2. Un idiota

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¿La palabra amor es demasiado? ¿Para ponerla en los labios que no la merecen? 

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Tal vez por fin había perdido la cabeza.

 En ese momento, Draco no lo podía saber con claridad. Porque su mente estaba totalmente inmersa en el acto que siempre creyó que nunca se haría real.

Tenía tanto miedo del futuro, que por una vez quiso sentir, probar y dejar de solo anhelar al chico que se metía en sus sueños y lo hacía desear cosas que nunca podría tener al despertar.

Harry Potter, a pesar de su inmóvil cuerpo, pudo mostrar en sus ojos una expresión que aplastó su corazón, como si todo el castillo de Hogwarts callera sobre su cuerpo y lo dejara sin huesos. Los ojos esmeralda parecían estar apunto de salir de sus órbitas, y sus cejas estaban fruncidas. Parecía asco. Rechazo.

Eso basto para que Draco volviera a la realidad y lograra escuchar los ruidos de personas que se acercaban.

Su expresión se torció y lanzo una pequeña risa, aunque no había nada gracioso en lo que acababa de hacer. Los condenados no esperan que sean salvados por sus enemigos. Y los sentimientos no correspondidos siempre serán así, sentimientos no correspondidos.

Tener esperanza en este punto de la guerra era solo para los idiotas.

Draco se levantó de donde estaba y apunto su varita contra el cuerpo en el suelo, esta vez sin temblor alguno en su pulso, sus ojos se endurecieron.

Si, definitivamente, el no debió tener esperanzas.

-Obliviate.

ENDING SCENEWhere stories live. Discover now