16. Wonder Woman

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Luisita no tenía ni idea de qué estaba haciendo allí, frente a la puerta del loft de Amelia. Pero es que estaba desesperada y asustada. Se sentía atrapada y sin salida.

Llamó al timbre y esperó mordiéndose los labios de puro nerviosismo.

Cuando la morena abrió la puerta Luisita puso ver la confusión y sorpresa en su rostro. Vestía informal y llevaba puestos los cascos, que se quitó en cuanto vio a la rubia allí parada.

- Luisita. - Amelia frunció en ceño. - Hola. ¿Qué... qué haces aquí?

La rubia bajó la vista y jugueteó con sus manos. - ¿Puedo pasar? - murmuró.

Amelia sacudió la cabeza, como saliendo de su estupor. - Claro. - y se hizo a un lado. - Perdona por el desorden. Estaba haciendo ejercicio.

Luisita se quedó de pie en mitad de la sala de estar, y parecía ausente. Amelia le ofreció algo de beber, pero la rubia negó con la cabeza y se sentó en el gran sofá con las manos en el regazo y la mirada perdida.

Amelia se empezó a preocupar. Se sentó al lado de la rubia, aunque dejando un espacio considerable entre las dos. Iba a hablar, pero Luisita se adelantó.

- Necesito... hacerte una consulta. - levantó los ojos marrones cansados. - Una consulta legal.

Amelia alzó las cejas y asintió confusa. - Claro. Dispara.

Luisita se lamió los labios y volvió a bajar la vista. - Tengo... una conocida con un problema... Digamos que... - tomó aire. - Un ex la está chantajeando con fotos suyas. - miró a Amelia al fin. - Fotos... íntimas. ¿Qué... qué tendría que hacer?

- Erm... - la morena necesitó unos segundos para digerir aquello. - Bueno, tendría que consultarlo con mis abogados.

Luisita tragó saliva y apartó la vista de Amelia. Esta se acercó más a ella y la rubia luchó por no romperse, pero las lágrimas en sus ojos la delataron.

- Luisita. - la morena lo intentó con suavidad. - Luisita, mírame. - cubrió la mano de la rubia con la suya, y esta la miró con vergüenza y miedo. Amelia se alarmó. - ¿Qué pasa? Dime la verdad, por favor.

La rubia escondió la cara tras sus manos y comenzó a sollozar sin poder controlarse.

Amelia se arrodilló ante ella y apartó sus manos con cuidado. La miró con preocupación. - Luisita, dime que está pasando.

La rubia sorbió por la nariz y miró a todos lados menos a Amelia. No podía. Se moría de vergüenza.

- A... Aitor me está chantajeando.

- ¿Chantajeando cómo? - Amelia apretó la mandíbula. Ya se imaginaba la respuesta.

- Me ha amenazado con hacer pública una foto mía... desnuda, si no vuelvo con él.

Amelia trató de mantener la calma y soltó el aire que estaba aguantando. - Voy a matarlo.

- No, Amelia. - Luisita comenzó a llorar otra vez. - Por favor, ayúdame. No... no sé que hacer. No...

- Tranquila. - la morena tomó la cara de la rubia entre sus manos. - Tranquila, Luisita. Yo lo voy a arreglar. No te preocupes.

- ¿Qué... qué vas a hacer? - Luisita preguntó con voz entrecortada.

- Confía en mí. - Amelia acarició sus mejillas. - ¿Vale?

Luisita se lanzó a abrazar a la morena y Amelia la tomó entre sus brazos con fuerza.

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Amelia esperó a la salida del polideportivo en el que Aitor solía entrenar por las tardes. Sólo había necesitado un par de llamadas para localizarlo.

EllaWhere stories live. Discover now