones cansados. - Una consulta legal.
Amelia alzó las cejas y asintió confusa. - Claro. Dispara.
Luisita se lamió los labios y volvió a bajar la vista. - Tengo... una conocida con un problema... Digamos que... - tomó aire. - Un ex la está chantajeando con fotos suyas. - miró a Amelia al fin. - Fotos... íntimas. ¿Qué... qué tendría que hacer?
- Erm... - la morena necesitó unos segundos para digerir aquello. - Bueno, tendría que consultarlo con mis abogados.
Luisita tragó saliva y apartó la vista de Amelia. Esta se acercó más a ella y la rubia luchó por no romperse, pero las lágrimas en sus ojos la delataron.
- Luisita. - la morena lo intentó con suavidad. - Luisita, mírame. - cubrió la mano de la rubia con la suya, y esta la miró con vergüenza y miedo. Amelia se alarmó. - ¿Qué pasa? Dime la verdad, por favor.
La rubia escondió la cara tras sus manos y comenzó a sollozar sin poder controlarse.
Amelia se arrodilló ante ella y apartó sus manos con cuidado. La miró con preocupación. - Luisita, dime que está pasando.
La rubia sorbió por la nariz y miró a todos lados menos a Amelia. No podía. Se moría de vergüenza.
- A... Aitor me está chantajeando.
- ¿Chantajeando cómo? - Amelia apretó la mandíbula. Ya se imaginaba la respuesta.
- Me ha amenazado con hacer pública una foto mía... desnuda, si no vuelvo con él.
Amelia trató de mantener la calma y soltó el aire que estaba aguantando. - Voy a matarlo.
- No, Amelia. - Luisita comenzó a llorar otra vez. - Por favor, ayúdame. No... no sé que hacer. No...
- Tranquila. - la morena tomó la cara de la rubia entre sus manos. - Tranquila, Luisita. Yo lo voy a arreglar. No te preocupes.
- ¿Qué... qué vas a hacer? - Luisita preguntó con voz entrecortada.
- Confía en mí. - Amelia acarició sus mejillas. - ¿Vale?
Luisita se lanzó a abrazar a la morena y Amelia la tomó entre sus brazos con fuerza.
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Amelia esperó a la salida del polideportivo en el que Aitor solía entrenar por las tardes. Sólo había necesitado un par de llamadas para localizarlo.
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Ella
RomanceLuisita se siente atrapada en una vida que no es lo que ella soñaba. Estudia una carrera que no le interesa y sale con un chico por el que no siente nada. Desea romper con todo y cumplir sus verdaderos sueños. Amelia aparentemente lo tiene todo, per...