22. Desierto azul

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NA: Escenas +18. Harco. Lean bajo su propio riesgo jaja <3

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Cuando se trata de ti, ni hay ningún crimen. 

Tomemos nuestras almas y entrelacémoslas.

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Draco maldijo su tonta boca por haberle ofrecido un estúpido té a su invitado. 

La tetera fue la culpable de toda su diatriba, pues su chillido interrumpió los suaves besos que Harry le estaba dando.

Al parecer, el contrario también se había dejado llevar, pues con un toque de timidez froto su nuca y se separó de Draco para retirar la tetera de la estufa.

Las ansias de Draco lo querían hacer desaparecer la estúpida tetera para volver al asunto en cuestión, pero sabía que esta vez no podía dejarse llevar por una calentura fácil, no quería que la primera vez entre ellos fuera de esa forma. Además, aun tenían muchos asuntos de los que hablar.

Sus movimientos fueron poco coordinados cuando sirvió las tazas de té. ¿Qué lo poseyó para decir algo tan atrevido como "Quédate"? Pues a pesar de la correspondencia tan abundante que tuvieron estos últimos meses, aun había cosas que no podía decir por medio del papel. 

El calor de la cocina lo empezó a incomodar.

— Tu casa es bonita — Harry comentó interrumpiendo sus pensamientos.

— Gracias — contesto Draco después de lograr modular su voz para que no sonara inestable — De todas las que fui a ver, me decidí por esta al final. Es la que tiene una vista genial en el patio trasero.

Harry pronto se dejó atrapar por la conversación, a pesar de que su comentario lo había sacado para llenar el silencio extraño que hubo. Draco le había contado en sus cartas el tipo de casas con el que se había topado, y recordó que le dijo sobre la casa de dos pisos en la que podía ver el desierto de Arizona, el cual albergaba a un Ave del trueno.

— ¿Has visto a la criatura volar por aquí? Debe ser genial — dijo Harry, interesado por un animal parecido tal vez a un fénix enorme, capaz de provocar tormentas con su aleteo.

— Si. Al principio solo la podía ver volar a lo lejos, pero últimamente se acerca a la casa si le doy un poco de pescado. — Draco quiso rodar los ojos al ver la reacción de Harry, pues de repente parecía un niño inquieto ante la expectativa — ¿Quieres ver si aparece? — sugirió, aunque ya sabia la respuesta.

— ¡Si! ¿La has visto crear una tormenta? — continuó Harry detrás de Draco cuando este empezó a moverse al segundo piso con su taza entre las manos.

— No. Pero si he visto un poco de llovizna. — respondió Draco buscando ocultar su risa. — ¿Así que me sedujiste para quedarte y verla, Potter? ¿Esas son tus sucias intenciones?

Harry detuvo sus pisadas en los últimos escalones. Su cara un poco rosada, con el ceño fruncido.

— No es así. — dijo un poco inseguro por saber si Draco se había enojado por ello — Solo pregunto...

El contrario también se detuvo, volteando a verlo con una risa a punto de estallar. Harry había caído tan fácilmente en sus palabras.

— Idiota, no digas eso — contesto el moreno después de ver bajo sus intenciones, y se le unió a la pequeña risa que Draco emitió — Pero sería una buena recompensa el poder ver uno a cambio de haber perdido mi traslador.

Los reflejos de Harry lo salvaron de recibir un hechizo extraño, que rozó su hombro. — ¡Oye! ¿Tratas de matar al Elegido? — Sabía que no era ningún hechizo defensivo, pues aun a miles de kilómetros, la condena de Draco seguía aplicando. — ¿Qué fue eso?

ENDING SCENEWhere stories live. Discover now